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Carlos Parra, con una muestra del compuesto de hormigón creado por los investigadores.
La UPCT idea un hormigón más ligero y resistente a terremotos

La UPCT idea un hormigón más ligero y resistente a terremotos

La nueva mezcla está hecha con residuos ligeros, como plásticos, corchos y neumáticos, y es más respetuosa con el medio ambiente

LA VERDAD

Martes, 27 de septiembre 2016, 01:26

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El grupo de investigación de Ciencia y Tecnología Avanzada de la Construcción (CTAC) de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), dirigido por el director de la Escuela de Arquitectura e Ingeniería de Edificación, Carlos Parra, ha desarrollado un tipo de hormigón más resistente a los terremotos porque es menos pesado y su densidad es un 30% menor que la de los materiales convencionales.

Estos hormigones son ideales para zonas sismicas, según los responsables de la investigación, porque se reducen las sobrecargas que pueden dañar los edificios. En su fabricación se han utilizado, como áridos ligeros, diferentes residuos plásticos de invernadero, restos de corcho de la industria de envasado y fragmentos de neumáticos triturados. Las propiedades físicas y químicas de estos compuestos son las que favorecen la resistencia a los terremotos. Otras ventajas de este hormigón de baja densidad es que tiene un elevado grado de impermeabilidad.

En la investigación para sintetizar este compuesto se siguieron diversas fases. La primera consistió en sustituir parte del cemento por adicciones activas, la mayoría de ellas obtenidas con residuos de otros procesos industriales. De esta forma, se quería reducir la cantidad de clínker, el componente principal del cemento.

En la segunda etapa se pretendía reemplazar parte de los áridos calizos naturales extraídos de canteras por otros reciclados. Así, además de las implicaciones medioambientales directas que se conseguían, se reducía la densidad de este material constructivo.

Con ello, las estructuras construidas reducen sus cargas, algo que tiene implicaciones muy positivas, entre ellas el ahorro económico y de materiales, por el hecho de necesitar de menos refuerzos de acero.

Además, se reducen las cargas e inercias que se generan en los movimientos sísmicos, lo que beneficia la vida útil de las estructura. El tercer eje del proyecto esta basado en la combinación de los conocimientos adquiridos anteriormente y optimización de los beneficios que cada sustitución aporta a los hormigones finales.

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