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Montaje de la megafonía de la cruz de mayo de la Plaza de San Franciso, ayer por la tarde. P. SÁNCHEZ / AGM
Ocho cruces de mayo mantendrán viva una fiesta de perfil bajo este año

Ocho cruces de mayo mantendrán viva una fiesta de perfil bajo este año

Las celebraciones empiezan hoy sin barras en la calle y con conciertos organizados solo por el Ayuntamiento para respetar a los vecinos

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Viernes, 3 de mayo 2019, 03:06

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Las Cruces de Mayo comenzarán mañana con un formato mucho más reducido que el de otros años, al desmarcarse de su organización los propietarios de bares y restaurantes del casco histórico. En lugar de medio centenar, como otros años, ayer solo ocho estaban confirmadas: las de las cofradías marraja y california, que solo contarán con actos hasta primera hora de la tarde, y las seis oficiales del Ayuntamiento. El Resucitado no organizará nada este año; tampoco el Grupo Folclórico de La Palma, ni la Hermandad de Romeros de San Ginés de la Jara, que colaborará no obstante en el programa municipal con alguna actuación. El horario será muy estricto para no molestar a los vecinos. Antes de la medianoche, la música en la calle habrá acabado.

El Ayuntamiento se ha asegurado del cumplimiento de los horarios, al encargarse en exclusiva del montaje de equipos de sonido en los seis emplazamientos en los que habrá escenarios y actuaciones musicales. Será en las plazas del Icue, de San Francisco, de Juan XXIII, de San Sebastián, del Rey y del Ayuntamiento. El programa, presentado ayer en una rueda de prensa convocada con urgencia por el concejal de Festejos, Juan Pedro Torralba, comenzará el viernes a las cinco de la tarde, con la actuación del grupo 'Canela en Rama', en la Plaza de Juan XXIII.

A las siete, será el turno de 'Filiú', en el Icue. En las plazas del Rey y de San Sebastián habrá sendas discos móviles (a partir de 21.30 y a las 22 horas respectivamente). Y en la de San Francisco tendrá lugar un concierto del dúo 'Azabache', que tendrá que terminar antes de la media noche.

El sábado, los capellanes de las cofradías marraja y california bendecirán sus cruces. La de los primeros quedará expuesta en la calle del Aire, ante la sede de la hermandad y la de los segundos, frente al callejón de Bretau, donde está su cuartel general. Tras el pregón de cada hermandad, habrá un aperitivo y con eso concluirán los eventos en la calle. El Ayuntamiento promociona mañana un pasacalles de gaiteros por el casco histórico. Después se sucederán siete conciertos, algunos de ellos de los mismos grupos, con cambio de escenario. El domingo, a mediodía habrá otro pasacalles con la Banda de Música de Nuestra Señora de la Soledad. Con otros tres conciertos concluirá el programa, al mediodía.

Cumplir la ordenanza

El principal empeño de Torralba era conciliar la celebración de las Cruces de Mayo con el cumplimiento de la ordenanza de ruidos, que impide la organización de actuaciones en la calle sin una autorización expresa y la superación de los 45 decibelios sin un permiso especial. También se ha querido evitar una aglomeración excesiva potenciada por el montaje de barras de servicio de bares y restaurantes en la calle, que complicaban la vigilancia policial y el acceso de los vehículos de emergencias. Se ha querido velar por la higiene y el orden público. En los dos últimos años, la fiesta acabó con las algunas calles repletas de orines. El desacuerdo con la patronal hostelera, Hostecar, sobre estos extremos llevó a que los bares no hayan querido asumir los horarios y hayan aceptado de mala gana la prohibición de montar barras en la calle.

Castejón rebate las críticas sobre la gestión de temas a última hora

El cierre de una programación de las Cruces de Mayo de perfil bajo, a 24 horas de su inicio, se suma al reciente acuerdo, también a pocas jornadas del inicio de las procesiones de Semana Santa, para no dejar al público sin sillas. Son los últimos episodios de una forma de solucionar la gestión municipal que el equipo de gobierno de Ana Belén Castejón prefiere tomarse por el lado positivo. «Al final, las cosas se solucionan», indicó un portavoz de la alcaldía. Las dificultades para conseguirlo dependen de cada caso y forman parte en ocasiones de situaciones enquistadas, y no hay que achacarlas ni a falta de trabajo ni de competencia, añadió. «En el caso de las sillas de los desfiles, el canon era demasiado alto. Habrá que renegociarlo con las cofradías», indicó el asesor.

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