La Policía controla a 50 jóvenes con actitud agresiva e incívica en Cartagena tras los sucesos de la 'Urba'
La Comisaría considera «pacificada» la zona gracias al operativo que detuvo a 9 personas por la agresión a 12 policías en los incidentes del día 23
Adolescentes, muchos de ellos menores de edad, hijos de familias trabajadoras y con ingresos modestos, pero no pobres. También ávidos de emociones fuertes y sin ... sentido alguno de respeto a la autoridad administrativa, policial y judicial. Este es el perfil de los 50 jóvenes de ambos sexos a los que la Policía Nacional identificó por su actitud potencialmente violenta y otras conductas incívicas en la semana del 21 al 25 de junio, tras la agresión a doce agentes en la plaza de la Asociación de Vecinos de la Urbanización Mediterráneo, más conocida como la 'Urba'.
Tras el tumulto provocado y jaleado por 150 personas en las vísperas de San Juan, calles y plazas fueron de nuevo escenarios de disturbios con el empleo de abundante material pirotécnico y la quema de contenedores. Dos semanas después, la tranquilidad ha vuelto al barrio.
PERFIL DEL VANDALISMO
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Aumentan las chicas Cada vez son más las jóvenes que se implican en los insultos, las amenazas y los tumultos.
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De varios barrios Cuando surge un núcleo de reunión acuden jóvenes de barrios de los alrededores.
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Priman los españoles Muchos son nacionales, en contra de la creencia de que hay una mayoría de extranjeros.
El control ejercido en este tiempo por la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional en el bulevar de la rambla de Los Barreros hasta la de Benipila, en una plaza de Barrio Peral y en otra de José María Lapuerta ha acabado por «pacificar» esas zonas, según fuentes de la Comisaría. Los amagos de resistencia a la autoridad, el consumo y la tenencia de estupefacientes a pequeña escala y la posesión de cantidades excesivas de material pirotécnico son las principales conductas que requirieron de su labor. En el caso del consumo de alcohol en la calle, la ley solo atribuye a la Policía Nacional competencias para intervenir si genera incidentes de orden público o perturba gravemente al vecindario, cosa que no ha vuelto a ocurrir en las últimas dos semanas.
Entre los grupos de jóvenes conflictivos ha crecido el número de chicas, que han dejado de jugar un papel pasivo. También participan en los enfrentamientos y se encaran con los agentes. Al igual que el sexo, tampoco la raza es un factor diferencial. En las concentraciones nocturnas que intimidan a los vecinos que pasan por determinadas plazas y calles por la noche hay más españoles que extranjeros o hijos de inmigrantes que tienen la nacionalidad española por nacimiento.
Solo una pequeña parte de los causantes de los disturbios son de la Urbanización Mediterráneo. El resto se han ido uniendo en los últimos meses desde Los Patojos, Villalba, Nueva Cartagena, San Antón, José María Lapuerta e incluso Los Dolores. Se desplazaban hasta la 'Urba' en patinetes y motocicletas, que utilizaban posteriormente para dar ruidosos paseos por el bulevar de la rambla de Los Dolores. Además, llevaban altavoces que activaban con el volumen a toda potencia sin importarles las molestias que pueden causar a quienes viven en los edificios anexos y ocupan explanadas y otros espacios céntricos, que quedan así inutilizados para el disfrute del resto de los vecinos.
Durante los disturbios de las últimas semanas, los jóvenes participantes utilizaron varios tipos de objetos como armas potenciales de agresión: cascos de moto para golpear y como proyectiles; piedras y lanzadores de artefactos pirotécnicos son las principales detectadas por los agentes que participaron en los operativos nocturnos contra los disturbios.
Noelia Arroyo: «Contra los que salen a liarla, solo cabe aplicar mano dura»
«Estos altercados son causados por personas que en la mayor parte de los casos no son del barrio en el que provocan disturbios. Por eso creo que no son casos que competan a la red de intervención comunitaria localizada en cada zona urbana. Nosotros trabajamos en comunidad desde las unidades de trabajo social, con la Concejalía de Empleo, la Comunidad Autónoma e incluso el Servicio Murciano de Salud. Pero esto es cosa de la Policía, que debe aplicar mano dura y contundencia contra los delincuentes que salen a la calle a liarla».
Sin respeto a la autoridad
Muchos de ellos retan a los policías, cuando estos se presentan para poner orden, porque saben que tienen muy tasado el uso de la violencia para disolverles, sobre todo si se trata de menores de edad. Ni siquiera ser detenidos acobarda a estos chavales, como lo demostró la insolencia con la que se comportaron los nueve detenidos del lunes día 20 (seis) y del jueves día 23 (3), cuatro de ellos menores. Valga como muestra el hecho de que el agresor de un policía con un casco, el primer día, se presentara a declarar sin camiseta en el Juzgado de Guardia, el miércoles siguiente, después de haber usado el calabozo del Palacio de Justicia como retrete. Ante la jueza no solo no mostró ningún signo de arrepentimiento o remordimiento, sino que se regodeó en lo que había hecho, antes de ser enviado a prisión como presunto autor de un delito de atentado a la autoridad y otro de participación en riña tumultuaria.
La plaza junto al local social en la que está la asociación de vecinos de la Urbanización Mediterráneo ha dejado de ser el punto de reunión de los causantes de aquellos tumultos y de otros individuos que generan molestias nocturnas con sus comportamientos incívicos. Se encuentra a pocos metros de la parroquia de Nuestra Señora de la Esperanza, de la pista polideportiva del barrio, del colegio de San Antonio Abad y del instituto de enseñanza secundaria. Así, se adueñaron, casi todos los días, a partir del atardecer y hasta pasada la medianoche, de un espacio que el resto de los vecinos evitaban hasta que la Policía se ocupó de despejarla.
Interlocución vecinal
Sin embargo, las fuentes policiales consultadas por LA VERDAD indicaron que la UPR sigue vigilante. En verano modifica su despliegues para atender a otras zonas, pero siempre consciente de que los problemas pueden reaparecer en cualquier momento en zonas abiertas en las que puedan reunirse más de cien personas. Para eso se ha identificado también la interlocución con los representantes vecinales.
Seguridad, integración social y laboral y más ocio responsable
Un dispositivo permanente y preventivo que se anticipe a loa actos vandálicos y de violencia; unas alternativas de ocio que eviten que más jóvenes caigan en la tentación de unirse a las bandas que los causan y un plan de formación e integración sociolaboral que les haga valorar su tiempo y crecer como personas. Estas son las tres propuestas que las asociaciones de vecinos de la Urbanización Mediterráneo, Nueva Cartagena y San Antón hacen al Ayuntamiento para reducir la conflictividad que desembocó en dos batallas campales hace dos semanas.
«No es que no haya vigilancia, pero es necesario un refuerzo», explicó el representante vecinal de la 'Urba', Sebastián García. Además, debe funcionar de manera coordinada para todos los barrios limítrofes «porque este no es un problema exclusivo nuestro. Los jóvenes que hace dos semanas la liaron en nuestra zona proceden en su mayoría de otros lugares», apuntó. A su juicio, rebajar la tensión ambiental y conseguir que no haya nuevas reuniones multitudinarias como la del lunes 20 es la principal prioridad. «Sin embargo, no es suficiente», apuntó Fernando Gallego, vocal vecinal de San Antón. En su opinión, los chavales no se van a quedar en su casa de brazos cruzados.
«Hay que proporcionarles lugares habilitados para el ocio, de los que actualmente carecemos en estos barrios», dijo. Recuperar para ese uso la vieja cárcel de San Antón es una de las alternativa que él ha defendido. «El problema es que muchos de ellos ni se plantean participar en actividades de ocio. Nosotros hemos abierto las competiciones deportivas y otros eventos a todo el mundo y este tipo de personas 'pasan' de ello. Hay que empezar por su integración sociolaboral. Necesitamos más unidades de trabajo social y más iniciativas educativas», explicó Antonio Molina, de Nueva Cartagena.
El Ayuntamiento indicó a LAVERDAD que hay un centro juvenil en Los Barreros en el que se organizan actividades. Además, también está el del 'Cuco', aunque en este caso, las instalaciones se centran más en los eventos de colectivos con socios.
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