«Me apuntó al pecho con una pistola y se llevó la cartera»
Crece la preocupación en Pozo Estrecho por la incesante ola de robos iniciada hace dos meses y por el uso de un arma en el último atraco
«Aún tengo el miedo en el cuerpo. Eran las cuatro y media de la madrugada cuando entré en el patio, tras escuchar un ruido, ... y me encontré a un hombre encapuchado apuntándome con una pistola al pecho. No sabía qué hacer. Estaba aterrorizada. Con un acento árabe me pidió entrar dentro de la casa y tras unos minutos en el interior se llevó el móvil y la cartera. Menos mal que mis dos hijos no se despertaron». Dori Fernández es la última víctima de la incesante ola de robos que sufre la diputación de Pozo Estrecho desde hace dos meses. Rara es la semana que no trasciende el atracó en plena calle y el asalto de una casa con o sin moradores.
El sufrido por Dori Fernández es uno de los que más preocupa a los galileos, porque el hombre iba armado. «No sé si la pistola era de verdad o de mentira, pero lo cierto es que pasé mucho miedo, por mí y por mis hijos. Menos mal que se fue pronto», contó a LA VERDAD, tras acudir al centro de salud para ser atendida por una crisis de ansiedad que le duró varias horas.
Diferente fue el que sufrió Diego Conesa hace dos semanas en su casa de campo, de donde dos ladrones se llevaron dos televisores, un ordenador, dinero, comida, bebida y ropa. Las cámaras de seguridad que tenía instaladas en el exterior captaron cómo dos personas intentaron entrar por la puerta principal, pero al no poder porque era blindada, rompieron la reja de una ventana trasera, levantaron la persiana, rompieron los cristales y accedieron a la vivienda. «Además de lo que se llevaron realizaron muchos destrozos, igual que en la fábrica de piensos que hay en la entrada al pueblo, donde ya han robado en un par de ocasiones», relató este vecino.
Una manta en la cara
La semana pasada, en la calle Lima, otros dos atracadores «robaron a una mujer mayor, a quien quitaron el oro que tenía en casa y otras pertenencias», según contó a este diario la presidenta de la Asociación de Vecinos de Pozo Estrecho, Sonia Montoya. Peor le fue a otra vecina de 85 años, a finales del año pasado, cuando, según Montoya, fue atacada por dos personas en su propia casa, ubicada en la calle Paloma. «Le pusieron una manta en la cara para que no gritara. Le quitaron, sobre todo, joyas», aseguró.
En el rosario de hechos delictivos que sufre la población galilea también destacan los sucesos de hace dos semanas: un asalto al Centro Cívico y dos robos consumados en vehículos y otro frustrado.
Los vecinos preparan protestas en la calle por la inseguridad
La Asociación de Vecinos de Pozo Estrecho pedirá permiso a la Delegación del Gobierno de Murcia para celebrar una manifestación el próximo mes de febrero y protestar por la creciente inseguridad y la incesante ola de robos que sufren desde hace dos meses. El día aún será concretado en una reunión que mantendrá la junta directiva de ese colectivo en próximos días. También han solicitado una reunión con el comisario jefe de la Policía Local, Emilio Juan Rodríguez, para exigirle más presencia policial en el pueblo.
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