Las primeras obras contra las riadas en el Mar Menor se harán en El Carmolí y Playa Honda

Convertir las medianas de las carreteras en zonas permeables para que el agua se filtre, crear alcorques que sirvan para retener el agua, construir pozos y zanjas de infiltración y diseñar parques inundables como el que ya se ha proyectado en el Plan Rambla de Cartagena. Estas son algunas de las medidas que pronto serán materializadas en El Carmolí y Playa Honda, las dos primeras poblaciones cartageneras del Mar Menor, cuyas infraestructuras serán equipadas y mejoradas para evitar inundaciones.

Se trata de algunas de las propuestas de retención y absorción de aguas pluviales que recoge un estudio elaborado por expertos de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), por encargo de la Comunidad Autónoma, para prevenir los efectos de las lluvias torrenciales, como la de las DANA ocurridas en 2019 y 2020.

En esas dos poblaciones comenzarán una serie de trabajos que se extenderán a otros núcleos vecinales del Mar Menor. Concretamente, a San Pedro del Pinatar, San Javier, Los Alcázares, Los Urrutias y Los Nietos.

Los trabajos han sido desarrollados por el Laboratorio de Investigación Urbana de la UPCT, formado por un equipo en el que se integran profesores de Arquitectura, Agrónomos, Caminos y Minas. Las conclusiones fueron presentadas ayer por el consejero de Fomento e Infraestructuras, José Ramón Díez de Revenga, la alcaldesa, Ana Belén Castejón, y la vicealcaldesa, Noelia Arroyo.

Entre las propuestas del estudio destacan las cubiertas vegetales para instalar en parques y jardines. Ese sistema lleva incorporado sumideros que recogerían el agua y la almacenarían para ser reutilizada en el riego durante los periodos más secos, como el verano.

También incluye la construcción de pavimentos permeables y lo más común: depósitos. Propone ponerlos en zonas verdes, rotondas y en aparcamientos. Incluso plantea la posibilidad de instalar filtros compactos capaces de eliminar los elementos contaminantes. En este caso, la suciedad quedaría almacenada en una cámara y el agua limpia sería redirigida a una red de tuberías, para su posterior reutilización.

Díez de Revenga destacó que el objetivo es contribuir a que la superficie urbana actúe como una «gran red de drenaje, que permita absorber y filtrar el agua y aprovechar esos recursos hídricos, en lugar de que la escorrentía acabe en el Mar Menor, con todos los elementos y materiales que arrastra a su paso». Se trata de crear «espacios verdes» y «ciudades esponja», que permitan «aumentar la calidad de vida de los ciudadanos que periódicamente se ven afectados por las inundaciones».

La ejecución de este proyecto tendrá que ser planteada a medio y largo plazo, de ahí la intención del Ayuntamiento de que estas medidas estén presentes en el futuro Plan de Ordenación Urbana de Cartagena ya en elaboración. A raíz del estudio, el equipo técnico del Ayuntamiento identificará los espacios en los que se pueden aplicar estas técnicas de drenaje sostenible para planificar su ejecución.

Esta iniciativa está enmarcada en la Estrategia de Arquitectura y Construcción Sostenible de la Región de Murcia, que desarrolla el Ejecutivo autonómico. Da respuesta, además, a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas y a la Agenda Urbana 2030 de la Unión Europea.