La Comunidad pone coto a los pisos turísticos sin licencia con medidas para frenar el «descontrol»

Es una medida que lleva reclamando varios años la Asociación de apartamentos y viviendas turísticas de la Región (Aloja) –integrada principalmente por los propietarios y gestores de las viviendas y apartamentos que se ponen a disposición del turismo en la Región de Murcia–. Ellos fueron los primeros en dar la voz de alarma, hace ya más de un lustro, ante el «descontrol» que había en el sector y que tanto les perjudicaba, dado que les hacía perder clientes en favor de los alegales. Aloja se compone de una treintena de firmas de ámbito regional con más de 2.200 plazas y su presidente es el cartagenero Gregorio Morales.

El acuerdo al que ha llegado el Itrem con Booking consiste en que esta plataforma obliga ya a los empresarios que quieran publicitar un establecimiento en su web a presentar un certificado o matrícula que emite la entidad regional, la única que puede regular el sector.

«A partir de ahora, este intermediario entre empresarios y huéspedes obligará a los primeros a especificar en un apartado el ID: un número identificativo que damos y que verifica que se trata de un espacio que cumple la normativa regional», explicó a LA VERDAD el director general de ese organismo dependiente de la Consejería de Turismo, Juan Francisco Martínez. Lo hizo en una reunión mantenida ayer con los miembros de Aloja, celebrada en la sede de esta asociación, en los Apartamentos Turísticos Puerta Real, gestionados por Morales.

Además de ese requisito, el Itrem ha llegado a un acuerdo con Booking para rastrear las viviendas que están dadas de alta en esa página de búsqueda de pisos turístico y comprobar las que tienen autorización. Según Juan Francisco Martínez, la plataforma dará un tiempo determinado a los empresarios para que regularicen su situación. «De no hacerlo, serán expulsados», dijo el director general.

También se están llevando a cabo más inspecciones por parte de los funcionarios regionales que antes. Un ejemplo de ello es que si el pasado año interpusieron once sanciones a propietarios de viviendas que las alquilaban a turistas sin tener licencia, este año, con datos de finales de noviembre y facilitados por el Itrem, ya van 22.

Aloja emprendió hace casi un lustro una cruzada contra lo que consideran una práctica «fuera de toda legalidad, que perjudica ya no solo al sector sino también al turismo de la ciudad», explicó Gregorio Morales, propietario de la empresa Cartagena Spain.

El número de alojamientos turísticos de estas características no para de crecer en los últimos años, porque, según Morales, «muchos prefieren este sistema que alquilar su vivienda a una familia por meses». Denunció que, incluso, durante el confinamiento, debido al estado de alarma por la Covid-19, «se estuvieron ofertando pisos supuestamente ilegales, cuando solo podían alojar el Hotel Manolo y Los Habaneros».

Establecimientos de estas características en la ciudad los hay en el centro y en el Ensanche, sobre todo, con precios que oscilan entre 30 y 50 euros la noche. Pero también existen ofertas por un coste mucho más bajo en sitios como la barriada de San Ginés, el Sector Estación y el Barrio de la Concepción.

En Cartagena, hay alrededor de 200 apartamentos con licencia, la mayoría de ellos se ubican en el casco antiguo y en La Manga. No obstante también existen muchos en el casco antiguo, que es donde se concentra la mayor parte de la oferta urbana. Estos han registrado esta semana de puentes festivos en toda España un 70% de ocupación.