Un embudo policial en mitad de la huerta
'La Verdad' acompaña a diez agentes en un control de seguridad en la carretera de Llano de Brujas
María José Montesinos
Lunes, 18 de julio 2016, 11:36
Utilizar carreteras secundarias y carriles de la huerta por la noche, y más si es fin de semana, es lo más socorrido para aquellos conductores que han bebido varias copas de más o van fumando unos porros. También para los que se arriesgan a coger el volante sin haber pasado la ITV (Inspección Técnica de Vehículos), sin estar al corriente en el pago del seguro obligatorio o, incluso, los más osados, sin conservar los puntos del carné. La Policía Local lo sabe y, por ello, durante todo el año, pero con mayor intensidad en los meses de verano que se prestan a más trasiego de vehículos hasta la madrugada, se intensifican los controles preventivos de tráfico.
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fueron los vehículos controlados, aunque solo se llevaron a cabo registros en 251
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personas fueron identificadas. Los datos se envían a la sala del 092 y se cotejan con la base informática
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casos de intervención de estupefacientes por parte de Policía Local en controles de seguridad
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intervenciones de armas blancas u objetos contundentes que portaban las personas identificadas
Un equipo de 'La Verdad' estuvo el viernes por la noche en el control policial en la carretera de Llano de Brujas, a la altura del carril Nogueras. Los chalecos reflectantes de los agentes y las luces rojas se ven desde lejos. Algún conductor, que no las tiene todas consigo, intenta dar la vuelta para evitar que le paren, pero no sabe que hay otro coche policial, camuflado, a pocos metros, que le va a impedir la fuga o que lo va a perseguir con la sirena puesta si se le ocurre apretar el acelerador.
El sudor les delata
Por lo demás, las bandas reductoras de velocidad, los discos de limitación a 30 kilómetros/hora y los conos conducen al resto de vehículos inexorablemente hasta un embudo formado por dos furgones policiales y varios agentes, que dan educadamente las 'buenas noches' y que van provistos de linternas: la luz roja es para dar el alto; se torna de color blanco para echar un primer vistazo al interior del vehículo y a los ocupantes y el amarillo es para darles paso. Algunos se libran y vuelven a salir del control sin ni siquiera mostrar la documentación, pero a otros se les indica que paren a la derecha. «La sudoración del conductor o el nerviosismo pueden darnos una pista de que algo oculta», explica el cabo Pérez, al frente del dispositivo de noche. «Pero otras veces te equivocas; te dice que viene de jugar al pádel y, cuando abres el maletero, te encuentras una palas».
Paran a los taxis
También paran a los taxis ya que algunos traficantes de droga utilizan este medio de transporte como clientes para moverse por la zona de la Vega Baja.
«Te tienes que dejar llevar por la intuición o por algún gesto raro que observas, como tratar de esconder algo rápidamente; pero te llevas muchas sorpresas -indica el cabo Andrés Garrido, del Grupo Especial de Seguridad Ciudadana-. «Hace unos días se le dio el alto a un hombre mayor, de apariencia tranquila, y cuando enviamos sus datos a la sala, que está conectada con la base de datos de la Dirección General de Policía, vimos que se trataba de un holandés que estaba reclamado por su país por malos tratos».
«Hoy es la noche de las bicis», advierte uno de los agentes situado al inicio del embudo. Algunos inmigrantes, otros de la zona, se lanzan a pedalear a media noche, sin el preceptivo casco, que es obligatorio en las vías interurbanas, y algunos sin ni siquiera llevar un chaleco reflectante ni la luz roja trasera y la blanca delante. Son carne de cañón para posibles atropellos en la oscuridad de la madrugada.
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Aviso en las redes sociales
Cuando los agentes hacen el alto a un vehículo, «lo primero es quitarles las llaves para evitar que la persona se ponga nerviosa y trate de huir a gran velocidad, con el consiguiente riesgo de arrollar a cualquiera», indica el cabo del GESC.
El control no debe durar mucho tiempo, no más de 20 o 30 minutos para que sea efectivo. Además, ahora a través de las redes sociales, la gente avisa de dónde están situados los controles. Hay incluso una página web con más de 9.000 seguidores. Pero el ritmo de trabajo es intenso y en media hora se han inspeccionado una veintena de vehículos y se ha cacheado a algunos sospechosos aunque no tienen que detener a nadie. Tan solo extienden una denuncia a un conductor por no tener en regla la ITV e inmovilizan el coche conducido por un marroquí, que tiene el carné expedido en su país, pero no lo ha homologado en Tráfico. El coche queda inmovilizado y bajo custodia policial hasta que llega la grúa para retirarlo y llevarlo al depósito municipal, situado en la avenida de los Pinos. Se trata de una sanción administrativa; de no estar en posesión del permiso expedido por su país, sería un delito, y el marroquí habría sido trasladado a dependencias policiales. Pero no es el caso.
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En la web ya ha salido el aviso de que hay un control en la carretera de Llano de Brujas. El cabo Pérez da la orden a sus hombres para desmontar el control. Recogen conos, bandas sonoras, discos... Es algo más de la 1 de la madrugada. Ahora a cenar. Y, dentro de una hora, a volver a empezar. Esta vez en Torreagüera.
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