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Vecinos y visitantes, en la calle San Cristóbal Larga, en pleno casco antiguo.
Turistas entre colchones y cables

Turistas entre colchones y cables

Una docena de parcelas sucias en pleno casco histórico daña la imagen de la ciudad

Antonio López

Viernes, 26 de junio 2015, 00:39

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A Tania de Guillermo y a Juan Francisco Vázquez, dos turistas de Cuenca, les resultó ayer extraño pasar por la calle San Cristóbal Larga y ver una parte de Cartagena que nada tiene que ver con la turística, que momentos antes habían visto a pocos metros de allí. Los solares llenos de matorrales y de colchones, el asfalto levantado, las aceras destrozadas, los cables de la luz colgando de un poste, bolsas de basura tiradas en plena calle y casas en ruinas es el aspecto que ofrece esta zona por la que, a pesar de todo, se ven a diario a visitantes de paso.

«La calle tiene mal aspecto, pero tengo que decir que en general la ciudad está muy bien cuidada. De momento, lo poco que hemos visto nos ha encantado», contó Tania ayer al mediodía. Para llegar a su hotel optaron por esa calle. «La verdad es que da mala imagen tener una zona así tan cercana de donde se mueven los turistas», dijo Juan Francisco.

En todo el casco antiguo hay numerosos solares mal cuidados por los que pasean a diario aquellos que visitan la ciudad. Los hay en las calles Salitre, Cuatro Santos, Doctor Tapia Martínez, Serreta, Duque, Beatas, San Fernando e incluso en la subida desde esa última calle hasta el Molinete por las escaleras mecánicas.

Llenos de matorrales

La mayoría de ellos, a pesar de la cercanía del verano y del peligro que conlleva si arden, están llenos de matorrales secos y en algunos casos de escombros. Es el caso de los de la Morería Baja, una zona muy transitada por turistas. Se encuentra a tan solo cincuenta metros de la calle Puerta de Murcia. Los vecinos de los pisos de los alrededores ya han enviado al Ayuntamiento varios escritos quejándose del mal estado y del olor «nauseabundo» que desprenden. Quieren que se limpien más a menudo.

Un vecino de la zona, Juan José Delgado, propone que «al menos, ya que no se va a construir en muchos años, asfalten la calle y arreglen los terrenos vacíos para crear aparcamientos disuasorios, que tanta falta hacen el centro. Y en la zona de los yacimientos, adecentarlos para crear un área de visita como han hecho en el Molinete».

Uno de los terrenos más grandes y donde más suciedad se acumula es el que se encuentra en la esquina de las calles Duque y Caridad. Éste mantiene el vallado de rejas de colores que hace cuatro años el Ayuntamiento obligó a instalar a todos los dueños de solares, pero su mal aspecto afea una zona por la que pasan a diario muchos turistas, de camino a la Casa de la Fortuna y a otros museos ubicados en los alrededores, como el Muram.

Los matorrales y árboles llegan a superar en algunos casos los dos metros de altura. Los vecinos creen que estas zonas deberían tener, al menos, un cerramiento decente que no dejara ver lo que hay en su interior.

Junto al Teatro Romano

Peor está el que se encuentra en la subida de la calle Doctor Tapia Martínez, junto al Teatro Romano. La calle da acceso a una especie de mirador que muchos visitantes usan para contemplar el monumento. El terreno está cercado con una reja metálica y un muro de ladrillos, pero desde fuera se puede ver la maleza, las botellas de plástico e incluso bolsas de basura, que dan mala imagen de la ciudad. En estado similar hay parcelas en los alrededores de la antigua plaza de toros.

El Ayuntamiento obliga a los dueños, al menos una vez al año, a limpiarlas y dejarlas en perfecto estado de cara a la Semana Santa y a Carthagineses y Romanos. También les exige que tengan unas vallas adecuadas que no desentonen con el entorno. En caso de que desobedezcan, es la empresa municipal de limpieza Lhicarsa la que se encarga de adecentarlos.

El gerente de esa empresa, Nicolás López, explicó que «desde el Ayuntamiento nos avisan, vamos, los limpiamos y después se les pasa la factura a los dueños. Nos llaman un par de veces al año».

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