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Vecinas magrebíes, ayer en la Feria de Asociaciones de Las Seiscientas, en Cartagena. Antonio Gil / AGM
Preocupación por la «fuga» de escolares y el riesgo de los guetos

Preocupación por la «fuga» de escolares y el riesgo de los guetos

El colegio Stella Maris confía en recuperar la normalidad, tras faltar a clase decenas de gitanos, y los vecinos piden más ayudas para el barrio

J. A. G.

CARTAGENA

Lunes, 13 de noviembre 2017, 08:00

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«La vida sigue». Juan Gómez, presidente de la Asociación de Vecinos de la barriada Virgen de la Caridad, conocida a nivel popular en Cartagena como Las Seiscientas, repetía ayer como un mantra esta frase, para resumir el espíritu de serenidad y convivencia pacífica con que «la inmensa mayoría» de los residentes de la zona encaran la resaca del doble homicidio en la plaza Derechos Humanos.

«Ante el hecho tan lamentable que se ha producido, hemos querido demostrar al pueblo de Cartagena que la vida sigue; que todos los colectivos e instituciones debemos estar unidos para trabajar en favor del respeto, de la integración y de la convivencia pacífica», comentó Gómez, con motivo de la cuarta Feria de Asociaciones de la barriada Virgen de la Caridad, celebrada en el muelle Alfonso XII. Decenas de personas se acercaron a la zona para conocer el trabajo de numerosos colectivos culturales (entre ellos de magrebíes e inmigrantes llegados de Ghana y Nigeria), deportivos y de fomento de la integración entre nacionalidades y culturas.

Gómez no ocultó la «preocupación» general por la muerte a tiros de dos vecinos de Alicante, en una riña entre familias de etnia gitana en las viviendas sociales de la plaza Derechos Humanos, y el temor a que una venganza de familiares y amigos de las víctimas afecte a un barrio con 4.000 residentes. Entre otras cosas, comentó que en el colegio público Stella Maris el jueves y el viernes solo fueron a clase 155 de los 450 alumnos, en parte por el miedo y la «fuga» de familias gitanas, entre ellas el clan de 'Los Gasolina'. Gómez añadió que en el centro esperan que vuelva la normalidad, entre otras cosas porque los menores, cuya escolarización es obligatoria, se convierten en víctimas.

«Repudiamos todo lo acontecido», añadió el líder vecinal. Y pidió más apoyo económico, policial y educativo para evitar la formación de «guetos», la marginalidad y el sentimiento de abandono.

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