Urbanismo pone en manos de la Comunidad la protección del cementerio de Santa Lucía de Cartagena

La planificación urbanística actualmente en vigor data de 1987, tras la anulación judicial de la de 2012. Fuentes municipales indicaron que hace 34 años se estableció una protección genérica sobre 28 construcciones. La lista incluye la iglesia que ocupa la zona central del camposanto, la puerta de entrada y una variada muestra de sepulcros, tumbas y panteones, cuyo grado de conservación va de lo óptimo a lo ruinoso.

El Ayuntamiento restauró parcialmente el templo hace más de un lustro, pero hasta este año no había hecho prácticamente nada en las tumbas más ilustres. El primer ensayo ha sido el panteón de Pedreño, familia que también da nombre al palacio señorial situado ante el Icue, sede de las oficinas de una importante entidad bancaria. Seis meses fueron necesarios para recuperar las estatuas que flanquean esta edificación y para evitar el colapso de la cúpula y de otros elementos de su estructura.

La vicealcaldesa y concejal de Urbanismo, Ana Belén Castejón, aseguró, tras concluir esa primera obra, que era el principio de un proceso destinado a restaurar algunas de las construcciones más destacadas. El plan director que las enumera es obra de la profesora de la Universidad Politécnica de Cartagena María José Muñoz Mora, artífice de la restauración del panteón de Pedreño. La metodología que ella cree que hay que seguir a partir de ahora y que el Ayuntamiento ha sometido al dictamen de la Comunidad Autónoma divide el camposanto en cuatro zonas. La marcada con la letra 'A' corresponde al bulevar central y sus flancos (dos manzanas a la derecha y una a la izquierda) hasta la parte posterior de la iglesia. Quedaría amparada por el mayor grado de protección, por el carácter monumental de la mayoría de las construcciones, incluido el templo, la cruz que tiene delante y la puerta de entrada.

Hay un área 'B', alrededor de la anterior, que también merece atención, por albergar edificaciones de relevancia, mientras que la 'C', más periférica, acoge solo unos pocos elementos que merecen ser catalogados. En total habría alrededor de 40 emplazamientos dignos de ser protegidos, Sobre todo esto debe pronunciarse la Comunidad Autónoma.

El concejal del Área de Cultura, David Martínez, mencionó en el penúltimo Pleno municipal otra fórmula para blindar al menos la parte central del camposanto. Indicó que los técnicos municipales valoran la posibilidad de pedir que sea declarada Bien de Interés Culturales, aunque otras fuentes consultadas por LA VERDAD indicaron que eso convertiría el resto del cementerio en entorno de una zona casi intocable, con las consiguientes limitaciones a cualquier reforma, incluso en las partes en las que hay sepulturas que parecen abandonadas y están pendientes de revisión. Esa opción será estudiada después de que la Administración regional se pronuncie sobre el plan director.

El proyecto iniciado con la restauración del panteón de Pedreño tiene por delante una ardua tarea si el Ayuntamiento pretende hacer una labor integral. Construcciones como la de Manuel Belda y la de Crespo y Picó necesitan una intervención urgente para no echarse a perder. La segunda está situada a una manzana de distancia del bulevar central, hacia la izquierda. Es la más ricamente decorada de un grupo de tres, entre las que también están la de los hermanos Eduardo y Benito Picó Bres y la de Murcia y Crespo. Tiene una cornisa gravemente fracturada, sus elementos ornamentales acusan la erosión y la cancela que la rodea está muy dañada. Cuenta con un balizamiento parcialmente arrancado, al igual que el sepulcro de José María Martínez de la Peña, que se encuentra a la derecha del paseo que conduce a la iglesia, y que está surcado por profundas grietas. El Ayuntamiento tiene previsto que esta sea la próxima edificación que recupere. «Conforme se vayan inventariando tumbas y mausoleos se irán restaurando», explicó un portavoz municipal. Esa tarea es compartida por el Ayuntamiento y la Comunidad Autónoma.

En el lateral izquierdo del templo hay una sucesión de panteones entre los que destaca el de Manuel Belda, cuya entrada está muy deteriorada, y el de Antonio Norte, situado junto al ábside. Los elementos ornamentales de los que hablan las crónicas de décadas pasadas han desaparecido, ya que ahora es tan solo una construcción tapiada con una losa.

Entre los elementos que habrá que considerar si entran o no en algún catálogo está el panteón de los Caídos por Dios y por España, que ocupa un espacio especial del sector este del cementerio. Su conservación para la posteridad dependerá en buena medida de las leyes sobre memoria histórica y democrática de ámbito estatal.