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Retrato de Enrico Tamberlick.
Tamberlick, 'tenore di forza'

Tamberlick, 'tenore di forza'

LUIS MIGUEL PÉREZ ADÁN

Sábado, 16 de marzo 2019, 01:48

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Asistimos a un nuevo capítulo sobre personajes que en algún momento visitaron nuestra ciudad. Se trata de figuras relevantes del mundo histórico, político y sobre todo artístico.

Enrico Tamberlick (1820-1889) fue un tenor italiano de alto rango, para muchos el más grande presente en la lírica de finales del siglo XIX. Poseía una robusta voz de tenor, con un marcado vibrato y sonoras notas agudas. Estas cualidades, unidas a un imponente aspecto en escena, lo hacían particularmente adecuado para los roles heroicos, como Jean, en 'Le prophète' de Meyerbeer, Arnoldo en 'Guillermo Tell', o Manrico en 'Il Trovatore', de Verdi. Otros roles característicos de la carrera de Tamberlick fueron Otello, Pollione, Arturo, Ernani, Robert, Faust, Don Ottavio, Florestan, Max, Poliuto y Benvenuto Cellini, todo un extenso repertorio que lo encumbró al más alto nivel en los escenarios de todo el mundo.

Y como no podía ser de otra forma, Cartagena formaba parte de esos escenarios y la presencia de Tamberlick en nuestra ciudad fue repetida en ocasiones e incluso pasó algunos días invitado y disfrutando de la hospitalidad cartagenera.

Tamberlick fue un personaje de enorme popularidad en su época. Si repasamos su estela artística comprobaremos cómo el éxito le acompañó en sus representaciones en toda Europa y también en América.

Su voz era de gran riqueza de tono y volumen. Su entrega fue grandiosa y noble, su fraseo perfecto y cantó con gran claridad de expresión. Su elocución fue tan buena que cada palabra se pronunció con pleno efecto y su poder dramático fue inusualmente grande.

Aunque nació en Roma, algunas fuentes aseguran que podría haber sido de origen rumano y que su verdadero nombre era Nikita Torna. Sin embargo, su entrenamiento vocal fue totalmente italiano. Estudió primero en Nápoles con Zirilli Borgna y, a continuación, en Bolonia con Guglielmi, y finalmente en Milán con De Abella. Hizo su debut en concierto en 1837, y más tarde apareció en el Teatro Apollo de Roma, como Gennaro en 'Lucrezia Borgia' y Arnoldo en 'Guillermo Tell'.

También apareció en Madrid y en Barcelona. En Londres cantó regularmente entre 1850 y 1869. En San Petersburgo, entre 1850 y 1863, incluyendo el estreno mundial de 'La forza del destino', de Verdi. Debutó en París en 1858, volviendo regularmente hasta 1877. En el Teatro Real de Madrid cantó entre 1865 y 1880, destacando su participación, en 1871, en el estreno de la versión operística de 'Marina', de Emilio Arrieta.

En 1857 participó en la apertura del primer edificio del Teatro Colón de Buenos Aires, cantando 'La Traviata'. Fue miembro de la compañía de ópera de la soprano mexicana Ángela Peralta. En la ciudad de México estrenó en 1871 la ópera 'Guatemotzin', del mexicano Aniceto Ortega de Villar. En la temporada 1873-74 actuó en Nueva York.

En el Teatro Principal

Con independencia de visitas y actuaciones anteriores en el tiempo, nos referiremos concretamente a su última estancia en nuestra ciudad, por ser esta la más duradera y también de la que disponemos mayor información.

Sería durante el mes de febrero de 1882, al final de su carrera y antes de iniciar su retiro profesional, cuando este artista decide realizar una gira de despedida del público español.

Para Cartagena era una ocasión única e irrepetible aprovechar esta gira para que el tenor italiano cantara por última vez en el Teatro Principal, situado en la calle Comedias.

Este escenario se había remozado años antes y se había convertido en un lugar elegante y acogedor, decorado con pinturas de Manuel Wsell de Guimbarda, para albergar a 1.460 espectadores: 260 butacas repartidas en 43 palcos y plateas, y 6 palcos de escenario, 800 entradas de paraíso y 400 de anfiteatro. Un coliseo a la altura de Cartagena y que no tenía nada que envidiar a los mejores de España.

Patrocinado por un importante empresario-mecenas, Tamberlick y su gran compañía llegaron directamente por ferrocarril desde Madrid; componían la misma una primera tiple dramática, primor tiple ligera, dos contraltos, dos comprimaria, primer tenor, primer barítono, primer bajo, tenor comprimario, segundo bajo, dos partiquinos, maestro de coros, apuntador, 30 profesores de orquesta y 28 coristas.

Se presentó un programa con un abono de doce representaciones en el referido Teatro Principal. El repertorio que se ofrecía era, 'Polituto', 'Rigoletto', 'Trovador', 'Ernani', 'Traviata', 'Lucrecia', 'Fausto', 'Africana' y otras.

Fueron varios días de estancia en donde el tenor se sintió enormemente acogido, disfrutando de la hospitalidad y del benigno clima. Incluso no dudó en colaborar con el Santo Hospital de Caridad, ofreciendo una función religiosa, quedando reflejada en la prensa local de la siguiente forma:

«No pudieron concebir idea más adecuada que la de tributar culto público a nuestra amadísima Madre la Virgen de la Caridad. Se cantó el Ave María de Gounod, por Tamberlick, el cual, como siempre, hizo brotar de su privilegiada garganta aquellas sublimes notas, que más parecen desprendidas de celestiales armonías que acortan la distancia entre la criatura y el Creador».

Desde Cartagena continuó su gira de despedida, durante mucho tiempo se recordó su triunfal presencia en nuestra ciudad. Se decía: «Nadie ha cantado y creo que nadie cantará como él».

Hizo su última aparición en Londres en 1877. Murió en París poco antes de cumplir 69 años.

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