Los adoquines de la calle Gisbert de Cartagena ponen a prueba a los conductores
Se trata de una zona muy transitada que soporta cada día el paso de cientos de vehículos en dirección al puerto y también de peatones
Conductores de centenares de camiones, turismos, motos y autobuses atraviesan cada día la céntrica calle Gisbert poniendo a prueba la suspensión de sus vehículos por ... la gran cantidad de socavones que presenta en un tramo de poco más de cien metros. La zona en la que están instalados los adoquines es la comprendida entre las Escuelas Graduadas, una de las actuales sedes de la Concejalía de Servicios Sociales, un aparcamiento subterráneo y la Dirección General de Tráfico, por lo que es una zona muy transitada tanto por vehículos que se dirigen a la zona del puerto como por peatones que van a realizar gestiones en cualquiera de las dos instituciones.
«Recorro esta calle prácticamente todos los días y ya sé que hay que pasar despacio para no cargarte una rueda, pero muchos conductores no saben que este trozo de la carretera está en estas condiciones y van pegando botes. Deberían repararlos porque puede causar un accidente», comentó Antonio Gómez, usuario regular de la vía.
Parte de este tramo fue objeto el pasado mes de enero de unas obras, efectuadas por la empresa concesionaria del suministro de agua, para ampliar la red de agua potable que llega hasta el Parque Torres. «A principios de este año se hicieron obras en la calle y se podía haber aprovechado para arreglar esto, porque no se han roto de repente, llevan así mucho tiempo. Los pusieron porque eran vistosos, pero desde luego muy duraderos no son», protestó un residente de la zona.
Este tipo de adoquines son los mismos que ya dieron problemas en la calle Serreta, debido a que no soportaban el peso de camiones y vehículos de gran tonelaje. Después de años de parcheos y reparaciones constantes, la calle Serreta fue reformada en 2012 con un proyecto en el que los adoquines portugueses se dejaron exclusivamente en los laterales de la vía, destinados a viandantes, y asfaltando la parte central de la calzada por la que circulan los coches.
Este periódico preguntó sobre este tema al Ayuntamiento, desde el que confirmaron su intención de reparar la calle.
Suciedad y falta de civismo
Además del mal estado de la carretera, los vecinos también se quejan de la gran cantidad de suciedad que se acumula en esa calle, algo que achacan a una suerte de mezcla entre falta de papeleras y de civismo.
«Muchas personas pasan por aquí a pasear a sus perros y se dejan las cacas o bien en el suelo en las bolsas pero encima de los bancos o del baúl de prensa que hay frente al estanco. Hemos enviado dos escritos al Ayuntamiento para pedir que se repongan las dos papeleras que se llevaron de esta calle, a ver si así encuentran un sitio mejor para dejarlas. Pero también necesitamos que haya más limpieza viaria y que la Policía Local, además de cortar la calle del Duque cuando vienen cruceros, pase por aquí multando a los dueños de los perros que se comportan así», afirmó Belén, vecina de la calle.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión