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Rubén Serrano
Cartagena
Jueves, 8 de marzo 2018, 23:48
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«Si nosotras paramos, se para el mundo». Ese fue el lema que gritaron ayer, Día Internacional de la Mujer, las casi dos mil personas que se manifestaron por las calles del casco histórico de Cartagena, para defender la igualdad en los ámbitos laboral, familiar y social, y denunciar la violencia de género. La huelga feminista la convocó la plataforma 8M, formada por las organizaciones locales Movimiento Feminista y Paro Internacional de Mujeres (PIM).
Madres, hijas, nietas, abuelas, amigas y compañeras de trabajo se unieron durante toda la jornada, en diferentes actos festivos y reivindicativos, y un recorrido por la Plaza de España y las calles Carmen, Puertas de Murcia y Mayor, hasta llegar a la Plaza del Ayuntamiento. A mediodía y por la tarde se reunieron allí funcionarias, administrativas, estudiantes y, sobre todo, limpiadoras con fregonas y escobas en la mano. También hubo madres que llevaron a sus hijos, como Verónica Campillo. «No los he llevado al colegio, para que tomen conciencia de lo que supone este día», comentó orgullosa esta ama de casa.
Tampoco faltaron los silbatos, las caras pintadas de color morado y los cánticos como ‘El trabajo de las mujeres no es invisible’, ‘No somos mercancías’ y ‘Yo decido lo que quiero’, además de una batucada que marcó el ritmo de la comitiva. Por la mañana, en una asamblea informativa en la Plaza del Ayuntamiento, también se sumaron los equipos de Comisiones Obreras y UGT, que leyeron varios manifiestos. Inmaculada Ochando, de esta última organización sindical, cogió el micrófono y defendió la lucha «por un mundo más plural y justo». También denunció la «grave represión de los derechos», y animó a las asistentes a ser «combativas» y a «no bajar la mirada».
Antes, desde bien entrada la mañana, se organizaron piquetes informativos en las puertas de colegios, comercios y empresas, como Navantia. Allí también hubo una lectura de manifiesto, con el fin de poner freno a la violencia de género. Esther Corbalán, de la empresa de electrónica submarina SAES, incidió en las violaciones sexuales. «Se sigue preguntando a la víctima por su actitud y vestimenta que lleva en ese momento. También se ve normal que a las deportistas se les diga marimachos». Asimismo, hicieron llamamientos a las puertas del Mercado de Santa Florentina, en El Corte Inglés y en Parque Mediterráneo.
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