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Sede de la Cámara de Comercio de Cartagena, en la Plaza Castellini. j. m. Rodríguez / agm
La Cámara lanza un SOS agónico

La Cámara lanza un SOS agónico

El presidente Miguel Martínez advierte de que en tres años podría cerrar y ser absorbida por Murcia al caer en déficit

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Domingo, 20 de octubre 2019, 09:25

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El despido de la mitad de su plantilla y los duros recortes realizados en el año 2011, una vez que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero eliminara de un plumazo las cuotas obligatorias a las Cámara de Comercio, fue solo el inicio de una grave crisis económica que hizo saltar todas las alarmas entre los empresarios de Cartagena. Ocho años después, la situación para el organismo cameral es tan asfixiante que su presidente, Miguel Martínez, ha lanzado un SOS agónico con el que advierte de que, sin una mayor ayuda de los industriales, en dos o, como mucho, tres años podría cerrar y ser absorbido por el de Murcia.

Desde que se hizo cargo de la presidencia de la Cámara, hace ya nueve años, Martínez lleva haciendo cuentas y no le salen. Tanto es así que se vio obligado a vender la joya de la corona de los empresarios, el edificio que era su sede en el puerto, para poder sobrevivir. El traspaso de este inmueble, levantado a principios de la década pasada e impulsado por Manuel Pérez de Lema, supuso un colchón para las arcas camerales cercano a los 600.000 euros. «Si no hubiera sido por eso, ahora mismo ya habríamos echado el candado», aseguró Martínez a 'La Verdad'.

Ante esta situación, la Cámara ha vuelto a enviar, como ya lo hiciera hace casi un lustro, una carta a los empresarios de su demarcación para solicitar apoyo económico. En el escrito se dan a conocer los problemas económicos por los que pasa esta institución y las consecuencias que tendría cerrar las instalaciones de la plaza Castellini. Para evitarlo, en la misiva, Martínez pide colaboración a través del pago de unas cuotas voluntarias.

30.000 euros este año

Se trata de un método de financiación que pese a estar vigente desde el año 2012, solo ha sido aceptado por un centenar de empresarios, que son los que colaboran. Es un número muy bajo, si se compara con los más de 20.000 negocios pertenecientes a la demarcación de Cartagena. Este año, la recaudación por este concepto ronda los 30.000 euros, cuando en años anteriores llegó a los 50.000. Ambas son cifras muy «exiguas», según Martínez, si se tiene en cuenta que en este ejercicio su presupuesto es de 750.000 euros.

De ellos, alrededor de 200.000 saldrán de los ahorros de la Cámara, que ya están bajo mínimos, según el presidente. La nueva Ley de Cámaras detalla que si un órgano de este tipo llega a incurrir en pérdidas durante dos años consecutivos y no puede asumirlas, será absorbido por el de la provincia. Eso es lo que teme el presidente local que ocurra dentro de dos o tres años, porque es el plazo estimado para que se le acaben las reservas si los empresarios cartageneros no ayudan más económicamente. Todo ello pese a que el de la capital tiene «seis veces más de perdidas», afirmó Martínez.

Cuotas

  • Autónomos 100 euros.

  • Microempresas 300 euros.

  • Pequeñas empresas 1.200 euros.

  • Medianas empresas 8.000 euros.

  • Socios protectores de la institución 12.000 euros.

Para evitar la caída, la institución ha establecido unas cuantías dependiendo del tamaño de cada empresa, aunque cada industrial puede aportar la cantidad que crea conveniente y de la forma que mejor considere. Para los autónomos se ha fijado en 100 euros; para las microempresas, en 300; para las pequeñas empresas, en 1.200; para las medianas, en 4.000; para las grandes, en 8.000, y para los socios protectores, en 12.000 euros.

Los que sí pagan

Entre los empresarios que pagan una cantidad voluntaria están los miembros del Comité Ejecutivo, compuesto por una docena de industriales de la comarca. En una reunión de este grupo se aprobó por unanimidad que todos debían sumarse a la iniciativa.

Lo hacen sociedades de diferentes sectores, desde grandes multinacionales industriales, hasta empresas relacionadas con el sector naval, el hostelero y el de la construcción, entre otros. Desde la Cámara confían en que ese número aumente progresivamente hasta alcanzar, al menos, los 200.000 euros anuales, y así evitar tener que echar mano de los ahorros, que ahora ascienden a menos de un millón de euros, aproximadamente.

En los estatutos de esta institución está reflejado que en el proceso electoral para la renovación de sus órganos de gobierno, una parte de las vocalías del Pleno, podrán ser cubiertas y elegidas de entre aquellas empresas que cumplan con esta cuotas voluntarias.

El presidente cameral echa en falta un mayor «compromiso» del tejido empresarial de la Comarca de Cartagena con su Cámara de Comercio. Y ello a pesar de los inconvenientes que le supondría a las mismas su desaparición. Por poner un ejemplo, las empresas exportadoras no podrían expedir en Cartagena sus certificados de origen. Lo tendrían que hacer en la de Murcia.

En el documento enviado a los empresarios, Miguel Martínez recuerda la cantidad de servicios prestados en sus actuales instalaciones. Entre ellos destacó el Servicio de Tramitación Consular, para agilizar trámites y visados en las diferentes embajadas y consulados, y el Programa Integral de Cualificación y Empleo para Jóvenes. A ellos se les suma la Universidad Menéndez Pelayo (UIMP), que desaparecería de Cartagena si la Cámara termina cerrando.

La más antigua de España

«La institución tiene el honor de ser la Cámara de Comercio más antigua de España y por ende de la Región de Murcia. Entendemos que este organismo como entidad pública empresarial regida por empresarios, está llamada a ser de vital importancia en la defensa de la patronal y de la comarca», concluye el escrito.

«Hemos reducido un 60% nuestros gastos anuales»

Las medidas adoptadas por el presidente de la Cámara Oficial de Comercio, Industria, Servicios y Navegación de Cartagena, Miguel Martínez, en los últimos años para evitar el cierre definitivo de esta institución han sido muchas y variadas. «Hemos llevado a cabo una importante labor de reorganización y reestructuración, tendente a la reducción y optimización de costes, personal e infraestructuras, hasta el límite mínimo necesario para mantenerla viva y operativa», indicó. Y añadió que se ha «conseguido una reducción cercana al sesenta por ciento en nuestro presupuesto anual de ingresos y gastos. A pesar de ello, seguimos manteniendo un considerable déficit anual, que paulatina e inexorablemente va mermando nuestros recursos económicos», cuenta Miguel Martínez, en la carta enviada a los empresarios. En ella les pide apoyo económico a través del pago de unas cuotas voluntarias. «De no lograr, al menos, unos 300 industriales con ganas de ayudar, este organismo podría desaparecer por completo», señaló. Ahora mismo no llega al centenar que ayuden económicamente.

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