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El control policial no frena el botelleo ni las aglomeraciones en Cabo de Palos
Los agentes de la Policía Local ponen el domingo de madrugada 18 multas por consumir alcohol en la calle, cuatro por alterar el orden y tres por ruidos
«Nos espera un verano horroroso. Y cuando llegue agosto, peor, porque habrá más gente». La presidenta de la Asociación de Vecinos de Cabo de Palos, María Jesús Esteban, lamentó ayer que los problemas del botelleo y las aglomeraciones de jóvenes en las calles de su localidad van en aumento, a pesar del refuerzo policial y los llamamientos a la sensatez y precaución para contener los contagios de coronavirus en la población, que van disparados.
El dispositivo especial desplegado por la Policía Local en Cabo de Palos y La Manga el sábado por la noche, con 26 agentes de refuerzo, según el Ayuntamiento, resultó insuficiente para controlar a cientos de jóvenes en los accesos al centro comercial Las Dunas, en calles y plazas, así como también en las playas hasta el amanecer. La inmensa mayoría no se pusieron las mascarillas protectoras y tampoco respetaron las distancias sociales. En muchos corrillos también circularon de mano en mano vasos, botellas y cigarrillos, prácticas que favorecen la transmisión de enfermedades, como la Covid-19.
En ese contexto, los agentes de la Policía Local propusieron para sanción a 18 personas por consumo de alcohol en la vía pública y tramitaron tres denuncias por infracción de ruidos y otras cuatro por alteración del orden público. Además, tuvieron que dominar una riña tumultuaria entre jóvenes en la calle Pez Torpedo, muy cerca de su cuartelillo. La trifulca comenzó por el supuesto robo de teléfonos móviles, que también se está convirtiendo en otro problema crónico allí donde hay concentraciones de adolescentes. Es frecuente que los botelleos se vean alterados por la presencia de pandilleros que amedrentan a chavales más jóvenes y les roban el dinero y los teléfonos que portan.
Durante el turno de noche, los agentes municipales también abortaron un intento de robo en una vivienda del camino de las Brisas, recuperaron una bicicleta sustraída, mediaron en una discusión de pareja y realizaron dos prestaciones de auxilio. Hubo, además, tres accidentes de tráfico con daños materiales.
María Jesús Esteban destacó que las urbanizaciones de Cabo de Palos se blindan cada sábado por la noche cerrando puertas de garajes y accesos a edificios porque son muy frecuentes los actos vandálicos y las gamberradas por parte de gente bebida.