Carmen Solano, dependienta de la panadería La Abuela, ubicada en la calle Carlos III, arregla un adorno, frente al cristal resquebrajado y el cartel de 'Se traspasa'. J. M. RODRÍGUEZ / AGM

Los robos en el Sector Estación de Cartagena se multiplican tras los últimos asaltos en calles y comercios

Las quejas por la falta de seguridad se recrudecen y los vecinos denuncian que los transeúntes se cuelan en los portales y garajes para dormir

Lunes, 27 de diciembre 2021, 01:07

El supermercado que hay junto a la estación de trenes, una panadería de la Calle Carlos III, una confitería de Capitanes Ripoll, una peluquería de ... Juan de la Cueva, varios coches de Pintor Portela y Tirso de Molina, y un cajero del Paseo de Alfonso XIII amplían la larga lista de lugares que últimamente han sido escenario de las fechorías de los cacos en el Sector Estación. Los vecinos y los empresarios están ya hartos y no saben qué hacer para frenar esta ola, que no cesa desde el pasado verano y que en los últimos días se ha recrudecido.

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El peor asalto lo sufrió Carmen Solano, la dependienta de la panadería La Abuela, un establecimiento ubicado en la calle Carlos III. Fue el pasado 7 de diciembre. Ese día, sobre las cinco y media de la tarde, entró en la tienda un hombre de unos 40 años, le enseñó una navaja y le dijo que le diera todo el dinero que había en la caja registradora. Se llevó unos 500 euros y «cuando salía me dijo: 'gracias a que me has dado el dinero esta noche duermes en casa», contó esta empleada.

No contento con eso volvió el pasado domingo por la mañana «sobre las siete y media y al ver que estaba cerrado cogió la tapa de una alcantarilla y la tiró al cristal, que quedó resquebrajado», explicó a LA VERDAD el dueño del establecimiento, el empresario José Madrid. «Afortunadamente no pudo entrar. Al ver que había sido sorprendido por los vecinos se largó corriendo», añadió.

Un empresario traspasa el negocio después de que un ladrón le robara 500 euros, amenazara a su empleada y rompiera un cristal

Fuga de negocios

Después de este suceso José Madrid ha decidido cerrar el negocio y traspasarlo. «La zona es muy insegura. Desde hace un año, cada vez hay más delincuencia. Se está convirtiendo en el Bronx de Cartagena. Por eso, abriré otra tienda en alguna zona más segura de la ciudad», afirmó este empresario. Está misma semana, además, robaron en el supermercado Lidl de la zona y rompieron la ventanilla de un coche ubicado en la calle Tirso de Molina.

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Algo similar les ocurrió hace unas semanas a las dependientas de la confitería de Capitanes Ripoll, que prefirieron mantener su identidad en el anonimato por temor a represalias. Una de ellas contó que dos jóvenes, un español y un marroquí, entraron portando un cuchillo e intentaron llevarse la caja registradora. Al no conseguirlo, se fueron corriendo.

Los residentes confiesan tener «miedo» y exigen al Ayuntamiento agentes de la policía local de barrio que recorran la calle a pie

«Miedo» confiesa tener la dueña de la peluquería Elisa, de la calle Juan de la Cueva, Elisa García, por eso todos los días cierra la puerta con llave. El de ella es otro de los muchos negocios de la zona afectados por este fenómeno, que ya investiga la Policía Nacional. «Hace poco me descuidé y me robaron el móvil. Pero la sensación de inseguridad que tenemos aquí te lleva a pensar que en cualquier momento te pueden quitar más cosas», advirtió a LA VERDAD.

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Robos en una sucursal

Una vecina del Paseo Alfonso XIII fue abordada por un desconocido, cuando sacaba dinero en una de las sucursales de la zona, relató Lola Martínez, una vecina. «Le tuvo que dar todo lo que tenía, después de recibir amenazas muy duras», relató. Ella, como muchos residentes de esta zona, también se queja de que los transeúntes se meten en los portales a pasar la noche e, incluso, «logran colarse y bajar al sótano, donde, además, hacen sus necesidades», detalló.

Por esta misma situación ya se manifestaron este verano, para exigir al Ayuntamiento medidas urgentes. Los mayores problemas de estas características se concentran en Tirso de Molina, que conecta el Paseo de Alfonso XIII con la Plaza de México, donde está la estación del ferrocarril. También la perpendicular, Carlos III; que va de Pintor Portela a Capitanes Ripoll. Son dos de los ejes que vertebran el barrio y entre los inquilinos de sus viviendas abunda la gente de avanzada edad.

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Desde la Asociación de Vecinos del Sector Estación llevan varios meses pidiendo explicaciones al Ayuntamiento y medidas urgentes. Incluso han llevado a cabo reuniones sobre el tema. «Creemos que la solución no es que se pase de vez en cuando la Policía Local en coche o en moto por aquí. Necesitamos que haya policía de barrio, que su presencia sea continua. Si lo seguimos dejando pasar, este barrio empeorará y no habrá forma de gobernarlo», se quejó el presidente vecinal, Fulgencio Sánchez.

Los gorrillas atemorizan a los conductores en tres aparcamientos

Los vecinos y empresarios del Sector Estación no solo conviven con el temor de ser robados en plena calle o en sus negocios, sino también por los gorrillas que a diario deambulan por las zonas de aparcamiento del barrio. Dónde más problemas tienen es en el parking de los supermercados que hay junto a la estación del tren. «En ellos, sobre todo el que está en la Avenida de América intimidan a los clientes y hasta han intentado robarles», explicó el presidente de la Asociación de Vecinos, Fulgencio Sánchez. Los que más críticas suscitan por parte de los vecinos y conductores son los que se colocan en la calle Ciudad de Orán. «Estamos viviendo una situación de inseguridad alarmante, no podemos ni salir tranquilos de nuestras casas. Todos los asaltos que se están produciendo son perpetrados por toxicómanos», añadió el representante vecinal.

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