Los alumnos de la UMU obligados a devolver su beca se multiplican por cinco en solo un año
De los 174 casos de revocaciones del curso 2019-2020 se pasó a los 812 del ejercicio siguiente
Lo peor de la pandemia pasó, pero sus secuelas siguen haciendo estragos en toda una generación de estudiantes. La memoria del Defensor del Universitario, ... presentada ayer ante el Claustro de la Universidad de Murcia (UMU), alerta sobre el desbocado incremento de alumnos que han tenido que devolver su beca de estudios porque no han cumplido los requisitos exigidos, al suspender la mitad de los créditos. Si en el curso 2019-2020 se vieron obligados a devolver el importe de la ayuda (ya gastado) 174 estudiantes, en el curso 2020-2021 la cifra se disparó hasta los 812 alumnos. La revocación de la beca deja al estudiante en una situación angustiosa: tiene que devolver el importe que ya gastó en la matrícula, no puede disfrutar de ayuda el siguiente curso y, si no paga, se enfrenta a una deuda tributaria que Hacienda persigue implacable, con intereses del 20% si hay retrasos.
El Defensor del Universitario considera que, detrás del destacado incremento de revocaciones de las ayudas del Ministerio, se esconden la pandemia y la crisis económica, que han obligado a miles de estudiantes a trabajar para pagar sus estudios. «Las anomalías y condicionantes coyunturales (pandemia, inflación, guerra...) pueden afectar a las condiciones de rendimiento académico y por extensión al número de revocaciones», alerta en su informe Juan José Vera. La eliminación de las facilidades implantadas durante los meses más duros de la Covid para aprobar también han contribuido al aumento de revocaciones: «Sin ser ingenuos, es posible pensar que la disminución de algunas flexibilidades de exigencias por la pandemia retiradas podrían agravar el panorama de pérdida de becas», apunta Vera, quien cree que «los efectos perniciosos acumulados pueden estar pasando factura a familias precarias y personas en vulnerabilidad».
Poco más de 10.000 estudiantes consiguieron dinero del Ministerio el pasado curso, casi 2.000 menos que el anterior
No todos los estudiantes a los que se reclamó la devolución del dinero de la ayuda de estudios que se les concedió han podido retornar la beca. Al menos 187 tienen aún el pago pendiente, lo que les coloca en una situación muy complicada para seguir adelante con sus estudios universitarios. Vera considera que la «alarmante situación» empuja a realizar un estudio y cruzar datos para dar una salida a los alumnos.
Los alumnos a quienes se revoca la ayuda no pueden pedirla al siguiente año y, si no la reintegran, se les van sumando intereses
El curso posterior a la pandemia se dispararon las revocaciones de beca, pero el pasado (2021-2022) se incrementaron también las denegaciones de ayuda, a pesar de que el Ministerio liberó más dinero para esa partida. Si en 2019 se denegaron 4.746 solicitudes de beca porque los estudiantes no cumplían con los requisitos (académicos y de renta), el curso siguiente fueron 5.087 las peticiones rechazadas, y el pasado subieron hasta las 5.505. «Es destacable el descenso de solicitudes y de concesiones», alerta en su memoria el Defensor del Universitario, quien lamenta que el montante total de ayudas concedidas cae en 1.300 con respecto al curso anterior, al pasar de las 12.229 ayudas otorgadas en 2020-2021 a las 10.385 el año académico pasado.
Quejas por las notas
La memoria del Defensor del Universitario viene a ser un termómetro de las causas de malestar en la UMU, ya que recoge y cataloga las quejas y reclamaciones planteadas por estudiantes y personal. Los alumnos, destaca el informe, centran sus consultas en su evaluación y calificación. La mayoría de las quejas se refieren a «las incoherencias e indefiniciones entre las guías docentes y las pruebas y criterios de evaluación». También aumentan las peticiones de ayuda por problemas para conciliar la asistencia a clase con el desempeño de trabajos.
Entre el personal docente e investigador, la mayoría de las reclamaciones se refieren a procesos de evaluación relativos a la carrera profesional, hasta el punto de que el Defensor del Universitario ha alertado del atasco que están generando las reclamaciones en la tramitación de nuevas plazas. Además, han subido con respecto al curso anterior los «casos etiquetables como conflicto interpersonal». El Defensor del Universitario se congratula de la aprobación de la estrategia para la mejora de la salud mental en la UMU, pero lamenta que el plan, aprobado desde el pasado verano, no se haya puesto en marcha todavía.
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