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Terrazas a rebosar en Cabo de Palos pese al aumento del dispositivo policial
La Guardia Civil, técnicos de Salud y la Policía Local actuaron en Cabo de Palos para reducir los aforos excesivos en veladores al aire libre
El operativo de la Policía Local y de la Guardia Civil más numeroso que recuerdan los vecinos de Cabo de Palos en mucho tiempo tuvo ... que emplearse a fondo para poner coto, en la madrugada de ayer, a las aglomeraciones de jóvenes, en especial en el Centro Comercial Las Dunas. Pasada la medianoche, realizaron batidas por el edificio para levantar acta de lo abarrotadas que estaban algunas de las terrazas de establecimientos de hostelería. Técnicos de Salud Pública tomaron también nota de la ausencia de distanciamiento social. El incremento de la presión policial hizo que un restaurante cerrara precipitadamente poco después de la una de la madrugada, que el '24 horas' tomara medidas para separar a sus clientes y que los locales del piso superior ajustaran el control de accesos por las escaleras.
«Todo eso redujo las molestias para los vecinos, pero también hizo que muchos jóvenes se marcharan a otros sitios con menos vigilancia, como la Playa del Vivero y la de Levante», explicó la presidenta de la asociación de vecinos de Cabo de Palos, María Jesús Esteban. En la primera hubo unas 100 personas en grupos de ocho o diez, bajo la supervisión a distancia de la policía. En la segunda, algunos de los presentes reportaron que hubo algunos incidentes y conatos de agresión, uno de los cuales acabó con varios detenidos y contusionados.
Los dueños de bares temen que el Ayuntamiento decrete algún tipo de cese de la actividad en estos días
Las quejas del anterior fin de semana y el llamamiento de la alcaldesa, Noelia Arroyo, para contar con apoyo de la Delegación del Gobierno surtieron efecto. La Guardia Civil estuvo presente, no solo para hacer controles de alcoholemia sino también para poner coto al incremento de los contagios entre adolescentes y postadolescentes. «Nos consta que han hecho registros a algunos críos. Eso y la amenaza de una multa ha llevado a muchos a marcharse a otros lugares», apuntó Esteban. La parte trasera del centro comercial, hasta la autovía de La Manga, y todo el entorno estuvo acordonado y vacío. «Lo que no consigue evitar el dispositivo es que esos chavales hagan sus necesidades en la calle, en especial en la bajada hacia el palmeral», añadió.
El control de los establecimientos llevó a uno de ellos a cerrar y a otro de servicio 24 horas a delimitar mejor la distancia entre clientes
Peticiones de limpieza
Aparte de los ruidos y el temor a un brote pandémico, la insalubridad también preocupa a los residentes en las urbanizaciones aledañas. «Pedimos que vengan los de la limpieza municipal todos los fines de semana con la cuba de agua a presión, pero solo nos hacen caso algunas veces», añadió.
Entre los empresarios que regentan locales de ocio y hostelería, este fin de semana se ha extendido la especie de que en la semana que comienza puede haber novedades respecto al funcionamiento de las instalaciones. Al menos algunos de los dueños recibieron, a principios de mes, un decreto que establece una reducción radical de la actividad, que no ha sido hecho efectivo, indicaron las fuentes consultadas. «Podría ocurrir en las próximas horas», apuntó uno de los interesados que, como sus compañeros, han contratado a vigilantes jurados para controlar el acceso e incluso colocar vallas con anclajes mucho más sólidos que los que les cedió el Ayuntamiento para evitar la entrada de clientes en terrazas de locales que están vacíos y en estado semirruinoso. «Cierto es que todos los años es en la segunda quincena de julio cuando aumenta la cantidad de gente que sale por la noche», explicó María Jesús Esteban.
En el litoral oeste, fuentes cercanas a la Policía Local indicaron que también hubo botelleo en el palmeral de Isla Plana, aunque sin incidentes de importancia.
Los agentes investigan una presunta agresión con daños a un coche
La Guardia Civil investiga una denuncia de lesiones en una presunta agresión grupal a dos hermanos, junto a la Playa de Levante. Una discusión cuando su vehículo intentaba pasar por el lugar en que unos cuantos jóvenes se había reunido a beber degeneró en una trifulca en la que hubo al menos dos personas golpeadas, entre ellas un invidente. Además de sufrir traumatismos, que han sido acreditados en un examen médico, el automóvil de estas personas recibió un impacto que destrozó una luna, según informaron las fuentes consultadas. Desde los colectivos vecinales de La Manga y de Cabo de Palos indicaron que este verano fuerzas policiales ya han tenido que intervenir para evitar acosos y para separar a personas que «se dedican a intimidar y a amenazar a quienes creen que pueden molestarles».
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