El Libro de la Ciudad de Cartagena en 1923
Fotohistoria de Cartagena ·
LUIS MIGUEL PÉREZ ADÁN
Historiador y documentalista
Sábado, 17 de diciembre 2022, 10:42
Estando cercano su centenario, quisiera referirme a la publicación de un libro. Se trata de la Guía Oficial de Cartagena de 1923, escrita por el ... cronista oficial de la ciudad Federico Casal Martínez. Julio García Vaso, secretario del Ayuntamiento de Cartagena, introduce al lector en esta obra, advirtiendo de que es la primera guía de la ciudad en publicarse. Es algo realmente recomendable por su gran utilidad para los ciudadanos y que debería ser obligado como Libro Oficial para todo municipio importante.
Al referirse al autor, considera a Casal como el único capaz de llevar a cabo esta tarea, pues a su condición de cronista une la de archivero y bibliotecario municipal. En definitiva, es un libro que detalla extensamente la vida local de Cartagena, su población, historia, término, vías de comunicación, tarifas, comercio y funcionamiento de sus instituciones empresariales, civiles, militares, eclesiásticas y municipales, etcétera.
Se pretendió dotar a todas las oficinas públicas y particulares, al precio de 3,50 pesetas, de una extensa, útil y condensada información para el conocimiento exacto de Cartagena, sus diputaciones y barrios extramuros. Federico Casal logró en 1923, con esta publicación, el objetivo del Ayuntamiento. Fue un trabajo árido por su temática, pero muy necesario.
Comienza la guía con el escudo de la ciudad, el ovalado, todavía no se había impuesto el actual; y, por supuesto, contando algo de historia de la ciudad, desde sus origines hasta el momento presente (1923). Indicó el cronista el lugar que le corresponde a Cartagena en la nación española y en las páginas de su Historia. Cartagena figura como la ciudad más importante y populosa de la provincia de Murcia.
Seguidamente, se refiere a su situación administrativa y topográfica, con un dato de los más relevante. Según su censo, tenía 101.841 habitantes, con 22.380 edificios, de los que 3.241 correspondían a la población. Estos datos, junto a los de su actividad económica, la convertían en 1923 en la ciudad más importante y populosa de la provincia de Murcia y estaba considerada como la novena población de España.
Era capital del Departamento Marítimo, Obispado, sede del Gobierno Militar con Estado Mayor, plaza fuerte de primer orden, Arsenal del Estado, Base Naval, Astillero de primera clase, Depositaría Especial de Hacienda, Escuelas Industriales, Náuticas, Comercio, Minas, Institutos, Graduadas y de Capataces, con sucursal del Banco de España, Juzgados, Prisión, residencias de cónsules, estación de ferrocarril con línea directa con la capital Madrid, con un puerto en pleno desarrollo comercial. También fue solucionada su fama de malsana por la insalubridad de los terrenos pantanosos del Almarjal, gracias a trabajos de saneamiento que convirtieron toda esa zona en el nuevo Ensanche de la ciudad.
El desarrollo económico estaba caracterizado por el comercio de importación y exportación de la industria local; fábrica de cristal, desplantación, mosaico, cemento armado, vino, licores, bebidas gaseosas, jabones, sacos, filaturas de cáñamo y esparto, envases de madera, fundiciones de hierro, plomo y cobre, porcelana, muebles, harinas, pimentón, chocolate y otras muchas más.
Novena población de España
Sobremanera destacaba la Cartagena de 1923 en instrucción pública y beneficencia, sin duda a la cabeza de todas las ciudades de España, con Escuelas Graduadas y Rurales, Casa de Misericordia, Hospital de Caridad y la Casa del Niño. La guía continua con el nomenclátor de las calles, en donde se resalta la más alta con respecto al mar, la Puerta de la Villa, y la más baja, la Plaza de La Merced.
Todos los barrios y parajes de las Diputaciones de Cartagena tienen cabida en el texto, así como la composición del Excelentísimo Ayuntamiento, con su alcalde a la cabeza, Diego González Martínez; los médicos municipales, escuelas, mataderos, fuentes, ordenanzas municipales y diputados y senadores de la nación por la circunscripción de Cartagena, que era propia. Incluía Cartagena, Aledo, Alhama, Águilas, Caravaca, Mazarrón, Fuente Álamo, La Unión, Portmán y Totana.
Se relacionan los jueces, notarios, abogados, registradores, cónsules (un total de 19 representaciones de distintos países), todos los comerciantes que forman la Cámara de Comercio, los Bancos, destacando el Banco de Cartagena, con su director Alberto Graffé, que residía en la sucursal de este banco en Madrid, los periódicos, un total de once simultáneamente.
Tren diario con seis ciudades
También hay toda clase de información sobre balnearios, cementerios, teatros, procesiones, centros culturales y deportivos, sociedades de todo tipo, hospitales, instalaciones militares, parroquias e iglesias. En definitiva, es una extensa y completa guía sobre la Cartagena de 1923, que evidencia su gran desarrollo en todos los aspectos. Concluimos con un dato: sus comunicaciones con el resto del mundo. El ferrocarril de viajeros tenía cinco trenes diarios con salidas hacia Lorca, Granada, Valencia, Chinchilla, Alcázar de San Juan y un Correo expreso directo a Madrid con coche-cama.
A todo esto hay que unir las comunicaciones por mar con vapores directos con Barcelona, Alicante, Orán, Almería, Málaga, Melilla, Ceuta, Tánger, Larache, Casablanca, Las Canarias, Vigo, La Coruña, Santander, Bilbao y Marsella.
El Libro de la Ciudad de Cartagena (Guía Oficial de 1923), por Federico Casal Martínez, cronista Oficial de Cartagena, es una reseña de la ciudad para explicar de dónde venimos, o mejor dicho para preguntarnos: ¿hacia donde vamos?
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