Crece el deterioro de la antigua sede del Museo Marítimo de Cartagena en el Faro de Navidad

Desde que en el año 2008 cerrara sus puertas a cal y canto, las instalaciones del antiguo Museo Nacional de Arqueología Marítima de Cartagena, enclavado frente al edificio Lazareto, en el muelle del Faro de Navidad, han sufrido un deterioro solo reversible con una fuerte inversión económica que aún no llega desde el Ministerio de Defensa, dueño del inmueble. Mientras aguarda una rehabilitación, su imagen degrada y de auténtico abandono llama la atención, considerablemente, de los que a diario pasan por allí

El blanco inmaculado que lucía en la fachada ha pasado, en buena parte, a un marrón tierra después de que grandes desconchones cayeran a la calle, debido a las humedades proyectadas en buena parte del inmueble. En la puerta principal, solo quedan en buen estado las letras que anunciaban la entrada a este insigne centro museístico, abierto en 1973 en un antiguo pabellón de la Armada como Centro de Arqueología Submarina de Cartagena. El portón, con grietas y descolorido tiene un robusto candado para evitar el pillaje.

En ese frontal, los grandes ventanales también acusan el paso del tiempo. Uno de ellos está abierto y deja al descubierto el estado de ruina del interior. Desde este se puede ver la recreación del casco de madera de un barco fenicio, abandonado antes la imposibilidad y escasa rentabilidad museística de trasladarlo al que a partir de aquél año 2008 es el nuevo emplazamiento de los tesoros extraídos del fondo del mar.

Desde esa ventana también se puede ver tablones de madera tirados por el suelo y parte de la escayola del techo caída. Su aspecto no deja indiferente a nadie. «Deberían darle un uso, al menos frenarían el deterioro», propuso un vecino, Alberto Calle, mientras descansaba de hacer deporte. Los que más saben sobre esta situación son los alumnos del Centro Integrado de Formación Profesional (CIFP) Hespérides. Buena parte de ellos acuden a edificio Lazareto a clases de la familia marítimo-pesquera. «Está hecho una pena, incluso parece que han entrado a llevarse lo poco que debe quedar», advirtió un alumno, Eduardo Ros.

Precisamente, en otro de los laterales, el edificio tienen una puerta en un patio vallado, que está abierta. Para acceder a esta zona, vándalos han roto la valla metálica, que ya está tirada en el suelo, dejando paso libre al que desee entrar.

El Ministerio ha intentado en varias ocasiones darle uso o cederlo a una institución. La última vez fue al CIFP Hespérides. Según fuentes de la Consejería de Educación de la Comunidad Autónoma, ha habido negociaciones para la cesión demanial del edificio a este centro. Estas incluían la restauración previa por parte del propietario, pero «actualmente, la Consejería no se plantea el uso de este inmueble», ya que está centrada en la ampliación de las instalaciones del instituto, en Santa Lucía, cuyo proyecto está en redacción, indicaron fuente autorizadas. El edificio tampoco está afectado por el Convenio del Espalmador de la Autoridad Portuaria de Cartagena, a través del cual, esta entidad prevé reformar todo el entorno del edificio, para hacerlo más accesible y atrayente para los vecinos y visitantes.

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