La oferta de pisos turísticos se duplica en cuatro años en Cartagena y seguirá creciendo este 2024

Si en el año 2020 había poco más de un centenar, ahora ya hay 230, según el presidente de Aloja, el empresario, Gregorio Morales. «El número de alojamientos turísticos no para de crecer, porque muchos prefieren este sistema de alquilar su vivienda a una familia por meses», explicó. El número de plazas totales ronda las 1.200.

Establecimientos así en la ciudad los hay en el centro histórico y en el Ensanche, sobre todo, con precios que oscilan entre los 50 y 60 euros la noche. Pero también hay ofertas por un coste aún más reducido en lugares como la barriada de San Ginés, el Sector Estación y el Barrio de la Concepción, entre otros.

Uno de los últimos en abrir fue La Casa de Las Flores, en un edificio que data de 1897, en la calle Honda. El precursor es el empresario hostelero Miguel García Ros, gerente de establecimientos como la también histórica Uva Jumillana. El inmueble está equipado con ocho suites, repartidas en tres plantas, con capacidad para 31 clientes y con servicio de 'Hotel-Boutique'. La peculiariedad es que en la terraza tiene un bar, con visión panorámica al cerro del Molinete. «Se trata de los servicios que ahora piden los clientes. Quieren pernoctar, pero que el apartamento en el que estén tengan zonas comunes», explicó Morales. Los tendrá un proyecto ambicioso que lleva a cabo la promotora Las Salinas del Mar Menor y que estará gestionado por Cartagena Flats.

Según fuentes empresariales, tendrá una treintena de apartamentos turísticos que entrarán a formar parte de la oferta de esta última firma. Se trata de una iniciativa que ahora comienza a ser una realidad tras casi un año parada. Está ubicada en la calle San Diego, frente al rectorado de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT).

Otro proyecto en marcha es el de los empresarios José Luis Reverte y Alberto Moreno. Ambos han apostado por la calle Escorial para montar dos negocios en uno. Se trata de Apartamentos Turísticos Insulae y Oficinas & Coworking Insulae. Consta de cuatro estancias para una o dos personas, de unos veinte metros cuadrados cada una. A ellas se le suma ocho espacios para empresarios y emprendedores que trabajan fuera de su empresa y busquen un lugar idóneo para ello. Se les unen salas comunes de reuniones y de encuentros.

«La integración de ambos espacios no solo atraerá a profesionales nómadas, sino que también generará empleo local y dinamizará la economía regional. Cartagena se posiciona como un referente no solo turístico, sino como un hub laboral moderno y sostenible», explicó el segundo de los empresarios promotores.

De uso turístico también será el actual transformador eléctrico situado entre la calle Real y el callejón de Yesera. El Ayuntamiento ha aprobado el informe ambiental previo a la tramitación de la modificación puntual del Plan Especial de Ordenación y Protección del Conjunto Histórico de Cartagena para cambiar su uso. Eso permitiría la futura construcción de un edificio, de bajo más seis plantas. El proyecto en sí aún está por definir. El que no saldrá, al menos de momento, es el que proyectaba un empresario local junto a ese inmueble. También es un proyecto muy ambicioso, que pretendía tener apartamentos de semilujo con servicios innovadores, aunque tendrá que esperar, según indicaron fuentes empresariales.

Desde la Asociación de Apartamentos y Viviendas Turísticas de la Región de Murcia (Aloja) insisten en que las plataformas que normalmente ofertan apartamentos para alquilar por días pidan a los propietarios que quieran publicitarse en ellas la licencia de actividad. Se trata de una forma de combatir la deslealtad, de aquellos que impunemente ofrecen pisos de forma ilegal. El colectivo avisa de que los turistas que llegan a ese tipo de alojamientos sin autorización «son un peligro, porque no quedan registrados en ningún listado», según la asociación.

El presidente de la Cámara de Comercio de Cartagena, Miguel Martínez, cree que es preciso una renovación de los establecimientos hoteleros de Cartagena, pero con una apuesta clara por mejorar y ampliar los servicios a los clientes. Ve que es necesario para la ciudad que haya establecimientos hoteleros con piscina y más espacios para compartir. «Es increíble que una ciudad como Cartagena, junto al mar, no tenga ni un solo hotel con piscina, cuando en otros municipios tan turísticos como el nuestro es algo habitual», explicó a LA VERDAD.

Insistió en que es preciso también para ganar visitantes y que estos se queden más tiempo, buscar nuevos productos complementarios. La necesidad de «abrir el abanico» a nuevas experiencias pasa por apostar «decididamente», según Martínez por impulsar el turismo náutico, el gastronómico, el minero, el industrial, el religioso, el deportivo y el de naturaleza.

Para conseguirlo, propone a la Cámara de Comercio como «vehículo idóneo, por su amplia experiencia para el desarrollo de actividades de formación empresarial y para el reciclaje de un sector que necesita, por imperativo del mercado, adaptarse a los nuevos requerimientos del cliente y potenciar un turismo de excelencia y calidad».