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Dos bomberos de Murcia ejercitándose en el gimnasio del cuartel de Espinardo.
Bomberos sin vértigo ni pies planos

Bomberos sin vértigo ni pies planos

Son motivos de exclusión directa para cualquier aspirante no percibir bien los colores, tener síndromes diarreicos, diabetes o patologías psiquiátricas

Manuel Madrid

Jueves, 16 de junio 2016, 11:05

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La profesión de bombero es de alto riesgo y para ello se exigen unas estrictas condiciones físicas, psicológicas y de salud. Seguramente no sean hombres -todavía no hay ninguna mujer en el Cuerpo de Murcia- perfectos, pero deben estar muy cerca. Los requisitos que se exigen para el proceso selectivo que tiene en marcha el Ayuntamiento de Murcia así lo acreditan, pues los aspirantes tendrán que someterse a cuatro fases que deberán completar con éxito para obtener una de las 30 plazas que saldrán a concurso público -en noviembre se harán los exámenes-.

En primer lugar, una oposición tipo test, con cuatro respuestas alternativas y una sola correcta, que deberán resolver en 120 minutos.

En segundo lugar deberán someterse a cinco pruebas de aptitud física. Un circuito con seis estaciones en las que deberán saltar una altura de 1,20 metros y caer sobre uno o los dos pies; levantar una barra de alterofilia de 45 kilos (hombres) y 35 kilos (mujeres) hasta tres veces; subir por una cuerda lisa de 6 metros; recorrer una escalera horizontal de 5 metros de longitud a 2,25 metros de altura; subir y bajar por una escalera marina de 4,40 metros de altura; y realizar un tablón de equilibrio. Posteriormente deben superar una prueba de velocidad de 100 metros en 14 segundos (hombre) y 15,50 segundos (mujeres); una prueba de resistencia de 1.500 metros lisos en un tiempo máximo de 4,56 (hombres) y 6 minutos (mujeres), y una prueba de natación de 50 metros en estilo libre en un tiempo máximo de 38 segundos para hombres y 46 segundos para mujeres, y una prueba de inmersión en piscina -no superior a 40 segundos-.

Los que sobrepasen estas dos primeras fases tienen por delante un tercer ejercicio de aptitudes físico-profesionales para acreditar la tolerancia al trabajo en altura (vértigo y equilibrio): los aspirantes deberán acceder sobre un tablón de 21 centímetros de ancho y 4 metros de largo, suspendido a una altura de 6 metros, recorrerlo dos veces, desenganchar un mosquetón a dos metros de altura y volverlo a enganchar, y hacerlo todo antes de 45 segundos.

También deberán acreditar la tolerancia al trabajo en espacios confinados (claustrofobia), realizando una prueba en ausencia total de luz dentro de un laberinto de jaulas metálicas, trampillas, puertas correderas y tubos, en un tiempo de 5 minutos; capacidad de velocidad, resistencia y agilidad con transporte de implementos (prueba combinada con neumáticos, parapeto, tubo y carrera vertical), y manejo de herramientas.

El cuarto ejercicio, para los que queden, es una prueba de aptitud psicotécnica, una entrevista y un reconocimiento técnico de carácter eliminatorio. Los seleccionados deberán pasar un curso selectivo de formación y un periodo de prácticas de una duración máxima de tres meses.

La fase de oposición representa el 40% total de la puntuación, y el curso selectivo el 60%. Puede darse la circunstancia de que los seleccionados en el periodo de prácticas no sean incluidos en la propuesta de nombramiento por rebasar el número de plazas convocadas, y en este punto el Ayuntamiento hace hincapié en que no generarán derecho alguno ni para el presente ni para futuros procesos.

Exclusiones médicas

Capítulo aparte merece el anexo de aptitudes médicas, ya que la lista de motivos de exclusión ocupa seis páginas. Los aspirantes han de estar exentos de toda enfermedad orgánica, de toda secuela de accidente y de cualquier deficiencia física o psíquica. No podrán aspirar a la plaza los que tengan alteraciones en la percepción normal de los colores, o parezcan alteraciones para recuperarse ante un deslumbramiento, o tengan visión monocular. Tampoco cumplen los requisitos exigidos los que sufran de vértigo permanente, perforaciones timpánicas, tartamudez acusada y obstrucción crónica de las fosas nasales. La falta o pérdida de cualquier falange de cualquier dedo que afecte al puño y fuerza, o alteraciones en hombres, codos, muñecas, dedos y manos impiden el acceso a las pruebas. Se consideran excluyentes tener pies zambos y pies planos, y los dedos en garra, y la pérdida o falta de un dedo de cualquier pie. También la escoliosis, costilla accesoria y hernia discal, así como osteoporosis, condromalacia de grado II o superior, luxaciones recidivantes, parálisis musculares o prótesis de cadera, rodilla, hombro y codo.

No se tolerará a candidatos con síndromes diarreicos crónicos y úlceras sangrantes, o patologías del aparato digestivo, ni taquicardias o miocardiopatías. El síndrome de apnea obstructiva del sueño y la excesiva somnolencia diurna y otros procesos respiratorios también son causa de rechazo, como la epilepsia, diabetes, insuficiencia renal, hemopatías graves, alcoholismo, drogodependencia y patologías psiquiátricas.

Los candidatos -deben tener cumplidos, como mínimo, los 16 años y el título de ESO- serán sometidos a análisis antidopaje (orina y sangre)

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