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Antonio Cerdá. Javier Carrión/ AGM

Cerdá niega la mayor

El exconsejero rechaza en un recurso que la contaminación del Mar Menor se deba a nitratos agrícolas: «Es una teoría no demostrada que algunos dan por cierta»

Jueves, 27 de septiembre 2018, 03:25

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Cerdá niega la mayor. En un recurso presentado ante la Audiencia Provincial contra su imputación en el llamado 'caso Topillo', el exconsejero de Agricultura y Medio Ambiente resta valor a los numerosos informes técnicos y científicos que atribuyen buena parte de la culpa de la contaminación del Mar Menor a los vertidos agrícolas. «No se puede afirmar, con los datos disponibles, que los nitratos procedentes de los fertilizantes nitrogenados de origen agrícola, que son lixiviados al acuífero, sean responsables de la degradación del ecosistema de la laguna», señala por boca de su abogado, Aurelio Llanes.

Recuerda que Marqués, Benito Marín, Campos y Martínez-Cachá también fueron responsables de la protección de la laguna

Insiste en el recurso en que «la relación entre los nitratos y la eutrofización del Mar Menor no deja de ser una teoría no demostrada, que a fuerza de repetirla algunos han dado como cierta». Y seguidamente afirma que el juzgado debería investigar otras posibles fuentes de contaminación, entre las que cita «los arrastres de tierras arcillosas como consecuencia de lluvias torrenciales a finales de 2015, a primeros de 2016 y en fechas posteriores a agosto de 2017; el crecimiento desmesurado de las poblaciones ribereñas; el vertido directo de aguas residuales como consecuencia de múltiples roturas de las redes municipales de alcantarillado y saneamiento; los movimientos de tierras en playas; la incidencia de los puertos deportivos; el flujo de embarcaciones y los fondeos ilegales; el incremento de las temperaturas en el Mar Menor en los tres últimos años; el aterramiento de las golas con una importantísima reducción de los flujos del Mediterráneo; la contaminación atmosférica de óxidos de nitrógeno generados por combustión de motores, calefacciones, industrias, refinerías...».

Cerdá mantiene que «el hecho de que se detecte también la presencia de cantidades significativas de fosfatos en el Mar Menor indica claramente que existe otra fuente de contaminación distinta de la agricultura», para lo que se apoya en «el conocimiento actual de la dinámica de los fertilizantes». Así, señala que mientras el ión nitrato de los fertilizantes puede lixiviarse a los acuíferos, no ocurre lo mismo con el fosfato fertilizante. Este, en los suelos calizos como los del Campo de Cartagena, forma fosfato dicálcico y tricálcico, se asegura en el recurso, «que son muy insolubles y totalmente inmóviles en el suelo».

El supuesto hecho de que estos fosfatos se queden retenidos en el suelo y no se lixivien «es una clara prueba -asegura- de que la contaminación del Mar Menor, al menos, no se debe solo a los abonos de uso agrícola, sino también a nutrientes como los fosfatos provenientes de los residuos urbanos».

Esta argumentación de Cerdá ya avanza claramente por dónde va a ir una de sus líneas de defensa, que consiste en negar que una supuesta permisividad con la actividad agrícola junto a la laguna haya sido la causante principal de la degradación de ese ecosistema y, al contrario, en sostener que han incidido innumerables factores, muchos de ellos de difícil o imposible control por parte de las autoridades. «No existe, al día de hoy, un diagnóstico claro, preciso y concluyente sobre la situación del Mar Menor», cierra ese capítulo.

Una referencia incómoda

Una mención que seguro va a incomodar a varios de quienes fueron sus compañeros en el Consejo de Gobierno es la que realiza, igualmente, en su recurso y por la que deja constancia de que en las últimas dos décadas no ha sido el único consejero en ostentar las competencias sobre medio ambiente. «Desde el 26-6-2004 hasta el 26-9-2008 las competencias fueron de los consejeros Francisco Marqués y Benito Marín; desde junio de 2011 hasta abril de 2014 fueron de Manuel Campos, y a partir del 8-3-2015, de Adela Martínez-Cachá».

Por lo que respecta a su supuesta inacción a la hora de desarrollar instrumentos para garantizar la protección ambiental de la laguna, como el juez Garrote le atribuye de forma indiciaria, la defensa de Antonio Cerdá alega que a lo largo de su gestión desarrolló un gran número de actuaciones en esa línea. Entre ellas menciona la designación de esa zona como LIC, ZEPA, ZEPIM, CAMP... la aprobación de la Ley de Saneamiento y Depuración de la Región, la Estrategia para la Conservación de la Biodiversidad... por lo que pide a la Audiencia Provincial que archive los cargos contra su persona por esa supuesta ausencia de planificación.

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