Castejón pone «un punto y seguido» y da paso a Arroyo para mantener la «estabilidad» municipal

Con el ensordecedor sonido de fondo de la bocina que hicieron sonar sindicalistas de UGT y Comisiones Obreras desde la plaza del Ayuntamiento, pero arropada en el Salón de Plenos por su marido, sus dos hijos y otros familiares, Ana Belén Castejón dijo adiós ayer a la alcaldía tras cuatro años. Con voz entrecortada y entre lágrimas al citar a los suyos y al equipo del gabinete de la alcaldía, la concejal expulsada del PSOE en 2019 por pactar con PP y Ciudadanos sin permiso de su partido remarcó que este es «un punto y seguido» en su trayectoria, tras la etapa de coalición con MC, la de gobierno en solitario y la del 'tripartito'.

«Hace dos años adquirí un compromiso con los cartageneros sólido e inquebrantable, que antepuse a mis propios intereses y que me ha costado muchos sinsabores, para que Cartagena tuviera el futuro que merecía y por el que voy a seguir trabajando», dijo en el Pleno. En él comunicó su renuncia al cargo, conforme al pacto por el que, a partir de hoy y hasta junio de 2023, la releve la concejal del PP Noelia Arroyo (que salió del Pleno como regidora en funciones). Nada más acabar la sesión, se prodigó en abrazos. En uno de ellos, se fundió largamente con Arroyo. Como todos los presentes, ambas llevaban la correspondiente mascarilla por la pandemia.

En su discurso, Castejón afirmó que en la segunda parte del mandato, donde seguirá como concejal de Urbanismo en el Ejecutivo de Arroyo -que este sábado fue investida como nueva alcaldesa de Cartagena-, afrontará importantes retos. Uno será la redacción del nuevo Plan General Municipal de Ordenación Urbana.

Antes de un discurso donde Castejón citó a Felipe González y Carme Chacón, la secretaria general del Pleno leyó el escrito de renuncia de la alcaldesa. En él, la regidora saliente destacó que el pacto de gobierno buscó «dar estabilidad al municipio» y que se siente «orgullosa, en especial, de la gestión del coronavirus». Entre los «grandes éxitos», mencionó la apertura del Museo del Foro Romano, las obras de excavación del Anfiteatro, el desbloqueo del Plan Rambla y la ampliación de la plantilla de la Policía Local.

Precisamente, a las puertas del Palacio Consistorial -donde el aforo fue restringido-, medio centenar de policías locales fuera de servicio y otros empleados municipales se concentraron con pancartas y silbatos para exigir la reactivación del Acuerdo de Condiciones de Trabajo del Consistorio. La plaza fue vigilada por agentes municipales y de la Policía Nacional.

El Pleno guardó un minuto de silencio en memoria de Olivia, la niña de 6 años presuntamente asesinada y arrojada al mar por su padre en Tenerife; de Rocío, la joven de 17 años que falleció a manos de su novio en Martín de la Jara (Sevilla); y del sargento del Ejército Rafael Gallart, de 34 años, quien perdió la vida en un salto paracaidista en La Manga.

No hubo turno de palabra para la oposición. Los concejales de MC protestaron dando la espalda al gobierno local. No obstante, a lo largo del día, los grupos expusieron públicamente sus posturas. Movimiento Ciudadano dijo que Castejón «ha sido la herramienta que necesitaba el PP y su red clientelar para que MC no gobierne y poder asfixiar a Cartagena». El portavoz de MC y exalcalde, José López, lamentó que «ningún proyecto o estrategia de municipio ha avanzado, mientras ha aumentado la deuda del Ayuntamiento sin mejorar los servicios». Citó «el Plan General, la ZAL, el AVE, la descontaminación del cinturón industrial de la ciudad y de la Sierra Minera, la recuperación del patrimonio y la movilidad».

Unidas Podemos IU Equo puso el foco en que, por más que Castejón se presente como «progresista», sus políticas «poco o nada tienen que ver con las que hubiera hecho un partido» de ese cariz. «Este gobierno se debe más a las grandes concesionarias que a los ciudadanos, como muestra el trato de favor recibido por empresas como FCC [concesionaria del servicio de limpieza viaria y basuras] o Hidrogea [del agua]», dijo la edil portavoz, Leli García.

Pilar García, de Vox, afirmó que, «si existía una fórmula para hacer que los ciudadanos repelieran a los políticos y perdieran la fe en nosotros, esa fórmula la encontraron Castejón y Arroyo: una por su ineptitud para absolutamente todo lo que ha gestionado y la otra por pactar con los mismos que indultan, dan la mano a los proetarras y hablan de varias naciones en España». Gonzalo Abad, expulsado de Vox, no se pronunció.