Máximo respeto y pasión por la guitarra que se refleja en exquisitos acabados e impecable sonoridad
Ángel Gómez de Guillén, luthier y guitarrista clásico
ANA MARÍA VACAS MARTÍNEZ-BLASCO
CARAVACA DE LA CRUZ
Viernes, 8 de abril 2022, 18:13
La querencia por un instrumento no viene siempre de la mano de unos estudios reglados, a veces un simple regalo es el desencadenante en la determinación de un oficio con desarrollo artesanal. Este es el caso de Ángel Gómez de Guillén, el acierto de sus padres con la elección de dicho regalo a la edad de ocho años consiguió que la guitarra formara parte de su persona como un apéndice más.
En primera instancia, fue desarrollado este interés musicalmente, de manera predilecta por la formación clásica. Sus primeros acordes se los enseñó su abuelo convirtiéndose así en su primer maestro, y posteriormente recibió clases con un personaje tan icónico para las generaciones del momento como José Roca, guitarrista del grupo caravaqueño «Farmacia de Guardia».
Esto lo alentó como buen adolescente a formar parte de un grupo llamado «Vacaciones», con el que participó en numerosos festivales. Pero la persona que lo formó musicalmente fue su maestro y mentor durante muchos años, Antonio Hernández, gran guitarrista flamenco de los años 70, el cual junto con su abuelo fueron determinantes en su trayectoria musical. Desde siempre estuvo rodeado de proyectos musicales, que conseguían que su afición fuera consolidándose como alternativa, aunque aún no se percatara de ello.
Inició sus Estudios Superiores de Gráfica Publicitaria en la Escuela de Arte y Oficios de Orihuela, y posteriormente, continuados en la Escuela de Artes y Oficios de Murcia. De inmediato comenzó a trabajar, pero se da cuenta que la pantalla del ordenador merma su interés y sus expectativas. Se plantea otra alternativa de vida más humanista, porque así lo necesita, y tiene la oportunidad de hacerlo. Comienza un nuevo camino emocionante, pero a su vez plagado de incertidumbre.
La vida, como siempre, nos otorga el privilegio de reconducirnos si en nosotros encuentra un destello de verdad, y Ángel no fue una excepción. En segunda instancia, ya conocido el instrumento sonoramente, comienza a investigar los procesos de restauración de guitarras antiguas e intenta introducirse en un mundo muy celoso de sus tradiciones artesanales, ya que apenas consigue información de los procesos de construcción, porque los talleres son lugares inaccesibles. Su interés y perseverancia lo llevan de la mano a Granada, y allí realiza su primer curso de formación aprendiendo el oficio de luthier.
Desde ese momento comienza la construcción de guitarras de manera totalmente artesanal. El primer paso es estudiar la madera y seleccionarla, un trabajo arduo para conseguir que todas y cada una de las piezas elegidas tengan consonancia entre sí; después darle forma manualmente pieza por pieza. Se intenta realizar un objeto agraciado, con maderas nobles y dúctiles, que maduran y evolucionan, ya que son materiales que sufren durante el proceso de construcción por las diferentes temperaturas de humedad a las que son expuestos. Posteriormente hay que cepillar y barnizar para conseguir un acabado exigente, un proceso de carpintería y ebanistería completo. Una vez acabado este proceso de construcción, aproximadamente un mes, necesitas conseguir que la física del sonido sea perfecta, esto requiere un tiempo complementario hasta que las resinas y los barnices se sequen, porque de ello también depende la tesitura que adquiera el instrumento. El último paso, es una prueba estricta por parte del intérprete que lo va a usar (profesor, alumno o concertista), un examen exhausto, nota a nota por si existe disfonía, o notas fantasmas, cualquier nimiedad se considera.
Ángel como luthier concede el máximo respeto y pasión por la guitarra, esto se ve reflejado en sus instrumentos de exquisitos acabados e impecable sonoridad. Muestra de ello es que se entregó una de sus guitarras como premio en el «Concurso Internacional de Guitarra Ciudad de Mula», en 2021. Así como aparecen en tiendas prestigiosas a nivel mundial como «Siccas Guitars», en Alemania; y «Guitars», en Japón; entre otras.
Gómez de Guillén en su cometido ha tenido que hacer un esfuerzo descomunal, económico, mental y físico para conseguir establecerse en este oficio. En su trayectoria ha tenido el enorme privilegio de conocer a grandes intérpretes, que le han orientado en su desarrollo para corregir o innovar en las necesidades propias del artista. A él, como humanista que es, lo que más le interesa, es el proceso del trabajo manual, gremial, con el que se siente recompensado día a día y que le sigue emocionando, ya que considera que ha tenido el privilegio de elegir este modo de vida.
Personalmente, piensa que siempre ha habido una injusticia histórica con respecto al instrumento. Existe una inmensurable carencia de educación a nivel cultural, para entender la riqueza que la guitarra clásica ha aportado a nivel mundial. Todavía menos entendible, que habiendo sido España la cuna de toda su cultura, el país donde se creó y desarrolló por el almeriense Antonio Torres, su creador sea prácticamente desconocido y el instrumento considerado como un instrumento popular o menor; sin embargo, en toda Europa ha sido siempre mucho más apreciado.
Su formación viene de la mano de grandes maestros como Carlos Juan Busquiel, Stephen Hill, Oscar Muñoz y Pavel Gavryushov. Sus Inspiraciones vienen influenciadas por importantes referentes como Antonio de Torrres, Hermann Hauser, José Romanillos y Daniel Friederich.
Ha sido finalista en el concurso de construcción internacional de guitarra «Antonio Marín Montero», en Granada 2021. Ha participado en los festivales de guitarra: Ronda Guitar Festival, Jornadas Internacionales de Guitarra de Valencia; Festival de Guitarra de Petrel y Festival Internacional de Guitarra de L'Hospitalet de l'Infant.
Con esta presentación creo que no hay ninguna duda de que nuevo lutier tiene enormes méritos para ser reconocido como un talento del que estar orgulloso.
Bienvenido a Icon Talents, 4ª edición.
