Cabo de Palos amanece tranquilo y sucio tras una noche de fiesta
Los vecinos agradecen el despliegue de 22 agentes, el sábado, pero advierten de que concentrar la vigilancia en Las Dunas desperdiga el botelleo
Cabo de Palos y su entorno volvieron a ser, en la madrugada de ayer domingo, el foco de una marcha nocturna que dejó tras de sí suciedad y molestias vecinales, pese al gran despliegue policial que los representantes de los residentes en la localidad agradecieron de corazón. «La vigilancia en el Centro Comercial Las Dunas fue constante y surtió efecto, pero concentrarla allí hizo que los jóvenes que habitualmente se reúnen en los alrededores de manera masiva se desperdigaran por todo el pueblo», según explicó la presidenta de la asociación vecinal, María Jesús Esteban.
Una brigada especial, con 22 agentes de la Policía Local y coches patrulla apostados en los principales accesos, bloqueó las entradas a los alrededores del complejo a los vehículos que otros años se reunían allí repletos de jóvenes con cargamentos de alcohol y equipos de música que le daban la noche a los propietarios de viviendas en las urbanizaciones Los Geranios y aledañas. Este fin de semana no ocurrió eso. «Sin embargo, lo que sí pasó es que los chavales se repartieron por todo el pueblo, especialmente desde el Restaurante El Espigón hasta una hamburguesería a la salida camino de Las Amoladeras», aseveró Esteban.
Con todo, los vecinos consultados por LA VERDAD indicaron que en este principio de verano se nota una menor presión que otros años. «Lo que se comentaba entre los chavales es que había quedadas previstas en la zona del Galúa», apuntó una mujer. Pero propietarios de viviendas situadas allí aseguraron que durante la madrugada de ayer no notaron molestias. Y la plaza de la Academia General del Aire y sus miradores estaban tan limpios como cualquier otro día.
Los residentes subrayan que no ha habido grandes aglomeraciones, pero sí muchos núcleos pequeños de jóvenes que molestaban
Todo lo contrario que el entorno de Las Dunas, según las fotos distribuidas en redes sociales por residentes madrugadores de Cabo de Palos que acudieron a hacer alguna compra o pasaron por allí con su mascota. Vasos, botellas, latas de cerveza y envases y bolsas de plástico permanecieron buena parte de la mañana en los lugares donde decenas de jóvenes las habían dejado de madrugada hasta que fueron retiradas durante la mañana.
El dispositivo policial fue bien recibido por los dueños de bares de copas de Las Dunas, porque eliminó las aglomeraciones de personas que otros años se reunían allí con sus vehículos. Sin embargo, media decena de los empresarios advirtieron de que este fin de semana han tenido que contratar seguridad privada para cuidar de que la situación no se desmadrara en las terrazas superiores. También, indicaron, tuvieron que instalar vallas más solidas que las de plástico que proporcionó el Ayuntamiento, para evitar la entrada de la chavalería a las zonas del centro comercial que llevan abandonadas años y en las que puede haber riesgo para la integridad física.
Los dueños de bares dudan de si podrán costear el mantenimiento de la seguridad privada, porque es muy cara
Este tipo de vallado difiere considerablemente de las barreras de plástico con anagrama del Ayuntamiento, que habitualmente se utilizan para el acotar zonas pero son relativamente fáciles de mover de sitio.
Mayor implicación
Los hosteleros consultados indicaron que el coste de los vigilantes es elevado y advirtieron de que resultará complicado mantener ese dispositivo todo el verano. Por eso, solicitaron una mayor implicación de la Policía Local en el interior de las instalaciones, además de mantener el acordonamiento de su entorno.
Tras varios viernes y sábados de progresivo crecimiento de las aglomeraciones desde el inicio del verano, el Ayuntamiento coordinó a principios de la semana pasada un dispositivo especial parar frenar el botelleo, de acuerdo con los vecinos. Según la asociación que los agrupa, ha conseguido su objetivo, al menos en parte.