Doce centros educativos quedarán limpios de amianto durante los dos próximos veranos

En el primer periodo de ejecución del plan, hasta 2021, está prevista la intervención en los colegios La Concepción, del Barrio de la Concepción; Feliciano Sánchez Saura, de Barrio Peral; Virgen del Carmen, del Paseo; Antonio Ulloa, de Ciudad Jardín; San Isidoro, de El Algar; Nuestra Señora de Los Dolores, de Los Dolores; Santa Florentina, de La Palma; y Carthago, Vista Alegre. También en el instituto Santa Lucía y en la escuela infantil Los Dolores, del barrio del mismo nombre.

En el caso del colegio José María Lapuerta, que es el que más movilizaciones reivindicativas ha acogido, la Comunidad asumirá directamente una obra que ya tiene en contratación. Será el único caso en el que se actúe así hasta 2023.

El amianto forma parte de los fibrocementos de la marca Uralita que fueron utilizados para construir las techumbres de infinidad de instalaciones públicas y privadas durante la segunda mitad del siglo pasado. Por entonces estaba permitido su uso, prohibido después por el daño pulmonar que genera el polvo que desprende cuando se deteriora y que puede manifestarse en forma de cáncer y de otras dolencias.

Hace tiempo que la legislación impide el uso de estos compuestos en la construcción. Pero en los últimos años, la normativa europea ha establecido la obligación de desmantelar toda aquella estructura que lo contenga y la Comunidad Autónoma ha decidido tomar cartas en el asunto y aplicarla en concreto a los centros educativos.

Tras las promesas incumplidas en los últimos cuatro años por sus antecesores, Esperanza Moreno aseguró ayer que en este 2020 habrá una partida específica en los Presupuestos Regionales, que todavía no han sido presentados. Prefirió no anticipar la cantidad exacta, pero la vicealcaldesa Noelia Arroyo aseguró que el compromiso de invertir 4,8 millones de euros de fondos autonómicos en los próximos siete ejercicios es firme. Para asegurar que se cumplen los plazos en las primeras quince obras, ayer se acordó, según Arroyo, una «formula de colaboración con el Ayuntamiento». Este recibirá una transferencia de un millón de la Comunidad para encargarse de agilizar la salida a contratación de los trabajos y supervisar que están terminadas en 2023. Los otros 3.8 millones los invertirá directamente la Consejería en los cuatro ejercicios siguientes.

No solo ha cambiado el procedimiento para las primeras fases del plan. También la lista preliminar de centros preparada por la Consejería ha sido sometida a retoques, «en atención a la antigüedad y el deterioro» de las instalaciones en las que es más urgente intervenir, según indicó Arroyo. La concejal Irene Ruiz ha estado en contacto con los directores y las asociaciones de padres y madres de los colegios e institutos afectados y ayer hizo hincapié en la necesidad de realizar algunas modificaciones.

Por eso se ha adelantado la intervención en el Instituto Elcano, que estaba prevista para los años 2022 y 2023. La situación del pabellón de deportes, que es el que tiene la cubierta de fibrocemento, complica la programación de las clases de educación física y hace necesaria su sustitución cuanto antes.

En el bienio 2022-2023 está prevista la sustitución de los elementos de amianto en otros tres colegios cartageneros: el Aníbal, de Lo Campano; el Asdrúbal, de Los Mateos; y el Stella Maris, de Virgen de la Caridad. Ruiz indicó que los colegios Miguel de Cervantes y La Aljorra, situados en la localidad homónima, han sido retirados del listado porque está previsto construir uno nuevo para sustituirlos y debería estar acabado, como máximo, en 2023.

Miles de niños y jóvenes se beneficiarán para entonces de tener 15 centros educativos limpios de uralitas. Esperanza Moreno lanzó ayer «un mensaje de tranquilidad a todas las familias de la comunidad educativa de Cartagena, porque todos los centros que están afectados por fibrocemento van contar con un calendario para retirarlo en las fechas determinadas».