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José García-Bravo, en el Club de Regatas de Cartagena. Pablo Sánchez / AGM
José García-Bravo: «Nos estamos abriendo más a la ciudad»

José García-Bravo: «Nos estamos abriendo más a la ciudad»

El presidente del Real Club de Regatas de Cartagena defiente que la institución «tiene que ir más allá de lo deportivo, integrarse en la sociedad, salir a la calle y organizar todo tipo de eventos»

RUBÉN SERRANO

CARTAGENA

Sábado, 12 de agosto 2017, 09:21

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El Club de Regatas de Cartagena ocupa un edificio de grandes dimensiones y en una localización privilegiada: junto a la terminal de cruceros. En su interior hay piscina, gimnasio, terraza con vistas al Fuerte de Navidad y un puerto deportivo con casi medio millar de puntos de amarre. José García-Bravo (Cartagena, 1957), presidente de la institución desde octubre pasado, se define como un hombre «simpático y lleno de ilusión». Ingeniero, de familia marinera, trabaja en Repsol desde principios de la década de los noventa, es profesor asociado de Telecomunicación en la Universidad Politécnica (UPCT) y ahora se esfuerza, además, por dinamizar una entidad que nació en 1905. «Por historia, el club es una referencia que debemos sacar a flote», defiende.

-¿Por qué hay que reflotar el Club de Regatas?

-En octubre del año pasado, en la elección de la nueva junta directiva, los socios pidieron un cambio, y en eso estamos. Somos un grupo comprometido e ilusionado por sacar el club adelante, entre vicepresidente, secretarios, tesoreros, un contador y un comodoro, al margen de los monitores que nos echan una mano en las actividades y cursos de formación que impartimos.

«Pedimos una auditoría externa y el club estaba en una situación delicada; en los últimos años se perdió a muchos socios»

-Dice que los socios pidieron una nueva junta directiva. ¿En qué situación encontraron el club?

-El mes pasado hicimos una asamblea de socios. Normalmente suele ser antes, pero estábamos a la espera de los resultados de la auditoría externa, para conocer la situación económica y financiera. El club está en una situación delicada, durante unos años hubo una pérdida importante de socios. Yo creo que si una junta directiva está demasiado tiempo en un sitio, al final existen tentaciones para relajarse.

-¿Por qué que se perdieron socios?

-Al salir elegidos, había 800 socios. En meses que llevamos al frente ya hemos invertido esa tendencia, incorporando hasta la fecha 90 altas. Además, mucha gente ya ha venido a preguntar aquí, están interesados. Yo creo que nos han visto trabajar, nos han visto con ilusión. En el tema más social, lo relacionado directamente con las actividades náuticas, hemos organizado varios eventos en las instalaciones, entre ellos dos conciertos de la Agrupación Musical Sauces, que fueron un éxito. También hemos acogido torneos de ajedrez y conferencias. Aquí funciona el boca a boca, y hay mucha tradición familiar. Los socios van pasando de generación en generación.

-¿Por qué se presentó?

-Tenemos una obligación con Cartagena y con el propio Club de Regatas. Desde fuera, realmente vimos que corría un serio peligro de desaparecer, y eso, desde luego, no se podía consentir en una institución que es de 1905.

-¿Qué han conseguido en estos meses?

-Entre otras cosas, varios acuerdos de colaboración. El mes pasado, con el Ayuntamiento, organizamos los talleres del mar, unas actividades náuticas dirigidas a los más pequeños. La semana pasada se inauguró la escuela internacional de verano en la Universidad Politécnica y la referencia deportiva somos nosotros. Ese proyecto tiene un futuro verdaderamente espectacular. Este verano, además, hay cursos de iniciación a la vela, de lunes a viernes; rutas en kayak por las playas del litoral y senderismo. También estamos en trámites con Servicios Sociales, para que todo el mundo tenga la oportunidad de conocernos. Y pertenecemos a la comisión delegada de la Federación Española de Vela. Esa comisión la constituyen tres clubes de regatas, y uno de ellos es el nuestro. Es importante estar cerca de las decisiones que puedan tomar en la RFEV.

«Trabajamos para recuperar a la gente joven. Y nuestra imagen de cara al exterior tiene que ser nítida y transparente»

-¿Qué imagen cree que proyecta el club de cara al exterior?

-Pues estamos consiguiendo que el edificio del club sea un lugar abierto a todo el mundo, donde se organizan todo tipo de eventos, celebraciones y presentaciones de libros. Debemos abrirnos a la ciudad, integrarnos y volver a ser una referencia. El Club de Regatas siempre tuvo peso en la Región de Murcia y en la vida social y cultural de Cartagena.

-¿Ha caído eso en el olvido?

-Se había perdido esa referencia, por problemas de comunicación y de todo en general. Nos hemos volcado con las redes sociales, con el mantenimiento de la página web y colgando galerías de imágenes de todas nuestras actividades. El objetivo es ser más cercanos, conseguir que la gente esté más informada. Estamos intentando atraer a la gente joven, que la habíamos perdido, con diferentes actividades deportivas y tener acuerdos con la UPCT y sus estudiantes. Lo ideal es que el club esté en movimiento durante todo el año. El futuro son los jóvenes.

-¿Les afecta ser un club privado para atraer a los jóvenes?

-Queremos que eso no sea así. Remo, buceo, kayak, dragon boat... hacemos tantas actividades que estamos convencidos de que lo vamos a conseguir. Al Ayuntamiento le llegan cantidad de peticiones para tener cursos náuticos durante todo el año, y así nos lo traslada. En eso estamos trabajando. La imagen del Club de Regatas de cara al exterior tiene que ser nítida y transparente, y que cualquier ciudadano, sea socio o no, tenga un lugar para disfrutar de las rutas en kayak o aprender a navegar.

-¿Qué necesidades tienen?

-Nuestra plantilla es numerosa y el mantenimiento de las instalaciones, con su servicio de vigilancia, es muy costoso. Eesto implica invertir mucho dinero, un gastazo tremendo. Tenemos que darle un giro a nuestra economía, con buena gestióndel edificio, para que luego, en una posible reparación, haya que gastarse solo lo necesario. No tomamos ninguna decisión sin consultarla antes con nuestros socios. Y hemos decidido que cada junta no pueda estar más de ochos años al mando.

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