La Policía Local quita agentes 'antibotelleo' pese al repunte

El botelleo encontró entre el puente de diciembre y la pasada Navidad nuevos lugares en los que consolidarse, como el Parque Arqueológico del Molinete, sin abandonar otros tradicionales, como el bulevar de José Hierro, en el Barrio Universitario, y la explanada de Antiguones. Pero desde que acabaron las fiestas, los cientos de jóvenes que se reúnen a beber en la calle cuentan con una ventaja adicional: solo hay una patrulla de Policía Local destinada específicamente a evitar que causen problemas a los vecinos, ensucien la vía pública y provoquen incidentes de orden público.

El presidente de la Junta de Personal del Ayuntamiento, Valentín Pérez, confirmó ayer que el operativo de seis agentes que se dedicaba a hacer este trabajo de vigilancia del botelleo ya no se encarga de ello. «Con la finalización de los servicios especiales de Navidad solo ha quedado una pareja para hacer ese trabajo. Y dos policías no bastan para vigilar a cientos de personas que hacen botelleo», aseguró.

Las aglomeraciones de jóvenes para consumir alcohol en lugares públicos se concentra los viernes y sábados. Durante esos turnos de noche hay destacados seis agentes, distribuidos en tres patrullas, que se ocupan de atender todos los servicios ordinarios. Las llamadas que recibe el Parque de Seguridad muestran que no es fácil obtener de ese servicio ordinario una respuesta rápida para atajar o minimizar el efecto de una de estas concentraciones de jóvenes que beben en la calle. «Cuando llamas, te dicen que se acercarán en cuanto puedan, pero se les ve más por la tarde que cuando realmente empiezan este tipo de problemas», explicó a 'La Verdad' Alberto Tomás de Haro, que ha comenzado a sufrir este fenómeno en su negocio, como concesionario del bar que hay en el parque arqueológico del Molinete.

El recinto, en el que resulta muy sencillo colarse pese a que en la puerta se estipula que está cerrado a partir de la medianoche, alberga cada fin de semana a más de un centenar de jóvenes que abandonan allí botellas rotas y bolsas vacías. Además, en diciembre apareció fracturada la luna principal del bar de De Haro. Asimismo, prenden hogueras en el interior del molino que corona el parque, que alimentan con el esparto que arrancan de los jardines.

Nuevas incorporaciones

La Junta de Personal le ha comunicado al concejal de Seguridad, Francisco Aznar, el desajuste que ha detectado en los servicios para atender a estos sucesos. Según Pérez, «Aznar dice que buscará una solución».

Este mes se han incorporado seis de los siete agentes que tenían comprometida su llegada desde otros ayuntamientos, como Lorca y Abarán. Aznar comentó el año pasado que confiaba en su incorporación para paliar el problema de falta de efectivos. Valentín Pérez valoró estas incorporaciones pero advirtió de que «los agentes necesitarán al menos un mes para conocer los servicios y la ciudad y estar plenamente operativos». «Ahora mismo, alguno no tiene ni uniforme». añadió.