Obras de urgencia en Nueva Cartagena por las grietas en las viviendas de tres edificios

Las familias residentes en las catorce viviendas de cada uno de esos bloques, repartidas en tres pisos con cuatro casas cada uno, y dos bajos, se sienten indefensas ante la evolución de las grietas que refleja un problema de estabilidad de los edificios. El asunto radica en que en el subsuelo hay un colector que ha provocado daños a la línea de alcantarillado y, a su vez, a las estructuras de los edificios debido a los movimientos de terreno. Pero los técnicos también tienen detectado un problema de desplazamiento de tierras en las parcelas en las que la promotora Grupo Unión levantó los edificios, hace ya tres décadas.

De hecho, en el número 19, los vecinos han tenido que desembolsar 10.000 euros por casa para hacer frente a una derrama que permita realizar «inyecciones de resina con las que evitar que el edificio siga hundiéndose. No está bien cimentado», según la presidenta de la comunidad, Juani García, que reside en este inmueble. En cambio, este refuerzo no se puede hacer en el número 17, que es el que aparentemente más daños presenta, hasta que el Ayuntamiento de Cartagena no acometa las obras de desvío del alcantarillado en toda la calle para después poder estabilizar el edificio y acometer las reparaciones pertinentes.

Según la información que manejan los vecinos, las obras comenzarán el próximo lunes, día 15. Desde el Ayuntamiento no confirmaron la fecha de inicio, aunque ratificaron que será «en breve» y que tendrán un plazo de ejecución de tres meses, con un presupuesto de 335.000 euros. Las vallas para señalizar la zona ya están dispuestas en esa calle de Nueva Cartagena.

Los técnicos municipales han barajado todas las medidas cautelares posibles para garantizar la seguridad de los vecinos y la habitabilidad de las viviendas evitando riesgos, y por el momento no han considerado necesario el desalojo de las viviendas.

«Nadie ha dado aviso de que tengan que desalojar las viviendas, pero sí de que el Ayuntamiento tomará acciones de forma urgente. Ahora, que tampoco sabemos cuánto llevarán estos trabajos ni nada. Lo importante es que se haga bien porque llevamos ya con esto dos años», dijo Encarnita Sánchez, mientras charlaba a la sombra con otras vecinas al mediodía de ayer.

También este jueves, la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Cartagena aprobó las obras para el desvío de la red de alcantarillado existente en la calle Picos de Europa de Nueva Cartagena. La finalidad es sustituir la red que discurre por debajo de los edificios número 15, 17 y 19 y que impide acometer las obras de mantenimiento y reparación a cuenta de las comunidades de propietarios, así como ejecutar las tareas de conservación del colector por parte de la concesionaria del servicio, para lo que es necesario construir un tramo alternativo que discurra por la vía pública.

Cabe destacar que estas obras, valoradas en 335.000 euros, son las primeras que se realizan con cargo al aumento de 2 euros en el recibo del agua que cada dos meses emite la concesionaria municipal Hidrogea. El Ayuntamiento espera recaudar por esta vía 47 millones de euros para obras hidráulicas, como la renovación de conducciones y mejorar alcantarillados y drenajes.

La lucha vecinal contra Grupo Unión comenzó hace dos años cuando se dejaron ver las primeras grietas, especialmente en los espacios que dan a la calle Picos de Europa. «La promotora se ha lavado las manos porque las viviendas tienen cerca de tres décadas. Al administrador de fincas es al que le ha tocado pelear para que se adoptaran las medidas de seguridad necesarias para que no pasara ninguna desgracia», indicó la presidenta de la comunidad.

Una vez que el Ayuntamiento solucione el problema de alcantarillado, las comunidades de propietarios deberán acometer las obras de estabilización del terreno y la reparación de los daños en las paredes de los edificios, que se aprecian tanto en techos, como en suelos y escaleras. «No lo hemos cifrado todavía, pero podría rondar los 100.000 euros», remarcó García.

Después, cada propietario tendrá que asumir los gastos de su vivienda, en función de los daños que sufren éstas.

«¿Cómo te sentirías si en tu casa, que debería ser tu lugar seguro y que ni siquiera has terminado de pagar, de repente salen grietas? Es una sensación de miedo y frustración inexplicable. Tanto que me ha costado medicarme porque, aunque te digan que no hay riesgo de derrumbe, es evidente que normal no es y llevamos luchando dos años para que no se normalice y actúe a quien corresponda. Si tuviera otra opción, me iría», dijo ayer a LA VERDAD a cambio de anonimato una vecina del edificio 17 de la calle Picos de Europa de Nueva Cartagena.

A Ana María Paredes, otra vecina septuagenaria que vive con su marido y su hijo, le genera cierta ««inquietud» salir a las estancias comunes porque «da impresión, ya que desconocemos el alcance real de lo que puede suceder». No obstante, en su piso, ubicado en el segundo del edificio, tiene algunas grietas de «menor consideración, quienes tienen más son las del tercero». Una de ellas es su hija, con la que comparte edificio.

Para la propietaria de esta vivienda, la responsabilidad es del Ayuntamiento que, en época de Pilar Barreiro, «dio su consentimiento para levantar casas en plena rambla y no cimentaron bien», y ahora dice que es el equipo de Gobierno de Noelia Arroyo quien se tiene que hacer cargo de la solución. Ella tiene claro que, «de mi casa no me mueve ni Dios».