«Los chavales están pidiendo ayuda a gritos; hay un problema de salud mental»
El director del instituto al que acudían la víctima y el presunto autor del crimen machista de Totana reclama un plan de choque urgente
Crisis de ansiedad, autolisis, intentos de suicidio... Los institutos de la Región llevan meses alertando del grave problema de salud mental que están detectando entre algunos de sus alumnos. El director del IES Juan de la Cierva y Codorníu de Totana, donde estudiaban la víctima y el presunto asesino del crimen machista ocurrido la pasada semana, Juan Francisco Otálora, se sumó ayer a esa denuncia y alertó de la gravedad de la situación: «Los chavales están pidiendo ayuda a gritos, haciendo una llamada de atención; hay un grave problema de salud mental que es urgente y no nos están dando los recursos necesarios para atenderlo», denunció.
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En el centro educativo que dirige, donde estudian más de un millar de alumnos, cerca del 15% han dado muestras de estar afectados por algún problema de salud mental. «Todos los días tenemos cinco, seis, ocho casos de crisis de ansiedad. Cada semana se abre algún parte por autolisis. Es una emergencia y no tenemos los medios para atenderla», demanda Otálora, quien hasta la fecha no ha sentido el apoyo de la Consejería de Educación después de la conmoción que ha supuesto para el centro educativo el suceso ocurrido el pasado martes.
«Han tenido que pasar seis días para que alguien de la Consejería de Educación nos haya llamado para preguntar si necesitamos algo. Hasta hoy (por ayer) ni una llamada. Teniendo en cuenta que los dos chicos estudiaban aquí...», reprocha el directo del centro educativo, muy agradecido en cambio al apoyo prestado por el CAVI, los servicios de Protección Civil y el Colegio Oficial de Psicólogos. Estos últimos se han ofrecido para desplegar un plan de apoyo contra el trauma que ayer mismo comenzó a desarrollarse en el centro. «Se han apuntado más de 200 chavales, que se sienten de una u otra manera afectados por lo ocurrido. Van a trabajar con ellos para ayudarles de forma totalmente altruista», agradece el director del instituto.
Lamenta que la Consejería no se haya interesado por la situación del centro «hasta seis días después del suceso»
Los directores y orientadores de los centros educativos ya alertaban hace unas semanas a LA VERDAD de la falta de herramientas, medios y recursos que sufren para hacer frente al grave problema de salud mental postpandémico que está afectando en mayor medida a los menores, dolientes por los efectos de los encierros, los quiebros de la interacción social y las pérdidas. «Nosotros no somos terapeutas; hacemos todo lo que podemos con la mejor voluntad, pero no nos vale con un folleto sobre la prevención del suicidio; necesitamos recursos y formación específica», demanda Otálora.
Cuando en el instituto se pone en marcha un protocolo de autolisis, el centro da aviso a las familias, los técnicos de servicios a la comunidad, la Consejería de Educación, la de Salud... «El problema viene cuando las familias tratan de conseguir una cita para el psicólogo y se la dan para dentro de más de dos meses; no todos pueden pagar una sesión semanal privada de 50 euros», denuncia Otálora.
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Suben las consultas
Las consultas de menores y adolescentes a los servicios de salud mental del Servicio Murciano de Salud (SMS) han aumentado más de un 25%, y las de psiquiatría que llegan por Urgencias por intentos de autolisis, un 50%.
El director del instituto de Totana, que detecta un grave problema de intolerancia a la frustración y falta de límites entre los estudiantes, reclama además la puesta en marcha de la asignatura de Educación Emocional, que llegó a diseñarse, pero que hasta la fecha no ha entrado a las aulas.
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