Los carteros de Cieza inician una huelga indefinida ante la escasez de recursos
Alertan de que los vecinos no están recibiendo a tiempo el correo, incluyendo las citas médicas, notificaciones y certificados importantes
Los carteros de Cieza comenzaron este martes una huelga indefinida ante la precariedad en la que se encuentra el servicio en la ciudad, donde se ha pasado de los doce repartidores que le corresponden, con una población cercana a los 36.000 habitantes, a solo siete, que tienen que atender los repartos en sus barrios y también aquellas zonas que se han quedado sin su cartero de referencia.
Los vehículos también se han ido reduciendo, hasta el punto de que solo queda una motocicleta en reparto de las cinco que deberían de estar rodando por las calles. En cuanto al servicio rural, el cartero que lo realiza tiene que hacerlo con su propio coche y, además, cuando termina tiene que asumir algún barrio desasistido del propio casco urbano.
Las consecuencias más inmediatas de esta insuficiencia de personal las están sufriendo ya muchos ciudadanos, puesto que la correspondencia no está llegando a tiempo en casos como citas médicas, recibos de la luz o notificaciones desde diferentes estamentos de la administración como los servicios sociales, lo que se traduce en desasistencias sanitarias, cortes del suministro eléctrico o la pérdida de ayudas provenientes de cualquier estamento público o privado.
Los propios empleados de Correos están también sufriendo esta situación, a quienes la acumulación de trabajo causa estrés, ansiedad y otros problemas de salud mucho más severos.
Durante una concentración que tuvo lugar a las puertas del edificio de Correos de Cieza, Carmen Montero, delegada de Acción Sindical del Sindicato Libre de Correos, denunció la «falta de nuevas contrataciones debido a diferentes cuestiones como jubilaciones, bajas y vacaciones sin sustitución».
Explicó que de los cinco carteros que faltan «cuatro son de reparto motorizado, quedando solo un compañero con moto en toda la ciudad». «Por ello, los que quedan tienen que cubrir a pie distancias maratonianas». Insistieron en que se trata de una situación «totalmente insostenible que está provocando incluso la aparición de ansiedad», señaló la delegada sindical.
