El antiguo Eroski de Cartagena se transforma para acoger en un año un Mercadona y una treintena de comercios

Lo hará una vez que acaben los trabajos para habilitar los 4.500 metros cuadrados que tendrá a su disposición para vender sus productos. Estarán repartidos en una planta baja, que ocupará 3.957,80 metros cuadrados; una planta primera, con 448,37 metros cuadrados; y una la planta sótano de 46,58 metros cuadrados. Las obras comenzaron hace dos meses y la parte que ocupará, la más cercana al Palacio de Deportes, ya está casi delimitada del resto de la nave.

Un grupo de obreros trabaja a toda prisa para dejar la zona diáfana y poder comenzar en unos meses a delimitar las áreas de almacenaje y las diferentes secciones que esta marca de supermercados pone a disposición de sus clientes. Entre ellas las de comidas para llevar, corte de jamón y ensaladas, entre otras muchas, según indicaron las mismas fuentes.

La inversión total es de 1,2 millones de euros, muy lejos de los más de 5,5 que gastará en poner en marcha el Mercadona del centro comercial Las Dunas, en Cabo de Palos, cuya apertura no será hasta el año 2024. Las fuentes de esta empresa consultadas indicaron que en un principio, la puesta en marcha de estos dos centros no supondrá el cierre de ninguno de los que están en funcionamiento en Cartagena, aunque la decisión no está tomada, ya que alguno, como el de la Plaza de España, es difícil que pueda ser adaptado a las nuevas exigencia de la cadena.

Lo que también está cambiando en las instalaciones de La Rambla es la fachada y la torre que albergaba los logotipos y marcas de los negocios que había antes. Unos operarios comenzaron ayer, con ayuda de una grúa, a retirar los carteles y a preparar la estructura para los nuevos. En la fachada principal, precisamente donde estará el Mercadona, los trabajadores también empezaron a quitar las grandes placas para dejar paso a la imagen que la firma valenciana, con más de sesenta establecimientos en la Región de Murcia y más de tres mil empleados, instalará en breve.

En el resto del espacio del centro comercial habrá más de una treintena de establecimientos, según fuentes cercanas a General de Galerías Comerciales, la empresa de Olivo dueña del inmueble. Aunque continúa siendo una incógnita las marcas que se establecerán allí, lo que si habrá será una cadena de bricolaje, que será quien ocupe la mayor parte de la superficie que aún queda libre.

El resto será para comercios minoristas dedicados a la ropa, calzado y complementos, aunque no se descarta que haya un gimnasio e, incluso, un cine, como anunció la vicealcaldesa, Ana Belén Castejón, el pasado mes de marzo al conceder la licencia de obra para la transformación interior y exterior del edificio.

La comercialización de los locales está siendo llevada desde Marbella, el centro neurálgico de General de Galerías Comerciales. La intención es que a la apertura de Mercadona le sigan otras firmas, para que en 2023 comiencen a funcionar estas instalaciones que sirvieron durante la pandemia de centro de vacunación.

A esta puesta en funcionamiento se adelantará la de la también mediana superficie que abrirá en el segundo trimestre del año que viene en la Avenida Juan Carlos I, frente al Hotel Manolo. Esta, propiedad de Faar Comarca Emprende SL, una empresa de Bigastro, tendrá un supermercado Consum, un restaurante de comida rápida Popeyes, un Pepco, una confitería y un Tedy. El que va más retrasado es el proyectado en el polígono residencial Santa Ana.