Clemente Hernández (centro), presidente de Anpe, en la rueda de prensa ofrecida por el sindicato este lunes. Nacho García / AGM

Del aula a una página web de citas

El ciberacoso a docentes por parte de alumnos y padres sigue creciendo en la Región

Lunes, 27 de enero 2020

Una profesora acude a su sindicato buscando ayuda después de tener conocimiento de que, tras otorgar las calificaciones de su asignatura de Matemáticas, ha «aparecido en las redes sociales y en una web de citas o contactos», junto a su número de teléfono y la tarifa que supuestamente cobraba por sus servicios. Este es solo uno de los 27 testimonios por casos de ciberacoso que Anpe, el sindicato mayoritario entre los docentes de la Región, recibió el pasado curso, un problema que ha ido al alza en los últimos años y que no invirtió su tendencia el pasado curso, según constata el informe del Defensor del Profesor 2018-2019 presentado este lunes en Murcia. El documento, que detalla los principales conflictos de los educadores en centros de la Comunidad, revela que los casos de ciberacoso han pasado de 24 a 27 respecto al curso anterior, un 12,5% más. Mientras que hace dos años se registraron 21.

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Anpe recibe un 12,5% más de denuncias por ataques a través de las nuevas tecnologías respecto al curso anterior, según revela su informe anual

Pese a todo, desde el sindicato mostraron su satisfacción por la disminución del número total de episodios atendidos, con un total de 118 frente a los 126 del año académico anterior. Los conflictos con participación de alumnos permanece prácticamente invariable, con 96 casos, frente a los 97 del curso 2017-2018, y las denuncias relacionadas con equipos directivos o compañeros también han bajado.

Clemente Hernández, presidente de Anpe en la Región, señaló que los insultos, amenazas, intimidaciones y casos de acoso escolar «han existido siempre», aunque subrayó que estos ataques se han visto potenciados en los últimos tiempos por la aparición de las nuevas tecnologías.

Los casos de ciberacoso suponen el 23% de todos los registrados, lo que Hernández valoró como «lo más preocupante» de la situación actual de los profesores y maestros en la Región. Del total, 18 procedieron de los alumnos y 9 de los padres.

El informe de Anpe recoge otros testimonios referidos a las distintas situaciones sufridas por los docentes. Entre las más graves, las que afectan a la integridad física, se encuentra la sufrida por una profesora de Biología de 58 años que denunció haber sido agredida por unos alumnos durante su guardia de recreo en un centro de Secundaria. «Les he llamado la atención para que no tiraran grava y al volverme me han lanzado una piedra», relató. El impacto derivó en un parte de lesiones. Otro profesor de 55 años también denunció haber sido víctima de la ira de sus alumnos de 2º de la ESO. «Me insultan y me arrojan tizas y otros objetos», señaló.

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Sin embargo, algunos de los problemas que empujan a los profesores a buscar auxilio no tienen su origen en el aula, sino en los despachos. Allí el daño se inflige de forma más sutil. «Sufro las consecuencias de un nuevo enfrentamiento con el director provocado por las malas relaciones entre ambos que datan de años atrás. Ante la dificultad de seguir soportando esta situación, estoy decidida a solicitar la jubilación al finalizar este curso», expuso a Anpe una profesora de Inglés de 60 años, que se declara sin fuerzas para continuar desarrollando su trabajo en su plaza de Secundaria.

Interinos vulnerables

Los profesores más afectados por situaciones de conflicto son los interinos o docentes en prácticas, que supusieron un 73% de los casos atendidos frente al 45% de educadores con plaza definitiva. El motivo, para Hernández, es que «los alumnos establecen una relación de poder con el docente» y, cuando se enfrentan a ellos, «lo hacen de forma distinta a cómo lo hacen con los profesores definitivos o veteranos del centro». De eso da testimonio una joven maestra: «Aún perdura en mí la ansiedad que me produjeron los problemas ocasionados por alumnos de etnia gitana en el último centro público en el que estuve destinada. La angustia acumulada entonces me impide presentarme a oposiciones», denunció. Secuelas psicológicas como estas están a la orden del día, según subrayó Hernández: «El 50% de los profesores que vienen a Anpe presentan síntomas de estrés y pérdida de autoestima». Además, «el 16% tienen síntomas depresivos, y el 14% han causado baja por estos motivos».

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El presidente de Anpe señaló que hay casos «que son un verdadero paradigma de la indefensión de los docentes», como el de la maestra de un niño de tres años con necesidades especiales que el pasado curso recibió insultos por parte de sus progenitores porque estos no aceptaban la situación de su hijo, derivado por la orientadora del centro a Salud Mental ante las sospechas de que pudiera sufrir trastorno del espectro autista.

El curso académico se cerró con ocho agresiones de alumnos a profesores y cinco por parte de padres, aunque ninguno de ellos de carácter grave. Un pequeño motivo de celebración entre los relatos de un año de infierno para los docentes que protagonizan el informe.

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El 25% de los conflictos son por actos de indisciplina

Aunque la gran preocupación de Anpe se centra en el creciente fenómeno del ciberacoso, la mayoría de los conflictos en las aulas volvieron a deberse a «actos de indisciplina», con 30 casos, que suponen un 25% del total de denuncias, que el sindicato achaca a la perdida de valores.

El acoso y los insultos de alumnos y progenitores conforman el 20% de los casos (23 denuncias); las intimidaciones y agresiones de alumnos o padres y familiares, el 11% (13); daños causados a propiedades o pertenencias, el 3% con tres casos; denuncias de progenitores, el 3% (4); y el mobbing otro 3% (4). También hubo 23 casos reflejados como 'otras conductas que dificultan el ejercicio de la docencia', que representan el 20%.

El sindicato aseguró que ninguna de estas situaciones tuvo que tramitarse por la vía penal.

Por etapas educativas, 8 consultas fueron de profesores de Infantil, 28 de Primaria y 82 de Secundaria, siendo las aulas más conflictivas las de 2º y 3º de ESO. El 61% de los conflictos lo sufrieron las mujeres, aunque Anpe restó importancia a esta situación por la mayor presencia femenina en la docencia.

El presidente de Anpe subrayó que la mayor parte de los alumnos que participan en enfrentamientos con profesores también promueven conflictos con sus compañeros de aula y suelen carecer de habilidades sociales, hábitos de trabajo y expectativas académicas, además de presentar dificultades de aprendizaje.

«El veto parental es más una cuestión política que educativa»

Para Anpe, la crispación política en torno al veto parental «no está directamente relacionada con los casos de conflicto , pero sí puede afectar a la convivencia». Para Clemente Hernández «es más una cuestión política que educativa, como prueba que el Gobierno regional, que lleva tantos años gobernando nunca ha tenido antes el convencimiento de que fuera necesario implantarlo».

Hernández recordó que «todas las actividades están programadas desde el inicio del curso» y que la solicitud de la autorización de los padres para cada una de ellas «puede traer consecuencias complicadas», como en el caso de alumnos «que no quieran ir a una actividad, y que saben que con no decir nada o no llevar el papel, pues ya no van y se quedan en casa». En este sentido, denunció que «hay casos y consultas de charlas en las que ha habido niños que no han llevado nada, ni un sí ni un no» y los docentes tenían dudas de cómo actuar. Por ello llamó a «creer en los profesores y en su autonomía» y recordó que «siempre están presentes en cualquier actividad».

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