Cientos de familias de Alquerías y El Raal aún siguen fuera de sus casas

La situación en Alquerías y El Raal sigue complicada. Cientos de vecinos de ambas pedanías de la huerta continúan fuera de sus casas. Aunque la normalidad parece más cerca, todavía hay familias que ayer lo pasaron mal. De hecho, un matrimonio y sus dos hijas y un habitante de Alquerías, que vive solo, tuvieron que abandonar ayer sus viviendas por motivos de salubridad por el miedo a infecciones por la presencia de agua estancada en sus hogares. La escena también se vivió en El Raal, donde buena parte de la calle Mayor continúa anegada.

En Alquerías, parte de los esfuerzos se centraron ayer en hacer transitables los caminos de huerta del entorno del Reguerón. Para ello, se emplearon a fondo dos palas, que retiraron barro y piedras desde el camino de Carcanox. El objetivo de los operarios fue despejar las vías de la huerta. No obstante, los trabajos fueron una medida de urgencia a la que le deberán seguir en los próximos días otras más contundentes, como el paso de camiones para asentar más los terrenos.

El restablecimiento de los servicios públicos fue otra de las prioridades durante la jornada. Recuperar la actividad en el instituto, los colegios y el centro de salud se considera esencial por parte de los responsables municipales. Además, la solidaridad sigue presente en la pedanía. Protección Civil coordina un puesto de mando desde el que dirige a los voluntarios a las casas en las que urge más trabajar. En El Raal, la mejora llega al ralentí. Cincuenta familias permanecían ayer fuera de sus casas. En la parte más alta de la localidad, el escenario es más halagüeño, después de que ayer pudieran acceder los equipos de limpieza porque bajó el nivel del agua en la zona. Sin embargo, en la zona baja de la pedanía los sótanos inundados y las viviendas anegadas no desaparecen. Casas Nuevas, el Rincón de los Cobos y la Orilla del Azarbe continúan con más de un metro de agua en muchas de sus calles.

Mientras, el colectivo Huermur indicó anoche que denunciará ante la CHS y la Consejería de Medio Ambiente la aparición, otra vez, de espuma blanca en el río, a su paso por Murcia, por si se tratara de un vertido sin autorización.

El concejal de Fomento, Mario Gómez, lamentó que «exista gente que aproveche los desastres naturales para realizar vertidos supuestamente ilegales», uno de ellos en la pedanía de Torreagüera. Y advirtió de que tendrá «sus consecuencias. Lo peor es que el daño está hecho».