El litoral de Calblanque recibe metales en niveles elevados por el emisario municipal
Medio Ambiente ordena suspender el vertido de la desaladora de Arco Sur y analiza pozos, drenajes y la depuradora pública por los valores también anómalos de plaguicidas y nitratos
La calidad de la «masa de agua superficial Cabo de Palos-Punta de la Espada», situada en parte frente al Parque Regional de Calblanque, Peña ... del Águila y Monte de las Cenizas, está amenazada por el vertido de una carga química asociada, presuntamente, a actividades urbanas y agrícolas. Así lo pone de manifiesto un informe de la Dirección General de Medio Ambiente, que detectó el año pasado en esa zona del Mediterráneo niveles elevados de metales pesados procedentes del emisario submarino de la depuradora Mar Menor Sur, propiedad del Ayuntamiento de Cartagena y que utiliza también la Comunidad de Regantes Arco Sur.
Los análisis recabados por la Administración regional, y correspondientes a 2018, muestran superaciones de los valores límites establecidos por la normativa para ocho metales, en distintos momentos: zinc, plomo, mercurio, cadmio, níquel, selenio, cobre y cromo. En algunos casos, se trata de superaciones puntuales y las mediciones en los puntos de muestreo pudieron verse afectadas por la rotura el emisario y por «el efecto de concentración que tiene lugar durante el proceso de desalación por osmosis inversa».
En todo caso, la Comunidad apuntó que «podría ser conveniente aplicar tratamientos de depuración y/o reducción de las concentraciones de aquellas sustancias prioritarias con especiales efectos adversos en el medio ambiente». Asimismo, dejó clara su preocupación en el informe por dos motivos.
Destapa que la tubería submarina está rota otra vez y pide depurar mejor el agua usada para riego
Uno de ellos es el incumplimiento de distintas mediciones periódicas exigidas en el Programa de Vigilancia Ambiental, entre ellas un estudio anual del medio receptor para controlar el estado de las fanerógamas marinas (praderas de Posidonia oceánica y Cymodocea nodosa) y de macroalgas. Otro motivo de inquietud para las autoridades es la necesidad de que el Ayuntamiento tramite, como ya le indicó en 2017, una nueva autorización de vertido al mar desde tierra, «al objeto de restablecer la legalidad».
La contaminación afecta también a la desaladora de esta entidad agrícola, que recibe agua de la citada depuradora municipal para el riego de cultivo y que arroja al mar la salmuera sobrante. En concreto, el estudio realizado por Medio Ambiente, fechado el 27 de noviembre pasado y al que ha accedido LA VERDAD, recoge valores anormalmente altos de metales, plaguicidas (Clorpirifos, Endosulfan y Pentaclorobenceno) y nutrientes (nitratos y nitritos).
En consecuencia, los técnicos de la Consejería concluyeron que, en aplicación del artículo 143.1 de la Ley 4/2009 de Protección Ambiental Integrada, «se debería suspender el vertido de la desaladora» Arco Sur, «como medida cautelar». Hasta ahora, la actividad de esta planta ha continuado y Arco Sur ha entregado a la Comunidad Autónoma análisis que, según fuentes de esta comunidad de regantes, reflejan parámetros dentro de la normalidad.
Bahía de Cala Reona
En el caso de los plaguicidas, y en particular para el insecticida Clorpirifos, Medio Ambiente apunta que esta sustancia «estaba presente en el influente de la desaladora» en distintos análisis de 2018. Pero intenta aclarar si proceden «únicamente de aguas depuradas de la EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales) o si vienen de los drenajes o pozos» que Arco Sur identificó como «influentes de la planta desaladora».
La autorización que deben obtener el Ayuntamiento y Arco Sur, con requisitos más estrictos, superaría déficits como que la actual, del año 2006, no recoge valores límite de emisión de metales, plaguicidas y nutrientes (nitratos, nitritos, amonio y fosfatos). Para su diagnóstico, la Comunidad usó como referencia varias normas de calidad ambiental, como la Directiva Marco del Agua y el Plan Hidrológico de la Demarcación Hidrográfica del Segura 2015-2021.
Los regantes dicen que los químicos no están en su red y temen arrastres desde la Sierra Minera
En el caso de la desaladora, el permiso fue para cuatro años y 860.000 metros cúbicos al año. Según Medio Ambiente, Arco Sur debe regularizar su situación administrativa y aplicar «tratamientos que reduzcan las concentraciones de nutrientes que se vierten al mar» en la bahía de Cala Reona. La Comunidad pidió también datos sobre los volúmenes totales vertidos por el emisario en 2017, 2018 y 2019. Según la web de Arco Sur, el aprovechamiento de aguas regeneradas por la depurdora es de 4,9 millones de metros cúbicos al año y el agua procedente de drenajes del acuífero costero alcanza el millón de metros cúbicos.
Fuentes de Arco Sur indicaron que han entregado a la Consejería datos que acreditan que los parámetros son «normales» en toda su red de aguas, incluida la desaladora. Los regantes confían en no ver detenida la producción de su desaladora, de la que sale en torno al 60% de sus caudales (el resto llega de la desaladora de Escombreras). Y piden aclarar si los metales proceden de filtraciones desde la Sierra Minera, donde hay decenas de depósitos pendientes de sellar.
Red Natura 2000
La Consejería también instó en noviembre a reparar las fugas del emisario, agravadas ya en enero por los efectos del temporal 'Gloria', según confirmaron fuentes municipales y agrícolas. En octubre de 2018, el Ayuntamiento realizó unas obras para arreglar quince fisuras, tras ser advertido por el Ministerio de Medio Ambiente de los riesgos para las zonas de baño y para los espacios de la franja del litoral sumergido de la Región de murcia protegidos por la Unión Europea a través de la Red Natura 2000.
Los trabajos costaron 118.957,50 euros, asumidos por la Entidad de Saneamiento y Depuración de Aguas Residuales de la Región de Murcia (Esamur). Sin embargo, esas obras «no repararon la totalidad de las fugas detectadas». Y ahora hay aún más grietas.
Esamur reparará el tubo por segunda vez en dos años
El Ayuntamiento de Cartagena ha contactado ya con Esamur para que asuma, como en el año 2018, el coste de reparar los daños del emisario submarino de Cala Reona. Así lo aseguraron a LA VERDAD fuentes municipales, quienes indicaron que en los próximos días habrá una inmersión, por parte de submarinistas, «para conocer las dimensiones de la rotura y establecer el proyecto de reparación o sustitución, en función del daño causado por el temporal 'Gloria'». El tubo mide 2.072 metros de longitud y alcanza una profundidad máxima de 30 metros. Según las fuentes consultadas, hay afectado un tramo de unos veinte metros de largo ubicado a unos trece metros de profundidad. Los primeros datos apuntan a que las grandes olas del 20 de enero afectaron a la tubería y que es necesario instalar nuevos anclajes para corregir las obras de 2018.
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