Los supervivientes de Los Urrutias
Una veintena de empresarios mantienen sus negocios en los pueblos del arco sur del Mar Menor, pese a la fuga de turistas
Mientras María García, dueña de la pescadería Félix de Los Urrutias, ordena las doradas, salmones, gambas, lubinas y caballas del mostrador, a su mente le ... llegan recuerdos de los años en que en agosto su pequeña tienda ubicada frente a la iglesia estaba a rebosar de clientes toda la mañana. «No parábamos ni un minuto», rememora. Ahora, pese a que entre Punta Brava, su pueblo y Estrella de Mar solo queda su pescadería, de las cuatro o cinco que llegaron a haber en los años noventa, «el género tiene difícil salida». El mal estado del Mar Menor, los fangos y secos que pueblan las playas y la crisis del coronavirus han ahuyentado a los turistas y han dejado esta zona semivacía. «Solo vienen los de siempre y algunos ya ni eso, eligen otras zonas», confiesa. Ella es uno de los pocos empresarios supervivientes que aún apuesta por los pueblos del arco sur marmenorense, aún sabiendo que «este verano no ganaré ni un euro». Apenas una veintena de negocios se mantienen en funcionamiento en estas fechas y de ellos cerrará más de la mitad en invierno. La agonía de estos pueblos se evidencia en la pérdida cada vez mayor de un conglomerado empresarial que antes insuflaba vida.
Pese a todo, María García decidió abrir a principios de verano, porque su padre, el fundador, se lo pidió. «Creía que no sacaría ni para cubrir los gastos, pero al final me iré si perder nada, que ya es un logro», calcula.
La frutería
Más pesimista es el dueño de la única frutería de toda la zona, Ramón González. En la puerta de su negocio luce un cartel de 'Se Alquila'. «Lo tengo varios años, pero quién la va a alquilar, si cada vez viene menos gente a estos pueblos», detalla. Recuerda que establecimientos como el suyo, cuando lo abrió, en 1998, habían tres o cuatro más, «pero ahora queda solo el mío y desde hace algún tiempo todos los años me planteo no abrir». El que no le falla nunca como empleado «y que dure», dice, es Severo Martínez.
El presidente de la Asociación de Empresarios de Los Urrutias, que aglutina negocios de los tres pueblos, Severo Sánchez, hace resumen y reconoce que «pese a no haber turistas ingleses, que eran los que nos hacía subir las ventas, nos está yendo bien, porque el turismo nacional y los vecinos que tienen aquí su residencia de veraneo continúan viniendo. No está siendo tan malo como pensábamos».
En eso coincide Javier Guillén, la quinta generación que regenta el restaurante Casa Valentín, ubicado en la Avenida Unificación de Los Urrutias, en la zona conocida como los semáforos. «Nosotros tenemos la clientela de siempre. Sí que es verdad que se nota que los ingleses de Estrella de Mar y del Hotel Nelson Mar Menor no están, pero no está siendo un verano catastrófico como se esperaba», detalla este joven.
Este establecimiento fue una de las primeras construcciones que surgieron en esta zona de la costa cartagenera en 1893. Sus muchas variedades en pescados y carnes le hacen ser «referente en la zona, por eso aguantamos», argumenta. Un ejemplo de ello es que mantiene a su plantilla. José Antonio Lacal y Laura Gómez, dos de sus empleados lo agradecen, tal y como está el mercado labora.
Las frases
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Javier Guillén: «Mantenemos la clientela de siempre y nos va bien, pero se nota que los ingleses no han venido»
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Jesús López: «Aquí nos estamos defendiendo más o menos bien, aunque no tiene nada que ver con otros años»
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María García: «No creía que sacaría ni para cubrir los gastos, pero creo que al final me iré sin perder nada»
La familia Guillén también dirige la Inmobiliaria Studio, una de las tres que aún sobreviven. Está junto a la iglesia. Lo hace porque, pese a todo, el mercado en esta zona aún se mueve. «Aunque parezca increíble, en lo que llevamos de mes de agosto ya hemos vendido tres casas», explica Javier. Este empresario espera que con la instalación de los pantalanes y si finalmente limpian los fangos, como se comprometió la semana pasada el Ayuntamiento de Cartagena con los vecinos, «la imagen de esta zona cambiará y el turismo se reactivará».
Sueñan con atraer visitantes
Lo único que critican los vecinos de esta promesa es que el Consistorio no da fechas ni detalla el presupuesto que maneja para hacer los trabajos. Los vecinos sueñan con que el estado de sus playas cambie en los próximos años y con que los pueblos vuelvan a atraer visitantes, como lo hacían en las décadas de los ochenta y noventa.
De lo que más queda en esta zona son bares. Entre los tres pueblos hay una docena. En Punta Brava dos, pero solo uno en invierno: el Bar Nuevo de Punta Brava. En esta localidad, ya no quedan ni tiendas. En la urbanización Estrella de Mar hay tres locales de hostelería y en Los Urrutias, siete y no todos funcionan en época invernal. Aparte de estos negocios, los vecinos solo tienen un supermercado para hacer sus compras, una pequeñas confitería, una peluquería y un veterinario. Este año, ninguno de los dos hoteles que había, Sol y Mar y Nelson Mar Menor abrió.
Uno de los hosteleros que se mantiene en pie y que «siempre» lo hará, es el dueño de la cafetería heladería Pedregal, Jesús López. Este empresario también lleva la panadería con el mismo nombre, ambos negocios en la calle Antonio Reverte. «Este año está siendo complicado, pero no nos podemos quejar. Nos defendemos, aunque no tiene nada que ver con otros años», cuenta. Él también mantiene a su plantilla. Joaquín Gallego, Aida Castejón y Sofía Marín son de los fijos.
Falta de inversión
A la situación de las playas se le une, según los vecinos, el mal estado del pueblo, una consecuencia de la falta de inversión en servicios e infraestructuras durante los últimos años. Aceras levantadas, asfalto resquebrajado, zonas de aparcamiento sin delimitar, pasos de peatones con falta de repintar y el mal estado del Aula de la Naturaleza, ubicada en la calle Antonio Reverte, es lo que ven estos días los vecinos y los pocos veraneantes. La falta de poda de los árboles también les preocupa, sobre todo en Los Urrutias. El Ayuntamiento también se comprometió con los vecinos a una serie de inversiones para mejorar el pueblo y a su vez incentivar la llegada de turistas. El plan está en marcha.
Los vecinos exigen la reapertura de las ocho zonas de playa cerradas
Los vecinos de El Carmolí, Punta Brava, Los Urrutias, la urbanización Estrella de Mar y Los Nietos exigieron ayer un plan urgente para reabrir en el año 2021 las ocho zonas de baño clausuradas por la acumulación de fangos y lodos. Lo hicieron en una nota de prensa conjunta en la que, aunque ven con buenos ojos los planes del Ayuntamiento de Cartagena en cuanto a la extracción de lodos, saben que este proyecto municipal no estará para entonces. Por eso solicitan acciones «inmediatas», para que el año que viene se puedan bañar sin peligro de hundirse en el barro. Para ello piden que las tres administraciones, local, regional y estatal, «vayan de la mano para solucionar el problema de manera conjunta». En el escrito también exigen el remangado de las playas, es decir echar más arena, para el año próximo, y así mejorar la calidad de las zonas de baño. «Estamos muy seguros de que sería de gran utilidad en la mejora de la primera línea», explican en el comunicado.
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