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Salvador Mellinas, en uno de los campos que ha dejado si sembrar y al fondo una de sus producciones de lechuga 'baby', en su finca de El Algar. antonio gil / agm
La falta de agua obliga a los agricultores a reducir un tercio la producción de invierno

La falta de agua obliga a los agricultores a reducir un tercio la producción de invierno

Los empresarios avisan de que con la bajada de los cultivos se perderán empleos e insisten en reclamar los pozos de sequía

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Jueves, 1 de enero 1970

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La campaña de hortalizas y verduras de invierno será atípica para los agricultores del Campo de Cartagena. La falta de lluvias, las restricciones en el uso de pozos para evitar los vertidos de salmuera al Mar Menor y el «elevado» precio del agua que llega desde las desalinizadoras están dejando los bancales a medio gas, en plena época de siembra. Grupos de jornaleros se afanan estos días en la plantación de lechugas, coliflores, brócolis y apios, entre otros muchos productos, que serán recolectados en diciembre. Tienen menos trabajo esta temporada que el año pasado por las mismas fechas, ya que los empresarios agrícolas están poniendo en producción hasta un 30% menos de tierra, por la «incertidumbre hídrica», según el presidente de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), en Cartagena, Vicente Carrión.

Un ejemplo de ello se puede ver estos días en los campos que rodean las diputaciones de Pozo Estrecho, La Aljorra, El Albujón, La Puebla y La Aparecida, donde grandes extensiones de bancales están en barbecho.

Esta situación la vive Salvador Mellinas, un agricultor de 56 años de El Algar, que en esta temporada de invierno ha decidido sembrar un 10% menos que el año pasado. «Yo he bajado producción, pero otros llegan hasta la mitad», confesó. En parte de sus 150 hectáreas está sembrando lechugas baby, porque en «el mercado europeo y el nacional la recibe muy bien, porque es un producto muy demandado en casa».

Para saber más

  • Hectáreas de regadío en el Campo de Cartagena Hay alrededor de 50.000.

  • Contribución al Producto Interior Bruto La agricultura y la industria agroalimentaria contribuyen con 1.015 millones de euros.

  • Empleos que genera el sector 41.500. Entre el 10% y el 15% de los puestos están en peligro, por la escasez de agua.

Menos empleo

Desde que comenzó a planificar esta cosecha, en mayo, Mellinas solo piensa en una cosa: el agua. «Como no tenemos la certeza de que vamos a tener todos los recursos hídricos que necesitamos, estamos reduciendo las plantaciones», explicó. Este descenso también tendrá reflejo en el número de trabajadores que contratará para la recolección. «Tendré que emplear a menos jornaleros», admitió.

Precisamente, la escasez de agua para riego empieza a tener un efecto social que se deja notar en las familias que dependen de este sector. Aunque lo peor está aún por llegar, según COAG, ya que este año se podrían perder entre el 15% y el 20% de los puestos de trabajo.

El problema al que se enfrentan ahora los productores de Cartagena es que no podrán atender bien a todos sus clientes en Europa. «Al final, nuestros compradores buscarán otros mercados. Así nos cargaremos el sector y con él miles de puestos de trabajo», añadió Carrión. La contribución total al Producto Interior Bruto (PIB) regional de la agricultura y de la industria agroalimentaria del Campo de Cartagena es de 1.015 millones de euros, y genera un empleo directo de 41.500 personas, aproximadamente.

Por la falta de agua de lluvia y los escasos recursos que llegan del Trasvase Tajo Segura, a los agricultores solo les queda echar mano de las desaladoras, aunque el precio del metro cúbico les sale a 40 céntimos de euro de media, un coste demasiado alto de asumir si se tiene en cuenta los bajos precios que consiguen sus productos en los mercados. Esta situación está llevando a estos empresarios a cambiar la forma de producción y de donde antes sacaban tres y cuatro producciones al año ahora obtendrán una en primavera y otra en verano, señaló Carrión. También están poniendo en práctica otras medidas, como la plantación de barreras vegetales, la colocación de plásticos en los campos para evitar que proliferen las malas hierbas y la reducción de insecticidas.

Las restricciones a la actividad agrícola -contempladas en las medidas del Gobierno regional para reducir el impacto de la agricultura intensiva en la denominada zona 1 de la cuenca del Mar Menor, que vierte a la cubeta sur (Cartagena)- es lo que les ha llevado a poner en marcha todas esas iniciativas.

Quienes también las están llevando a cabo desde hace varios meses son los agricultores de la Comunidad de Regantes del Arco Sur, para reducir las cosechas a una al año con el objetivo de disminuir la presión sobre el Mar Menor, según el presidente del colectivo, Eloy Celdrán. A su juicio esta iniciativa es «una muestra clara de cómo los agricultores estamos concienciados y dispuestos a colaborar en la mejora de la laguna», añadió.

Los productores pagan una media de 40 céntimos por un metro cúbico de agua desalada. Acceden a rebajar sus cosechas anuales a dos: una en primavera y otra en invierno

«Nos llevan a la ruina»

Quien ha puesto en marcha ya estas medidas es Santiago Pérez en sus campos situados entre Los Alcázares, La Aparecida y La Puebla. «Esta situación nos está llevando a la ruina a muchos pequeños empresarios. No nos están dejando más remedio que sembrar menos. Llevo dos años reduciendo los cultivos. Esta temporada de invierno, de las 60 hectáreas que llevo, he puesto en producción poco más de la mitad», contó ayer a 'La Verdad'.

Pérez preside la Asociación Pro Agua del Campo de Cartagena, un colectivo que lleva entre manos un proyecto para conseguir el recurso más preciado. Consiste en extraerla del subsuelo y llevarla, a través de una tubería, a una gran desalobradora que se construiría en el polígono de Los Camachos o en el Valle de Escombreras. Desde allí, y una vez libre de sal y nitratos, se repartiría entre los agricultores.

A esta idea se le une otro proyecto que podría acabar con sus problemas hídricos. Desde COAG han propuesto poner en marcha un sistema ideado por la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), para deshacerse de los nitratos, casi al cien por cien. El siguiente paso sería probar la tecnología a escala de explotación agrícola, reabriendo dos o tres pozos con características de agua diferentes a la que tienen en la finca Tomás Ferro, donde hacen las pruebas. Tras ellos necesitarán los permisos pertinentes para poner en marcha esa iniciativa.

«La CHS nos está friendo a inspecciones»

Los agricultores del Campo de Cartagena denuncian que desde que están siendo aplicadas las medidas para reducir el impacto de la agricultura en el Mar Menor reciben en sus explotaciones, «de manera continua, inspecciones de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) y de la Comunidad Autónoma», explicó Salvador Mellinas. En el caso de este productor de El Algar ya lleva cinco este año, aunque está libre de sanciones, porque «cumplimos con las leyes». Antes del verano, la CHS abría y tramitaba una media de cinco expedientes sancionadores por semana por riegos sin autorización, sobre todo en periodos de extrema sequía, aunque sus responsables niegan en redondo que haya un auge de regadíos ilegales, como sostienen plataformas y colectivos ecologistas.

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