Tres estudiantes, durante su visita al belén de Santa Lucía, este martes. Antonio Gil / AGM
El Tío del Saco

El belenismo, según Santa Lucía

José Sánchez Conesa

Miércoles, 20 de diciembre 2023, 00:10

En el pueblecito de Greccio, hace 800 años justos, San Francisco de Asís organizó con los vecinos un belén viviente como marco de la celebración ... de la Nochebuena, origen de las representaciones con figuras que hoy proliferan en iglesias, hogares y lugares públicos. Introdujo en el portal a un buey y a una mula para dar mayor realismo a la escena y las leyendas comenzaron a extenderse como aquella que afirmaba que la paja del pesebre era el mejor remedio para combatir el dolor de las parturientas. Con el paso del tiempo la creatividad y la multiculturalidad del mundo dio lugar a la enorme diversidad de estas representaciones, mostrándose el patrimonio cultural material e inmaterial de cada lugar en los que se exhiben las identidades colectivas expresadas en indumentarias, costumbres, materiales, paisajes, arquitecturas y oficios. De esto saben mucho en La Aparecida, La Palma, El Albujón, Alumbres, Barriada Virgen de la Caridad, San Diego, El Algar, Perín, Los Díaz de Galifa o el propio belén municipal de la Plaza de San Francisco.

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Hoy destacamos el instalado por la asociación cultural y deportiva El Pinacho, en el barrio de Santa Lucía, al cumplirse los primeros 25 años de existencia. Precisamente en el ánimo de sus impulsores anidaba el deseo de revitalizar esta tradición frente a otras que nos vienen dadas desde el ámbito anglosajón como nos revelan Manuel Torres, padre e hijo. Una de sus singularidades es que el 90% de sus figuras son móviles, otra es la representación de lugares y espacios emblemáticos como el monte Calvario, el Pinacho y la bodega, y por supuesto, la convivencia que es capaz de generar con la asistencia de alumnos de colegios e institutos, quienes son invitados a un vaso de chocolate con bollos, como viene ocurriendo en la última semana con estudiantes de los centros del propio barrio.

Anecdotario

En torno al nacimiento tiene lugar una matanza del cerdo o la zambomba flamenca, al estilo jerezano, que fue celebrada el pasado día tres. Los comercios de la zona que colaboran con el belén y otras actividades programadas a lo largo de todo un año han recibido un gran cuerno de merengue.

Veinticinco años posibilitan anécdotas de todo tipo. Aurelio, anterior párroco en la iglesia del barrio, solía traer de Tierra Santa alguna bolsita de aquella tierra, empleada para bendecir el belén en lugar del procedimiento más habitual, asperjar con agua. Un ministro cartagenero se presentó con su escolta en el lugar, interesado en llevarse una cierta cantidad, creyendo que en su totalidad procedía de Jerusalem. Se le explicó que era indistinguible, al estar mezclada con la cartagenera y además en pequeña cantidad. En los primeros años eran más abundantes las lluvias torrenciales y en más de una ocasión Manuel Torres Faisal y señora tuvieron que levantarse de la cama en pijama recogiendo las figuras y otros accesorios que flotaban en el agua acumulada de la plaza. Y cambiando de elemento, el fuego fue protagonista cuando prendió en el cañizo que protegía la instalación navideña por culpa de unas bengalas que había colocado con fines decorativos. Otro año robaron la figura de la burra, aprovechando el sueño del vigilante nocturno.

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El patrimonio cultural de los lugares irrumpe en los belenes que se instalan estos días por todo el municipio

Un barrio conocido popularmente como la Isla que estuvo poblado en época romana por su vinculación con el mar, dejando un legado que podemos encontrar en el Museo Arqueológico de Cartagena como son monedas, lápidas monedas, cerámicas o fragmentos de esculturas. Volverá a experimentar cierto empuje en el siglo XVIII al calor de la construcción del Arsenal y aunque en 1842 cuente con ayuntamiento propio, despegará a finales del XIX y comienzos del XX con la industria de cristal, fundiciones o los astilleros de construcción y reparación de embarcaciones. En 1924 tuvo lugar el concurso de cante flamenco seguido por tres mil espectadores según la prensa. Seguían la estela del célebre concurso de Granada que organizaron dos años antes Manuel de Falla y García Lorca, entre otros. Las galas flamencas se mantienen en verano.

De todas estas historias pueden encontrar sus artífices motivos que les inspiren en sucesivas puestas en escena, construyendo barrio, tejiendo comunidad.

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