El cirujano que operó a Sara afirma que durante la intervención «no hubo complicaciones»
El facultativo declara en el juzgado de Cartagena que «fue en el postoperatorio cuando cayeron las constantes»
El procedimiento abierto por la muerte de Sara Gómez, la vecina de Alcantarilla que falleció tras someterse a una lipoescultura en Cartagena, afrontó este lunes una importante jornada con la declaración ante la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Cartagena, María del Mar Gómez, del principal investigado del caso, el cirujano Javier Alejandro M., que intervino en la operación.
También estuvieron citados en el juzgado como testigos cuatro trabajadoras de la clínica, enfermeras y auxiliares del centro médico Virgen de la Caridad, y como imputado, el segundo investigado en la causa, el anestesista que intervino en la operación. Esta es la segunda vez que el médico declara ante la juez después de la primera comparecencia el pasado mes de enero. En esta ocasión, el facultativo manifestó a la instructora del caso que durante la operación no surgieron complicaciones, y que fue después, en el postoperatorio, cuando comenzó a desestabilizarse y a caer las constantes.
«Con medicación, se recuperaban, pero los valores hemodinámicos volvían a descender al retirársela. Por ese motivo, decidimos pedir su traslado a un servicio de UCI, para que tuviera un mayor control. Lo que no entiendo es que si estaba tan grave, tardaran cinco días en operarla», dijo.
El médico detalló a la juez toda la formación y cursos con los que cuenta, la experiencia profesional que tiene; también recordó cómo conoció a Sara, las tres citas que tuvo con ella en las consultas previas a la intervención y cómo fue el desarrollo de la misma. «Mi cliente ha terminado su intervención lamentando profundamente lo que pasó, y que si en algo se equivocó, pide perdón. Puede que haya algún error en la toma de decisiones, mala praxis, pero otra cosa muy distinta es que le acusen de una imprudencia», explica Pablo Martínez, letrado de la defensa.
Por la puerta trasera
Tras declarar, el cirujano abandonó los juzgados por la puerta trasera del edificio por recomendación de la Policía, para evitar el contacto con los familiares de la fallecida que se manifestaban en la entrada de los juzgados, portando pancartas de apoyo a la mujer.
En este procedimiento están siendo investigados el cirujano Javier Alejandro M. y el anestesista que intervino en la operación de estética a Sara el 2 de diciembre del año pasado en una clínica privada de Cartagena. Falleció un mes después en la unidad de cuidados intensivos del hospital Santa Lucía, al que fue trasladada por las múltiples perforaciones y lesiones en el riñón, el hígado, el duodeno, el colon y el intestino que presentaba.
Su familia ya había denunciado las lesiones por negligencia médica a la Fiscalía cuando falleció, y una vez que tuvo el resultado de la autopsia, denunció al cirujano por homicidio imprudente ante el juzgado de guardia.
«Los niveles de hemoglobina no eran normales tras la cirugía»
El anestesista que intervino en la operación de Sara, que se encuentra investigado en el caso, reconoció que los valores de tensión de la paciente bajaron después de la cirugía. En concreto mencionó que los niveles de hemoglobina que presentaba la mujer eran anormales aunque «no especialmente preocupantes porque se debía al suero que se le administraba», apuntó. Además, el imputado y una enfermera que declaró como testigo coincidieron en señalar que tras la operación se le hicieron a la paciente al menos dos analíticas. Por su parte, Rubén Gómez, el hermano de Sara, anunció que seguirán proponiendo testigos a la juez, entre ellos, el médico que desaconsejó la operación.