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Trabajadores de la ADLE y alumnos del curso para emprendedores, ayer en la clausura de la actividad. a. c.
Siete de cada diez autónomos tutelados por la ADLE sobreviven al primer año

Siete de cada diez autónomos tutelados por la ADLE sobreviven al primer año

La agencia municipal finaliza con éxito la tercera edición del programa de asesoramiento para emprendedores

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Viernes, 5 de julio 2019, 01:49

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Más del 70% de las iniciativas empresariales que han surgido del programa para emprendedores de la Agencia Local de Empleo (ADLE), dependiente del Ayuntamiento, han sobrevivido a su primer año de existencia. El gerente de este organismo municipal, Fulgencio Cerón, ofreció estos datos ayer, durante la sesión de clausura del tercer plan Generación Emprendedora, que ha ayudado a una docena de personas a encarrilar sus proyectos. Los participantes recibieron los diplomas acreditativos de los dos meses de trabajo realizado en los que han aprendido a llevar a la práctica sus proyectos. Una copistería para presentación de proyectos generados por ordenador, una tienda de ropa usada para ceremonia y eventos, un maestro arrocero y un gabinete de 'fitness' que personaliza los ejercicios que necesita cada cliente son algunos de los proyectos que obtuvieron el aval de la Agencia.

«Abrimos la mente de personas que llegan con buenas ideas, para que aprendan a adaptar su negocio a lo que realmente demandan sus potenciales clientes», explico Cerón. «El secreto está en ayudar a hacer viables los planes de cada persona, con los medios adecuados, para que genere riqueza y, si es posible, genere empleo. Se trata de ayudarles a tomar las mejores decisiones para que su proyecto sea viable económica, financiera y comercialmente», aseveró el responsable de la agencia municipal.

La cifra

  • 36 iniciativas han salido reforzadas y con un futuro viable después de pasar por el curso de dos meses.

«Yo me levanté un día, después de doce años haciendo arroces y me dije: 'Pero si no te gusta la hostelería, lo tuyo es la enseñanza'. Ahora aplicaré ambas cosas: mi experiencia previa como maestro en el colegio del Patronato, y mi habilidad culinaria», explicaba José Albes, de 44 años, minutos después de recibir su diploma. Es uno de los que más avanzado tiene su plan empresarial, ya que incluso tiene en construcción una página web con su nombre, 'El maestro arrocero'. Ya no preparará arroces para que otros se los coman; les enseñará a cocinarlos, bien en su casa junto al Mar Menor, bien en la de sus clientes o dónde ellos le digan. «Conforme he madurado la idea, me he dado cuenta de las posibilidades infinitas que tiene. Ya la he aplicado en un centro educativo, el colegio San Félix, y espero convencer a las administraciones para que me permitan convertir esto en una actividad educativa para los chavales. También estoy a disposición de las empresas, ya que puede ser algo bueno dentro de sus ejercicios de motivación y entrenamiento como equipo», apuntó.

Los técnicos ayudan a dotar de solvencia empresarial las ideas de los participantes

Un plan de empresa

Rosa Sala ayudó a Albes a dotar a su proyecto de las herramientas prácticas para hacerlo viable. «Yo siempre había trabajado por cuenta ajena. No había sido autónomo y no sabía lo que era hacer un plan de empresa, crear una cartera de clientes y evaluar un presupuesto financiero. En suma, en este curso nos han ayudado a que no cometamos los primeros errores en los que caen los emprendedores. Podemos equivocarnos, pero hay menos posibilidades de que fracasemos por un error de principiante», dijo Albes.

Si este maestro culinario pretende comenzar con su actividad en septiembre, Ricardo Gómez Jerez, de 30 años, no quiere demorar la suya mucho más. «Tenemos un local apalabrado y pretendemos empezar en octubre», apuntó. En su caso, el proyecto consiste en un centro 'boutique' de entrenamiento personal. «En este sector, lo que se estila ahora es que los clientes paguen una tarifa plana por usar todos los servicios. Nosotros ofreceremos de todo: zumba, pilates y yoga, entre otras disciplinas, pero quien se apunte pagará por lo que haga, las horas que lo haga», explicó.

Los protagonistas

  • José Albes. Maestro y cocinero Enseñará a preparar arroz y también a apreciar la dieta mediterránea y una buena nutrición.

  • Caridad Brau. Comerciante Fundará una tienda de moda elegante y de ceremonia de segunda mano, con compra y venta.

  • Ricardo Gómez. Preparador físico Creará, junto con un socio, un centro 'boutique' de entrenamiento con atención personalizada.

Gómez tiene previsto llevar adelante este proyecto con otro socio. «Ambos tenemos diez años de experiencia en el sector de la preparación física. Y también formación en gestión de empresas, pero siempre hemos trabajado por cuenta ajena», recordó. «Por eso, en lo que más me han ayudado es en los trámites legales, en encontrar vías para solicitar subvenciones y en todo lo que tiene que ver con los presupuestos de ingresos y gastos», explicó. Como Albes, Gómez pretende dar una atención lo más directa y personalizada.

Planes personalizados

También en sectores más tradicionales, la clave es amoldarse a lo que piden los potenciales clientes. Es el caso de la tienda de ropa que pretende abrir Caridad Brau, de 52 años. Ella sí ha trabajado como autónoma en el sector comercial. Llevaba algunos años en paro y, finalmente, se ha decidido por el autoempleo. Como Ricardo Gómez, tiene un socio, en este caso su hermana. «Hace ocho meses empezamos a germinar la idea y nos hemos lanzado a un proyecto que mezcla la moda con la ecología y la optimización de recursos. Pretendemos ofrecer a personas que tienen ropa que no usan, la posibilidad de sacarle partido. Si nos la dan y conseguimos venderla, les daremos un porcentaje. Queremos ropa moderna, para ocasiones especiales y ceremonia. También la recibiremos de proveedores que cultivan un estilo internacional. Ahora nos falta el local», contó Caridad.

Ricardo, Caridad y José aprendieron en dos meses, junto con sus otros nueve compañeros, las técnicas básicas para llevar adelante su negocio aunque los tres echaron de menos «que durara un poco más», para asegurar aún más sus proyectos.

Tras alzar la persiana, es básico aguantar el primer ejercicio

Tanto Fulgencio Cerón como los técnicos que dirigieron el curso, Rosa Sala y Miguel Ángel Gutiérrez, están empeñados en apoyar a los emprendedores en dos cuestiones claves. La primera es conseguir que cubran el camino que hay desde que tienen la idea hasta que alzan la persiana. La segunda es ejercer una tutela para evitar que el proyecto se derrumbe antes de alcanzar un año de vida, plazo en el que deben empezar a amortizar la inversión realizada y consolidar una cartera de clientes que permita demostrar que tienen un futuro. Entre los planes para próximas ediciones está incidir en un programa de competitividad que permita ayudar a personas que ya tienen un negocio en marcha y que necesitan apoyos para seguir adelante. Para Cerón, Gutierrez y Sala, una buena idea no basta. Es necesario apoyarla en sólidos fundamentos empresariales. Pero tienen claro que si la idea no tiene empuje y originalidad, no hay nada que hacer.

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