Las cofradías de Cartagena quieren más sillas y menos terrazas en sus itinerarios
El Ayuntamiento busca sobre planos fórmulas de satisfacer a la Junta y que los hosteleros puedan mantener casi todos sus veladores
Cuando faltan menos de ochenta días para la Semana Santa, el Ayuntamiento de Cartagena y la Junta de Cofradías negocian para desbloquear el problema de las sillas de los itinerarios de las procesiones. El órgano que agrupa a cuatro de las cinco hermandades penitenciales de la ciudad planteó en octubre que no haya terrazas de bares y restaurantes en la primera fila del recorrido colocando para ello sillas por delante «en aras a mantener el respeto y consideración que las procesiones se merecen». Pero la patronal de hostelería Hostecar lo rechazó, defendió que sus terrazas están reguladas por licencias municipales y pidió diálogo para llegar a un acuerdo, que es en lo que ahora está el Ayuntamiento.
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El presidente de la Junta de Cofradías y hermano mayor del Cristo del Socorro, Javier Pavía, y representantes del resto de cofradías se vieron este viernes con los concejales de Hacienda y Comercio, Nacho Jáudenes y Belén Romero, respectivamente, en una nueva toma de contacto. Los procesionistas reiteraron que este año quieren aumentar «todo lo posible» las 8.000 sillas del año pasado y que para ello hay que evitar la ampliación de algunas terrazas al pie de la procesión.
Técnicos municipales estudian sobre planos opciones para contentar a las dos partes. La próxima semana habrá otra reunión en la que Ayuntamiento y cofradías esperan alcanzar un acuerdo satisfactorio, dijeron.
Gestión directa
El Ayuntamiento de Cartagena puso en manos de la Junta de Cofradías la gestión de las sillas de las procesiones en 2023 tratando de acabar con los problemas de años anteriores tanto de calidad del servicio como de generación de ingresos para las propias corporaciones. Ese año y en el pasado 2024 cedieron, a su vez, la gestión a la empresa cartagenera Agrupación Dinamia, que realizó importantes mejoras para lo que había hasta entonces, principalmente la venta por internet. Todo apunta a que este año seguirá trabajando para las cofradías.
El problema ya no es la gestión de las sillas, sino la falta de respeto y consideración de algunos hosteleros hacia la representación religiosa en la calle, según los hermanos mayores. Para evitar escenas de familias comiendo y bebiendo al paso de sagradas imágenes, las cofradías pretenden poner sillas por delante de las terrazas que están en primera fila. Y los hosteleros afectados no están de acuerdo,
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Las cofradías incluso sopesan cambiar itinerarios «para que sean más acordes con el recogimiento y silencio inherentes a los desfiles procesionales», como dijeron en octubre. Pero fuentes municipales confiaron ayer en que eso no será necesario. Ven cercano un acuerdo satisfactorio para todas las partes.
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