La saga cantaora de El Rampa
José Sánchez Conesa
Miércoles, 19 de junio 2024, 00:40
Qué nos queda de aquella época, de aquél mundo, un siglo después. Apenas unas líneas en la prensa de la época, ninguna grabación ni fotografías ... del concurso celebrado en la cerca de Spottorno de Lucía el sábado 26 de julio de 1924, siguiendo la estela del certamen que entre otros organizaron Manuel de Falla y García Lorca en los jardines del Generalife granadino en 1922. Este viernes se conmemora el centenario del concurso de cante de Santa Lucía en la plaza de la Marina. Este acto se enmarca dentro de los XVII Recitales Flamencos organizados por la asociación cultural El Pinacho, la asociación de vecinos del barrio y la Concejalía de Festejos. Recordará toda esta etapa de auge de los concursos en su centenario y a la segunda generación de cantaores que la protagonizó el Rojo el Alpargatero, La Peñaranda y tantos otros.
En la segunda hornada encontramos un guitarrista de referencia, José Grau, uno de los hijos del Rojo y un cantaor de reconocido prestigio, Antonio Ayala Mateo, El Rampa. Este grupo ha sido estudiado por Pedro Fernández Riquelme en su obra 'Los orígenes del cante de las minas. Guía crítica a través de la discografía y los textos' (2008) y por Paco Paredes en diversos artículos y en su libro biográfico de 'Manuel González Guerrita, 'As de la ópera flamenca' (2011) sobre la vida del rey de la taranta.
En mi condición de cronista oficial proyectaré imágenes añejas de la ciudad y del barrio de Santa Lucía de un siglo de tiempo y emoción acumulada. Y nos acercaremos a aquella vida remota y a aquellos artistas, especialmente a la trayectoria de la familia Rampa. Seguidamente Antonio Ayala Paredes, nieto, nos ofrecerá un recital de flamenco. Recibirá un detalle de manos de la autoridad competente. Es un extraño hilo que nos mantiene unidos a aquel pasado que evocamos, en los genes del nieto va el abuelo cantaor.
Concurso de 1924
La competición cantaora de la cerca, de carácter benéfico, comenzó a las diez y media de la noche, cerrando el telón a las tres de la madrugada con gran éxito, pues reunió a tres mil espectadores. Tomaron parte ocho concursantes, muchos del barrio de Santa Lucia, otros de San Antón y del casco antiguo. Entre los miembros del jurado estuvo el célebre torero cordobés Machaquito, casado con una cartagenera. El triunfador fue el sanantonero José Bernal El Mendo, único que se ajustó a las bases que exigen cantar por cartageneras. En segundo lugar actuó Guerrita. Interpretó fandanguillos y los estilos de la baja Andalucía: siguiriyas y soleares, algo que no era frecuente entre los nuestros. Concitó encendidos aplausos de la concurrencia, según el periodista, quien informa que no faltaron las festivas bulerías.
Este viernes se conmemora el centenario del concurso de cante de Santa Lucía en la plaza de la Marina
El gran éxito llevó a la convocatoria de otro certamen a los pocos días en el casino de Santa Lucía. El primer premio fue para Rampa, el segundo para el Mendo y el tercero para Guerrita. El 31 de agosto de 1924 la cofradía California organizó otro concurso benéfico a favor de sus procesiones en un vallado realizado para la ocasión en el paseo de Alfonso XIII. Prosiguieron concursos en barrio de Peral y San Antón durante las fiestas patronales, otro a favor de la Hospitalidad de Santa Teresa y otro más en la cerca de Spottorno. Se replica la exitosa experiencia en La Unión y en el club taurino de Murcia.
El primer Rampa
Antonio Ayala Mateo nació en 1896 en el callejón de Cantarería en el barrio cartagenero de La Morería, siendo el segundo de siete hermanos de una familia de clase obrera, por lo que comenzaría a trabajar como camarero desde niño. Más tarde promocionó a encargado de juego en el casino de Cartagena. Aunque no salió de la comarca ni se dedicó profesionalmente al arte, compartió escenario con las grandes figuras que actuaban en Cartagena y su entorno. Hablamos de quienes reinaron en la llamada Opera flamenca, entre los años veinte y los sesenta: Pepe Marchena, Niña de los Peines, Manuel Vallejo, Cojo de Málaga, Angelillo, Pena hijo o Juan Varea.
Destacaba por granainas, cartageneras, tarantas, malagueñas y saetas. Pepe Marchena le ofreció incorporarse a su compañía que le hubieran llevado a plazas de toros y teatros de España y América. Disfrutaba la tertulia y el cante en tabernas como El Pinacho, bar Sol y los Techos Bajos. Fue una oportunidad aprovechada con éxito por Guerrita y Fanegas. Ayala Mateo falleció con 72 años de edad, sin dejarnos un legado discográfico, pero sembrando en sus hijos el gusto y el conocimiento del cante. Fue un eslabón que le unirá a su nieto en esta cadena de transmisión oral.
El Rampa, nieto
Antonio Ayala Paredes (1958) ha levantado la Lámpara Minera, el Melón de Oro de Lo Ferro y El Abanico de Barcelona. Grabó el disco 'Desolación de la quimera' (2003), poemas de y sobre Luis Cernuda por diversos estilos flamencos, con la firma de RTVE y la CAM y la iniciativa del poeta y periodista Antonio Parra. Es un cantaor de su tiempo, influido por el magisterio de Antonio Mairena y Fosforito. Destaca por su expresividad jonda y su desgarro profundo que despliega en los cantes mineros y singularmente en un cante no tan cultivado como es la murciana, además de saetas, soleá y siguiriyas. Preocupado por la continuidad de este patrimonio inmaterial ha dedicado tiempo de su vida a la enseñanza en la Universidad Popular y el Conservatorio de Cartagena y atiende a aquellos jóvenes que se le acercan para recibir un consejo.
En Cartagena y su zona de influencia se ha cantado siempre mucho, la nómina de excelentes aficionados que podrían haber alcanzado el status de profesional es impresionante en todas las generaciones, menos en la actual. Aunque el viernes toca celebrar el patrimonio vivo.
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