Los Nietos y Los Urrutias exigen mejoras «ya» para evitar la fuga de más turistas en verano

Los vecinos están «hartos» de promesas. Auguran «la peor temporada» de la historia por el deterioro urbano de los pueblos. Sus aceras siguen resquebrajadas y con socavones, como el que hay en Los Urrutias, en la calle Antonio Reverte. En esta, hay un tramo destrozado, por el que a una persona con movilidad reducida le es imposible pasar. Además, hay alcorques sin árboles, llenos de matorrales y con los bordillos rotos.

Este enclave de la costa cartagenera precisa, según los vecinos, del arreglo de calles en las que el asfalto está agrietado y tiene baches y boquetes. Necesita mejoras en el alumbrado público y en la limpieza durante todo el año. También más parques infantiles y la instalación de aparatos de gerontogimnasia para los mayores. En la lista de demandas se incluye, además, la exigencia de «un mayor mantenimiento de los parques y jardines y la poda de los árboles», reclama la presidenta vecinal, Rosell García.

Lo único con lo que están contentos es con la ampliación del paseo marítimo que acomete el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. La única queja es que las obras debían estar acabadas en junio, pero las lluvias de los últimos meses han retrasado los trabajos. Ahora exigen arreglos en el resto del paseo, donde hay un par de zonas muy deterioradas. En una de ellas hay un boquete señalizado por unas vallas de plástico ya desde hace casi un año y, en otra, parte del muro que delimita la playa está caído. Están afectados alrededor de cuatro metros de longitud. A ello hay que añadirle que en otros tramos hay losas levantadas y agrietadas.

Aunque si hay algo que denuncian, es el estado de sus playa. En toda la zona de Los Urrutias apenas quedan ya áreas para los bañistas que no estén llenas de fango y barro. Saben que el Ayuntamiento tiene en marcha un plan para retirarlos, pero «nunca llega», criticó García.

El Aula de la Naturaleza es una infraestructura municipal para la que la Federación de Asociaciones de Vecinos de Cartagena ha solicitado un cambio. De hecho, ha pedido que el Ayuntamiento la convierta en un centro destinado a la formación y concienciación en medio ambiente de los jóvenes. Su estado actual es lamentable. Sus puertas y ventanas están destrozadas; el interior, desmantelado por los ladrones y lleno de pintadas y de suciedad; el mobiliario es casi ya inexistente; y los patios y la zona exterior siguen en un estado deplorable.

En Los Nietos, la situación de descuido no es tan acuciante como en Los Urrutias, pero también hay calles sin asfaltar y levantadas que nunca se arreglaron pese a estar incluidas en los presupuestos para adecentar zonas afectadas por las DANA. El paseo marítimo es lo que peor está. La alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, prometió hacer arreglos mientras que el Gobierno central no realizaba una mejora integral. Pero esos trabajos no llegan a falta de menos de un mes y medio para que comience la temporada de verano.

Mientras tanto, tendrán que continuar con las baldosas rotas y resquebrajadas. Además, varias partes del muro están destrozadas. El alumbrado es casi inexistente y las pocas farolas que funcionan apenas dan luz. Las bajadas a las playas deberían arreglarse para evitar accidentes este verano.

La gran mayoría de las calles y plazas presentan también un estado «lamentable», según la presidenta de la Asociación de Vecinos, Nani Vergara. Entre ellas, Santa Florentina y avenida de la Marina. Además, el mantenimiento de parques y jardines también brilla por su ausencia, como el de las zonas deportivas. La única que hay, ubicada en la plaza del Pescador, está deteriorada. La pista de tenis está impracticable, porque el asfalto está roto y lleno de maleza. Y la polideportiva necesita un repintado. Además, no hay luz y los chavales tienen que dejar de usarlas al caer la noche.

La calle de Levante, que es peatonal, está llena de matorrales que salen de las baldosas y de las acometidas de saneamiento. Es la zona del pueblo con más casas abandonadas, del centenar que hay repartidas por todo el núcleo urbano. Lo que más miedo infunde a los vecinos es el estado de ruina que presenta un buen número de ellas. Paredes resquebrajadas y con desconchones, rejas arrancadas y oxidadas, puertas destrozadas y tejados a punto de caer son la tónica general en muchas de ellas.

Es tal la situación de olvido en ambos pueblos que los carteles de 'Se vende' y 'Se alquila' y las casas tapiadas, semiderruidas y en mal estado de conservación se cuentan por decenas.