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La proliferación de conejos por los campos de Cieza está generando un verdadero problema para la agricultura. Este mamífero causa importantes daños en los árboles frutales, dejándolos prácticamente moribundos, lo que ha llevado a la organización agraria Coag a solicitar la ayuda de la Sociedad de Cazadores El Conejo de Monte de Cieza, que ha conseguido los permisos para poder capturar ejemplares en las zonas agrícolas y soltarlos después en su hábitat natural.
José Manuel Sánchez, presidente de los cazadores ciezanos, explica que, durante los dos últimos años, «se ha venido arrastrando una pertinaz sequía que ha secado el monte, dejándolo sin hierbas». Según Sánchez, esta circunstancia «ha motivado que los conejos busquen comida en otros lugares con más vida y la han encontrado junto a los frutales. El conejo puede alimentarse incluso de la madera de los árboles cuando no hay hierbas y eso es lo que han venido haciendo durante la sequía».
Por ello, «hemos suscrito este convenio, después de que la Comunidad nos haya dado los permisos necesarios para instalar estas jaulas». La iniciativa permitirá capturar estos mamíferos lagomorfos en unas trampas que se van a distribuir por determinadas zonas donde se ha detectado una proliferación mayor. Después, se someterán a un control por parte de un veterinario y serán puestos en libertad en su hábitat natural, lejos de los cultivos.
Miguel Ángel Piñera, presidente de Coag- IR en la Vega Alta, indica que «los daños que los conejos y las liebres están ocasionando en los cultivos ascienden ya a varios miles de euros por hectárea». Añade que, en algunas zonas, «se presentan ya en forma de plaga, por lo que, si no se toman medidas como esta, estaríamos ante la ruina de muchas familias. Aquí no estamos hablando de pegar tiros, sino de capturar a los animales, pasarlos por un control y, después, volverlos a soltar en su medio».
Cazadores y agricultores alertan, además, de la peligrosidad que generan estos animales cuando se reproducen sin control. «Cuando la población de una determinada especie se multiplica, nos exponemos a que aparezcan enfermedades contagiosas que podrían extenderse incluso al ser humano», señala el mandatario de Coag.
Por otra parte y de cara al verano, otro de los peligros para las personas se presenta con la aparición de garrapatas, que generalmente son portadas por los conejos y también por los jabalíes. Según Piñera, estas «saltan a los trabajadores del campo a través de sus ropas y pueden llegar a originar un problema grave de salud, lo que hace más que necesario que se establezca un control para regular esta situación».
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