La palma, el símbolo de los mártires

No estaba previsto en el guion que escribiese este artículo, aunque sintiese la necesidad y la obligación moral de hacerlo. Pero no podía. Antes tenía que ordenar la densidad emocional que envuelve a toda muerte, siempre cargada de sorpresa, desorden y precariedad.

Van pasando las horas y la poderosa imagen de la palma sobre su ataúd es lo que más recuerdo del velatorio de Francisco José Ródenas Rozas. La palma es el símbolo de los mártires cristianos y nos evoca las palmeras del oasis, el agua de la vida, el triunfo en la antigua Roma, el Jardín del Paraíso.

Me agrada la entereza de tu mujer y de tus hijas, de las que estabas tan orgulloso. Junto a ti, tu alcalde, Pedro López Milán, Esteban Bernal y Gonzalo Wandosell, que no quieren dejarte solo.

Domina un aire festivo en la amplia estancia del archivo municipal que lleva tu nombre, porque asistimos a la segunda parte de aquella mañana luminosa de domingo, aquel dichoso 11 de febrero en que se te nombró Hijo Predilecto de La Unión, en un salón de plenos abarrotado.

Hace unos escasos meses se reconocía con gran alborozo la gran labor al frente del archivo y de la biblioteca municipal, las conferencias en los centros educativos para la difusión de la historia local, tus publicaciones dedicadas al proceso de transformación urbanística del municipio minero, el Mercado Público, los cafés cantantes, la parroquia de Nuestra Señora de Los Dolores de El Garbanzal, la vidas del compositor Ramón Perelló, Pío Wandosell, la Casa del Piñón, el Rojo que se pone de pie, la Semana Santa Minera, el Cristo de los Mineros.

Te quieren tus vecinos y amigos por el trabajo desplegado en todo este tiempo, hasta la exageración, y lo han materializado en el Carburo de Oro del Festival Internacional del Cante de las Minas (2013), en tu distinción como Ciudadano de Honor del municipio (2015), en el Popular de la Unión por la tertulia literaria Mesa Café y eligiéndote pregonero de las fiestas patronales y de la Semana Santa.

Tu valía intelectual quedó reconocida de manera patente con el Premio Internacional de Investigación del Festival del Cante de las Minas (2000) y el Premio de Divulgación de lectura juvenil otorgado por la Federación de Municipios y Provincias, conjuntamente con el Ministerio de Educación.

La primera vez que nos entrevistamos te propuse participar en el I Congreso Etnográfico del Campo de Cartagena, celebrado en el año 2003, y lo hiciste con un trabajo que nos deslumbró a todos: 'La caza del aliento imposible: el retrato mortuorio en La Unión'. Desde entonces, cada vez que nos hemos visto he tenido el premio de tu sonrisa franca y la 'frasesica' a punto. «¡Hombre, el tío del saco!», me decías.

La Unión despide a su cronista oficial, desde 2007, cuando tomó el relevo de otro grande, Asensio Sáez, con quien compartías esa felicidad seráfica del que está en paz con las criaturas.

El amigo Paco Henares escribió sobre Asensio un bello texto que siempre he pensado que estaba compuesto pensando también en ti: «Sé que cuando nuestro escritor oficia y toca algo tan humilde como la copla, la láguena, el castillete o la memoria de quienes nos precedieron, es sencillamente para elevar a lo alto. La etnología tiene algo de sacerdotal. Si no fuera por el amor puesto en las cosas se quedarían como están, sin el toque de resurrección».