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C. R.
CARTAGENA.
Martes, 21 de mayo 2019, 02:29
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El Molino de Zabala, varios años inactivo por culpa de los daños sufridos tras un ventarrón, puso sus velas al servicio del viento el pasado sábado, con motivo del IV Día de los Molinos de Viento. Su puesta en marcha ante un nutrido grupo de curiosos y amantes de las tradiciones fue un empeño de la Liga Rural del Campo de Cartagena y la Junta Vecinal de Perín, apoyada por el Ayuntamiento.
Decenas de asistentes pudieron conocer el legado e historia de los gigantes que antiguamente poblaban los principales rincones de la comarca, moliendo grano, y que hoy claman por su restauración y puesta en valor cultural y turístico. Así lo destacó el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Cartagena, David Martínez, que asistió a la puesta en marcha acompañado por la presidenta de la Junta Vecinal de Perín, Isabel Andreu, y la directora general de Patrimonio Histórico y Arqueológico de Cartagena, Mari Carmen Berrocal.
El Molino de Zabala, cuya labor desde hace siglos ha sido moler el grano y conseguir la necesaria harina que era base imprescindible para la alimentación de la población autóctona y de sus animales de granja, es el más antiguo de los que aún se conservan en la comarca. Su inconfundible silueta es un referente para quienes transitan por la carretera que va desde Canteras a las poblaciones rurales y costeras de la zona oeste, como la Torre de Nicolás Pérez e Isla Plana.
El Catastro de Ensenada, de 1755, ya registra este molino de viento, que hace varios años quedó desarbolado por un fuerte vendaval, y que ahora ha sido restaurado, listo para ponerse de nuevo en funcionamiento, gracias a la colaboración municipal. El Ayuntamiento no solo ha reconstruido en los últimos meses el que coronaba el Monte Sacro, sino que también ha emprendido la recuperación de otros significativos, como el de Los Mateos.
La Liga Rural del Campo de Cartagena, dentro de sus actividades de defensa y promoción del patrimonio rural de la comarca, organiza durante todo el año charlas, rutas, visitas guiadas y diversas actividades con distintos colectivos para dar a conocer el rico patrimonio rural: molinos de viento, aljibes, norias, casonas, molinos de viento, así como todo el legado cultural que conservan los festejos, el folclore y la tradición oral.
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