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Ballesta, ayer, en la torre de Zarandona y el Azarbe Mayor del Norte, con Verónica Carricondo y personal de la Oficina de la Huerta. Vicente Vicéns
Los arqueólogos miran a la torre islámica de Zarandona tras décadas de abandono

Los arqueólogos miran a la torre islámica de Zarandona tras décadas de abandono

El plan para recuperar el entorno del Molino del Batán comienza con la excavación de este vestigio del siglo XII y la limpieza del azarbe

Manuel Madrid

Murcia

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Miércoles, 14 de febrero 2018, 02:18

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La recuperación del entorno del Molino del Batán, en el Camino Viejo de Monteagudo (Zarandona), es uno de los proyectos emblemáticos que impulsa la Oficina de la Huerta, que no deja de encontrar oportunidades en lugares que hasta ahora habían estado abandonados por la Administración local. La primera actuación del plan comenzó en diciembre, con la intervención en el torreón árabe de los siglos XII-XIII, donde se han realizado labores de limpieza, desbroce y catas previas a las excavaciones arqueológicas, que han permitido localizar estructuras y dos accesos: una escalera y la impronta de la rampa originaria. El alcalde, José Ballesta, acompañó ayer a la arqueóloga Verónica Carricondo y a la arqueóloga municipal, Carmen Martínez Salvador, en una visita a los trabajos encargados por el Consistorio, que deben finalizar el próximo mayo y han supuesto un desembolso de 95.200 euros.

El regidor calificó ayer de «sumamente interesantes» los hallazgos en el torreón, «que es uno de esos lugares de los que nos vamos a sentir orgullosos los murcianos». La arqueóloga comentó que se han iniciado esta semana las excavaciones desde la fase más moderna. «Hemos localizado la cimentación, muy profunda, más de dos metros, del siglo XVII en el entorno del molino. Y ahora vamos a intentar localizar el suelo original de la torre y los materiales asociados al hábitat interior para saber con exactitud la cronología. En principio se databa en el siglo XII-XIII, pero hasta que no acaben las excavaciones en el interior no podremos aseverarlo. Hemos localizado el acceso original a la torre, en rampa, que ha sido una sorpresa porque no sabíamos de su existencia, así como varios silos, un pozo del siglo XVII y se ha llevado a cabo una limpieza de los lodos que colmataban el azarbe llegando a su nivel de cimentación», anotó Carricondo.

El proyecto integral prevé, en una segunda fase, la integración de todos los restos en un huerto-jardín

Adquisición del molino

Huermur solicitó ayer una intervención urgente en todo el entorno para evitar su degradación y reclama más vigilancia en estos lugares históricos para evitar que se conviertan en escombreras. El director de la Oficina de la Huerta, el arquitecto Jesús López, recuerda la complejidad de esta operación, ya que se adecuará la totalidad de la parcela -6.145 m2- en varias fases. La que ya está en marcha prevé la restauración de la base de la torre y del puente del siglo XVIII. Tras la rehabilitación se acometerá el ajardinamiento y se restaurará el molino. La Administración local está en conversaciones con los propietarios para adquirirlo.

«El proyecto es integral. Al estar declarado BIC se requiere autorización de la Dirección General de Bienes Culturales, que ya se ha obtenido. En esta primera parte -adjudicada a la empresa Constu Archena- se va a excavar y se van a adecuar los elementos arquitectónicos». El carácter emblemático, según López, se lo da la existencia de restos arqueológicos, la adecuación de un espacio público, una red de riego, un puente barroco y un molino, que hasta hace unos años conservaba la maquinaria original. «Esto es una nueva forma de hacer las zonas verdes», observa López. «La ciudad va creciendo y va englobando trozos de huerta que van a seguir manteniendo ese carácter, por eso hablamos de huerta-jardín con cipreses, granados, palmeras, olivos y naranjos y vegetación de flor para diferenciarlo del convencional. Así vamos a recrear el entorno original de estas construcciones. En este caso se recuperará una lámina de agua y el riego tradicional a cielo abierto para que la gente lo recorra, como hemos hecho en el Palmeral de Santiago y en los nuevos que estamos construyendo entre El Malecón y el río».

El objetivo, según el edil de Urbanismo, Medio Ambiente y Huerta, Antonio Navarro, es ir generando itinerarios e interconectar espacios con un valor paisajístico y patrimonial. El Consistorio va a ejecutar de forma subsidiaria el jardín de esta actuación, que corresponde materializarlo a la junta de compensación. «Una pieza de valor arqueológico con un entorno adecuado vale más », añade López.

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