El rey Melchor lanza caramelos en la pasada cabalgata. P. S. / AGM
El Tío del Saco

La huella de la Navidad en la prensa

José Sánchez Conesa

Miércoles, 3 de enero 2024, 00:24

El Porvenir (28-12-1927) anunció el gran belén instalado en la Casa de la Misericordia, cuyos beneficios eran para los asilados de la Casa ... del Niño y de la institución. El precio de las entradas era de 0,50 y 0,25 pesetas. Este mismo medio informó sobre el gran ambiente que reinaba en la ciudad con sus concurridas calles y comercios y los más modernos tranvías de España.

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Las crónicas reflejaban las diversiones del momento, como el exitoso cierre de temporada de la compañía cómico-taurina Los Charlots Cartageneros y la puesta en escena de dos revistas al estilo parisino en el Teatro Principal. Algunos expertos señalaron que las chanzas del día de los Santos Inocentes, o inocentadas, tuvieron su origen en los engaños que algunos padres y madres llevaron a cabo para salvar la vida de sus hijos en el trágico episodio recogido en los textos evangélicos, incluso extendiendo el relato legendario de tales embustes a María y José.

Aunque historiadores y antropólogos señalan claramente un vínculo con la tradición romana de las fiestas en honor a dios Saturno. Un período que abarcaba, aproximadamente, desde el 17 de diciembre hasta el 2 de enero, con unos festejos parecidos a los que realizamos por Carnaval y por Navidad. En estos se alteraba la rutina cotidiana, gastándose bromas, obsequiándose con regalos y banquetes y comiendo una torta con un haba dentro, lo que nos recuerda al célebre roscón de Reyes. A quien le tocaba se convertía en jefe por unas horas, dando órdenes arbitrarias y jocosas, algo así como nuestros alcaldes de inocentes tan presentes antaño en nuestros pueblos. Era el mundo al revés por un día.

Tradición

Los periódicos publicaban inocentadas y noticias falsas, aunque eran advertidos los lectores de tal engaño al día siguiente con una nota explicativa. Una inocentada del 'ABC' la encontramos en el año 1905, asegurando que el viaducto de una calle madrileña se había hundido, con un montaje fotográfico para hacerlo más creíble. Otra curiosa noticia fue que habían hallado un tesoro al desmontar un obelisco del Paseo de la Castellana consistente en monedas de oro e importantes manuscritos.

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Los lectores eran advertidos al día siguiente de la inocentada publicada en el periódico

Muchos ciudadanos fueron a comprobarlo, apedreando acto seguido la sede del periódico. En 1907 mostraron un fotomontaje de la fachada del Congreso de los Diputados sin uno de los leones, narrando que había sido robado. El célebre periodista Mariano de Cavia daba cuenta de un pavoroso incendio en el museo del Prado, aprovechando la inocentada para llamar la atención sobre la falta de seguridad de la gran pinacoteca. Otras trolas periodísticas fueron la venta de la Cibeles o la aparición de una ballena en la Casa de Campo.

El periodista y escritor José Rodríguez Cánovas rememoró en 1955 lo reflejado en la prensa cartagenera el día de los Inocentes de 1890, resaltando que una mujer dio a luz seis hijos, uno de los cuales dio los buenos días al abrir los ojos y que se habían dado órdenes de trabajo para que todas las calles sin adoquinado las tuvieran en perfecto estado antes de Año Nuevo.

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Los lectores de 'El Eco de Cartagena' (29-12-1926) pudieron leer la existencia de un volcán en el monte Roldán, además de otras noticias falsas sobre actualidad futbolística, taurina y teatral. El mismo medio, al año siguiente informó que no hubo vino de honor «en obsequio del Cartagena, ni bajada de tarifas ferroviarias, ni propietarios ni inquilinos llegaron a acuerdo, ni Mediato se casa». 'El Noticiero de Cartagena' de 27 de diciembre de 1957 lamentó que se estuviese perdiendo la costumbre en los periódicos de dar inocentadas a sus lectores, quedando en manos de los críos tales bromas como la de prender con alfileres muñecos de papel en las espaldas de los desprevenidos.

Comprobamos una y otra vez que desde tiempo inmemorial nos quejamos de la pérdida de añejas y entrañables tradiciones. Ley de vida. En otra ocasión se aprovechaba la festividad advirtiendo que los ciudadanos sufrían todos los días durante años la gran inocentada de la reconstrucción inminente del Teatro Principal. Se lamentaba el periodista: «No lo veremos los viejos cartageneros, acaso alguna otra generación».

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Nochevieja y Reyes

Entre los anuncios publicitarios de 'El Porvenir' encontramos el menú del Gran Hotel para Nochevieja: langosta rusa, ostras de Marenns, capón asado a la brocha, entre otras delicias. Hay quienes vivieron la Nochevieja de 1955 organizada por la cofradía california en los jardines del Teatro Circo «completamente techados» con servicio de bar, donde sonaba una orquestina. 'El Porvenir' (5-1-1928) informó que al requerimiento del alcalde Alfonso Torres respondieron comerciantes e industriales aportando una suma que permitió la adquisición de 1.200 juguetes destinados a la infancia más desfavorecida, entregando las autoridades 600 en la Casa del Niño. El poeta Esteban Satorres escribió un poema del que reproducimos unos versos sobre la noche de Reyes: «Más si por desgracia/pasaran de largo/ los regidores donantes,/no llores, muchacho/ que tu pobre madre,/ de un solo zarpazo/ rasgará su pecho,/ y pondrá en tus manos/ el mejor juguete: / su corazón sano/ ¡Corazón de madre!/ Divino regalo».

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