El miedo a los contagios escalona las visitas a los cementerios y evita aglomeraciones en Cartagena

«Este año hemos preferido venir un día antes que otros años a arreglar el panteón familiar. Lo hacemos por la mañana, porque por la tarde siempre hay mucha más gente, aunque pensábamos que ahora habría más de la que nos estamos encontrando». Las hermanas Antonia y Pilar González están entre los cartageneros que este año han preferido adelantar las visitas a sus difuntos «para evitar aglomeraciones». Los cementerios del municipio llevan desde el pasado lunes registrando un goteo continuo de ciudadanos que quieren cumplir con la tradición del Día de Todos lo Santos sin correr riesgos de contagios.

«Es preferible hacerlo así que venir todos en tromba el mismo día. Eso sería un peligro. Tal y como lo estamos haciendo, creo que es la mejor forma», explicó Antonia, mientras se lavaba las manos con gel hidroalcohólico, tras haberle tomado la temperatura un vigilante de seguridad a la entrada al camposanto de Nuestra Señora de Los Remedios.

En el interior, la afluencia de vecinos fue ayer continua, pero en ningún momento se vieron apelotonamientos de personas frente a las tumbas y los nichos como otros años. «Vengo sola y espero tardar en poner las flores muy poco tiempo. Este fin de semana no vendré, porque es cuando más gente habrá y no quiero estar en ese momento», contó una vecina del Ensanche, Virginia Moral.

Igual hizo ayer Juani de Haro: «Vengo ahora por no hacerlo el Día de Todos los Santos. Así evito la posibilidad de contagiarme», advirtió.

Como en este, en el resto de cementerios municipales han sido habilitadas entradas y salidas bien delimitadas, para evitar que los vecinos se agolpen. En el de Santa Lucía como en el de San Antón hay tres guardias de seguridad, dos que controlan los accesos y uno que realiza batidas por el interior para vigilar que se cumplen las medidas de seguridad establecidas por el Ayuntamiento. En los de Alumbres y San Ginés hay dos agentes en cada uno de ellos de una empresa privada, que se encargan de organizar las entradas y salidas.

Los operarios de los cuatro recintos ultimaban ayer la instalación de carteles facilitados por el Ayuntamiento, para establecer los itinerarios interiores. Este refuerzo de personal comenzó ayer y se mantendrá hasta mañana domingo. Se trata de una medida complementaria al dispositivo especial de control de tráfico y peatones en las inmediaciones de los camposantos desplegado desde hoy por la Policía Local.

También han sido colocadas mamparas de separación en las oficinas, así como carteles informativos de las medidas que hay que tomar para que la visita se desarrolle dentro del cumplimiento de las normas de seguridad sanitaria.

Las visitas escalonadas las están notando los trabajadores de los cementerios y los de las floristerías instaladas en los alrededores. «Estamos notando un goteo incesante de personas desde el pasado sábado y domingo. Lo bueno de este año es que la gente está haciendo caso y no se están formando colas. Para nosotros es mejor así, porque podemos hacer nuestro trabajo de una forma más pausada y no con las prisas de otros años», indicó la dueña de uno de los puestos, Ana Martínez.

Como otras floristería, esta empresaria tiene pedidos para recogerlos a lo largo de la semana que viene. «Son pocos, pero hay gente que esperará hasta entonces, para no juntarse con el mogollón que viene el día grande. Una de las frases que más estoy escuchando estos días es 'mi madre vendrá después de los santos'», añadió. Este año, el precio de las flores ha subido entre un 10% y un 15%, con respecto al año pasado. Los ramos preparados oscilan entre los 20 y los 120 euros, aproximadamente.

El presidente de la junta del camposanto de Los Remedios, Manuel Martínez Guillén, contó que «afortunadamente» la gente «está respondiendo a las expectativas y está escalonando sus visitas», pero «no sabemos que pasará mañana y pasado [hoy y mañana para el lector]».